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—¿Que cosa te da de comer la abuela que no has crecido ni un centímetro desde que nos vimos por última vez? —el chico parado frente suyo dijo en un tono burlón con una sonrisa traviesa asomándose por su rostro mientras levantaba una de sus cejas

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—¿Que cosa te da de comer la abuela que no has crecido ni un centímetro desde que nos vimos por última vez? —el chico parado frente suyo dijo en un tono burlón con una sonrisa traviesa asomándose por su rostro mientras levantaba una de sus cejas.

—¡Dong Sicheng! —gritó Shin, quien dejó su semblante confundido atrás para poner una sonrisa en su cara y abalanzarse al pelinegro, envolviéndolo en un apretado abrazo que el contrario entre risas respondió.—¡No nos vemos durante cuatro años y lo único que haces es burlarte tontito!

—Uy, abuela mire como trata a sus mayores, dele un golpecito en su frente —el mayor comentó una vez que ambos se apartaron y fingió indignación mientras la señora mayor negaba burlona con su cabeza.

—Deja de hacer drama hombrecito y ve junto a Shin a dejar tus maletas en tu habitación mientras yo arreglo unos asuntos del trabajo—dulcemente la abuela de ambos habló con una sonrisa posada en sus belfos mientras sostenía el teléfono de la casa entre sus manos.

Ambos asintieron a la vez ante sus palabras, dándose media vuelta y caminando al lugar indicado, llevando cada uno una maleta .

—¿Porque no me dijiste que vendrías?, podría haber ido a buscarte al aeropuerto —Shin preguntó mirándolo de reojo sorprendiéndose por lo cambiado que se encontraba.

Mandíbula perfilada, pómulos marcados y ojos afilados, en todo ese tiempo los rasgos de su primo se habían vuelto más acentuados, el último recuerdo que tenía de él era de un adolescente tierno con mejillas algo abultadas y con una sonrisa bonita con algunos dientes disparejos, realmente la pubertad era algo que a él le había llegado fuertemente.

—La abuela quería que fuera sorpresa, incluso se supone que yo no te vería hasta dentro de unas horas porque me dijo que te quedabas hasta tarde junto a un amigo—su primo habló con simpleza apresurando sus pasos para ganarle a llegar a la habitación y Dong trató de alcanzarlo haciendo fuerza para levantar el pesado equipaje.

Una vez llegó y atravesó la puerta pudo escuchar claramente la carcajada que salía del pelinegro, burlándose por lo roja que se ponía al hacer esfuerzo.Bufó tratando de ocultar su sonrisa y se tiró sobre la cama de la habitación pasando de largo al chico que estaba sentado sobre la alfombra.

—Ahora desempaca tu solo campeón.

—Anda vente para acá Shin, ayuda a tu primito favorito.

—Eres mi único primo.

Y a pesar de eso último que dijo se sentó en el piso junto al mayor y comenzó a ayudarlo.

Hace cuatro años exactamente que no estaban juntos físicamente, Sicheng vivía en China junto a sus padres y era su primo por parte materna.Desde pequeños se llevaban de maravilla a pesar de los cinco años de diferencia que tenían, siempre que la familia de él venía de visita ambos se la pasaban pegados, jugando o contándose secretos.

Musa|Renjun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora