Fueron tal vez pasado quince minutos, siete besos más y la llegada de las estrellas al cielo oscuro que ambos se detuvieron, despegando sus labios de los ajenos casi con pesar, como si ninguno quisiera hacerlo.Y todo porque el teléfono de Shin sobre la manta sonaba con desespero.—Deberías ir —Renjun le dijo en un susurro, aún a una corta distancia y con sus manos sobre las mejillas de la castañita que no paraban de acariciarla con delicadeza.
—Creo que para ello tienes que dejarme ir Ren —la chica le respondió en broma dedicándole una sonrisa leve que enseguida él respondió, bajando sus brazos a un lado de su cuerpo y dando un paso atrás.
Luego Shin se dedicó a darse la vuelta hacia donde sonaba su celular, que aunque no se veía muy bien por la poca iluminación que había, logro encontrar por la pantalla encendida.
—¿Nana?
—Sea lo que sea que estén haciendo que te llevó tanto tiempo responder un maldito celular deténganse que estamos a un minuto y medio de llegar—al otro lado de inmediato su amigo le habló, en un tono bajo, seguro por estar acompañando y algo rápido como si tuviera prisa.Al escuchar aquello la castaña de inmediato se ruborizó, aún más de lo que anteriormente se encontraba, comenzando a balbucear y buscando una excusa razonable.
—¡La música estaba fuerte!
—¿Ahora se le dice música?, vaya había escuchado muchas formas de llamar a un beso pero nunca una así de extraña—el tono burlón en su voz se destacaba aún así seguía susurrando y la chica solo pudo suspirar en respuesta al no saber mentir bien.
—Na Jaemin~
—Si bebé, dejare de molestarte ahora para que le informes a tu amorcito lo que te dije—por segunda vez su amigo se burlo pero antes de cortar habló de nuevo.—Esta noche, pijamada, los chicos, chisme.
—Ojalá comas manzanas podridas Na Jaemin.
—Uy me harás llorar.
Fue lo último que escuchó de Na antes de que la llamada terminara y con algo de cuidado se giró hacia Renjun, a quien durante todo ese tiempo le había dado la espalda.Lo encontró allí parado en el mismo lugar mientras observaba la arena en sus pies como si fuese algo entretenido.Se aclaró la voz y el chico de inmediato levantó su mirada a ella.
—Nana dice que están por llegar.
—Oh, está bien —murmuró el en respuesta y luego levantó uno de sus brazos para rascar su nuca con nerviosismo.—¿Deberíamos prender las luces?, es algo extraño que estemos a oscuras —señaló con cuidado a las esferas de luz que colgaban por encima de las mantas, las cuales estaban allí desde temprano cuando el señor Jung quiso decorar un poco el lugar.
La castaña asintió acercándose al interruptor y con cuidado lo apretó, haciendo que de inmediato la luminosidad llegara al sitio.Pero cuando volteó a ver a Renjun no pudo evitar reírse un poco ante la imagen que ahora recién notaba de el, por suerte el chico le había dado la idea de encender la luz porque sino se encontrarían en graves problemas.Su labial, que aunque solo era brillo con un poco de color, estaba esparcido algo desarreglado por los belfos del chico y un poquito corrido hacia sus comisuras.
—Creo que deberías arreglar eso Ren —le comentó dándole una sonrisa grande mientras señalaba al rededor de sus labios y el Chino confundido le hizo caso llevándose una mano a ellos y riéndose cuando notó que pasaba, limpiándose con la palma de esta.
—Sigues sabiendo a manzana.
—Y tu a café —soltó sin querer, y el castaño la miró de inmediato alzando una de sus cejas sin quitar la sonrisa de su cara pero antes de poderle responder unos gritos avisaron que los chicos habían regresado.
[]
La calidez de la fogata era agradable, todos estaban al rededor de ella mientras Mark tocaba la guitarra y todos los demás trataban de encontrar una canción que se supieran de memoria, a la vez que se llenaban la boca de comida que estaba siendo cocinada a la parrilla.
—¡Ugh podría besar esta comida de tan bien que sabe! —y allí iban otra vez, las indirectas que los chicos les estaban dando desde que llegaron.
Llevaban cerca de treinta minutos así, diciendo comentarios nada discretos que el señor Jung se encargaba de agradecer por no entender y lanzándoles miraditas traviesas que lo único que hacían eran encender las mejillas de ambos involucrados.
Mientras Shin trataba de sacarle la lengua a Chenle, quien fue el del comentario anterior no notó la presencia de alguien a su lado, solo lo hizo cuando el rubio del otro lado de la fogata le hizo señas con sus ojos hacia el costado, indicándole que mirase hacia allí.Se sorprendió cuando se encontró nuevamente a Huang ahí, de cuclillas a un lado de ella porque ya no quedaba lugar en su manta por estar compartiéndola con Mark y Jisung, y mirándola con una mirada suave.
—¿Me dejarías patear aunque sea a Chenle la próxima vez que diga un comentario como ese Dong?—le dijo como pidiéndole permiso inclinando su cabeza a un lado.
—Si logras atraparlo es todo tuyo, corre rápido —ambos rieron juntos y de fondo escucharon unas cuantas risitas y toses falsas para disimular de parte de los chicos, lo cual les hizo rodar los ojos aún manteniendo sonrisas en sus rostros por lo divertido que era la situación.
—Iré a ponerme a su lado entonces para que no tenga oportunidad —finalizó el mayor y ella asintió, pero antes de irse él de un costado suyo saco una pequeña bandeja con comida de la parrilla y se lo extendió.—Come bien Dong, pero ojo, te prohíbo que compartas.
Fue lo último que dijo, dándole un guiño y saltó para levantarse de su lugar, yendo al lado de Chenle para como antes había nombrado, pegarle si seguía diciendo pavadas.
El realmente estaba siendo tan dulce luego de besarse...
—¿Me das?
—¡Park Jisung!
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Musa|Renjun|
Teen Fiction⠀ 𝑫𝒆́𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒑𝒊𝒏𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒅𝒆𝒍𝒆𝒕𝒂𝒊𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒍𝒊́𝒏𝒆𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒏𝒅𝒊́𝒃𝒖𝒍𝒂.𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒕𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒐𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒄𝒂𝒎𝒂...