A la tarde siguiente volvieron una vez más a la costumbre de siempre, ambos, Renjun y Shin se instalaron en el salón de artes.
Habían ya pasado unos minutos donde el castañito había comenzado a dibujar y la chica a su lado sorbía su leche de fresa, abrazando sus pies los cuales estaban subidos a la silla mientras observaba con curiosidad el perfil de Huang.
Lo veía sacar su lengua en signo de concentración mientras su ceño se volvía levemente fruncido y su mano se desplazaba de un lado a otro en el blanco papel.
Realmente debía de admitir que había olvidado un poco lo escultural que era su rostro después de tanto tiempo.
—Algún día te atraparán comiendo aquí dentro.
—Si me hubieses ayudado a borrar la evidencia en tu panzita ahora mismo no correría peligro —comentó en tono dramático mientras llevaba el segundo pan de melocotón a sus labios.
—Pero si trajiste diez de todo Dong, aunque quisiera no podría ayudarte a terminar tanto—despegó su vista para obsérvala y sin querer una sonrisa se le escapó al verla con sus mejillas redondas de tanta comida.
La chica simplemente había llegado al salón muy alegre, y mientras sonreía soltó frente al rostro del chico muchos envoltorios de panes de melocotón y leches de fresas, diciendo que aquello era su agradecimiento por el almuerzo de el día anterior.
Pero no contaba con que el sólo comería uno de cada cosa y luego diría que estaría lleno.
—Como quieras chiquitin—se encogió de hombros y luego de pasar el líquido para bajar el pan se apegó más a el para observar que hacía.—Oh, ¡es el gatito que te pase el otro día por mensajes!
Lo observó con detenimiento, y si, era el.Era imposible que no lo fuera por sus manchas de tono café en los mismos lugares y esa regordeta panza tan particular.Se lo había enviado hace como tres semanas aproximadamente, y recuerda bien como el castaño le había respondido algo como;
"Tu luego de comer tanto pan de melocotón"
Haciendo que comenzaran una guerra de imágenes de gatitos con comparaciones entre ellos.
—Es que te he visto trayendo tanta comida y realmente si quedarás como el —lo señalo con su lápiz y siguió como si nada haciéndole un poco de sombreado.
—Y tu como el gato gruñón—le saco la lengua y luego se paró de su lugar yendo a observar uno de los estantes que estaba del otro lado del salón, eran algunas obras de los de segundo con puntillismo.
—Oye Dong ¿como terminaron mis amigos con los tuyos? —
La castaña que estaba concentrada mirando las raras paletas de colores que habían utilizado en algunos cuadros, se giró al escucharlo hablarle y le sonrió cuando conectaron sus miradas.
Desde allí inclusive, su belleza con la luz del sol era de otro mundo.
—Los tres me caen muy bien, simplemente la semana pasada los invité a nuestra mesa y se amigaron con mi— hizo comillas al utilizar la última palabra—grupo.
—A ellos también les caes muy bien—respondió recordando como sus tres amigos le hablaban bien de ella, no tenía idea del porque pero de alguna forma u otra la pequeña siempre salía como tema de conversación.
Como si sus amigos estaban tratando de sacarle información o hacerle hablar de ella, pero jamás sucedía, el solo asentía y desviaba la conversación.
—¿No es raro para ti eso de venir y que de un día para el otro tus amigos se junten con gente que no son cercanos a ti?
—Tu eres cercana a mi —debido a la sorpresa de aquella confesión los ojos miel de la chica se agrandaron en dos esferas.
—¿Lo soy?
—¿Porque dudas? —queriendo disminuirle importancia y bochorno a la situación el Chino le respondió con otra pregunta mientras guardaba algunas de sus cosas.
—Es que tu y yo hace unas semanas—trato de hacerle recordar esa vez que el le había negado un regalo o como múltiples veces negaba su compañía pero su voz descendía a medida que continuaba y su vista se plantó en el suelo de madera.
—Uhum —una vez la escuchó hizo un sonido de comprensión haciéndole saber que sabía sobre lo que hablaba.
No quiso seguir más con aquella conversación así que una vez con todas sus cosas guardadas se acercó a ella extendiéndole una hoja de papel.
Era el gatito que había dibujado.
—¿Me lo das?
—Después de todo eres tú —murmuro—Tengo que irme temprano hoy, adiós.
Salió a pasos ligero del salón dejándola allí con su boca abierta y la hoja en sus manos por la última imagen que había tenido de el.
Huang Renjun estaba sonrojado.
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Musa|Renjun|
Teen Fiction⠀ 𝑫𝒆́𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒑𝒊𝒏𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒅𝒆𝒍𝒆𝒕𝒂𝒊𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒍𝒊́𝒏𝒆𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒏𝒅𝒊́𝒃𝒖𝒍𝒂.𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒕𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒐𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒄𝒂𝒎𝒂...