Epílogo

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El castaño se paseó una vez más por el extenso cuarto de hotel, revisando por todo el lugar para encontrar su corbata negra

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El castaño se paseó una vez más por el extenso cuarto de hotel, revisando por todo el lugar para encontrar su corbata negra.Debajo de la mesa, en las esquinas, detrás de los almohadones, del sofá...nada, absolutamente ni una pista de ella.

Estresado revolvió su cabello pues se estaba demorando demasiado en alistarse solo por ese mínimo detalle, bufó listo para volver a revisar la habitación, cuando a unos pasos de él una voz lo llamó dulcemente haciéndolo voltear.

Y en ese instante fue como si el estrés hubiese desaparecido siendo remplazado por una sensación calidad en su pecho, que se reflejaba en sus ojitos llenos de amor mientras miraba a su bonita novia sonreírle a la par que balanceaba la corbata en su mano y caminaba a él enfundada en un vestido bordo.Shin se veía más bonita con el pasar del tiempo pensaba Renjun en cuanto la había acercarse, o tal vez solo era que con cada día estaba más enamorado.

—Bebé, la habías dejado dentro de mi bolso —una vez la ahora pelinegra estuvo frente a él le susurró dulcemente y el mayor hizo una mueca al recordarlo.

—Perdón amor, lo había olvidado por completo —respondió sin embargo ella negó lentamente con su cabeza con una sonrisa entre sus belfos, luego, en vez de darle la corbata y alejarse, enredo esta misma detrás del cuello de su novio y comenzó a ponérsela por el.

—Está bien, no te preocupes, ayer llegamos tan cansados del vuelo que seguro lo hiciste medio dormido—la pequeña contestó lanzando una leve risita y luego de asegurarse que la corbata estaba bien puesta deposito un pequeño beso en los labios del castaño quien sonrió ante esto.

Ayer por la noche apenas ambos habían arribado a Seúl luego de un extenso viaje desde Chicago de varias horas.La pareja vivía junta en un pequeño departamento de esta última ciudad, pagando los gastos con los trabajos de los dos, Shin era diseñadora gráfica y Renjun profesor de artes en una universidad.Pero habían vuelto a la grande y agradable capital coreana porque  habían sido invitados a la boda de Donghyuck, el tercero del grupo de once, luego de Jaehyun y Jeno, en casarse.

Era un alivio que todos seguían siendo cercanos, a pesar de que habían tomado distintos caminos todos eran los mismos mejores amigos de secundaria que hace diez años e incluso más cercanos que en ese entonces.No se veían todos los días porque la mayoría había viajado a otros países, sin embargo si se escribían, llamaban y se juntaban todos los años en épocas navideñas.

—¿Ya estas lista? —Huang preguntó mientras tomaba la pequeña mano de la chica entre la suya para acariciarla, la contraria asintió con sus mejillas sonrojadas porque a pesar de que llevaban tanto tiempo juntos le era imparable reaccionar cuando tenían contacto, cosa que hacía al contrario derretir de amor.

Luego de haber tomado las llaves, celulares y todas las cosas de importancias ambos salieron del hotel tomados de la mano y en un cómodo silencio, llegando tranquilamente al auto negro que habían alquilado para manejarse en sus estadía en Seúl y adentrándose, Dong de copiloto y Renjun siendo el conductor.

Musa|Renjun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora