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Sintió poco después como uno de sus amigos pasaba su brazo por detrás de su espalda dándole un abrazo de lado, sin embargo no despegó su rostro de entre sus brazos ya que sus lágrimas no se detenían.
Aquello último era producto tal vez del sentirse al fin consolado luego de tanto tiempo de aguantar su dolor solo, en secreto.Por fin después de tanto se sentía con menos peso, por fin alguien lo escuchaba, por fin alguien lo abrazaba como tanto había deseado, cálidamente y reconfortantemente.
Después de tanto finalmente alguien no lo miraba decepcionado o juzgadoramente.
—Nadie es más que nadie en este mundo Renjun, tu eres realmente genial, tienes miles de cosas que te hacen increíble ¿está bien?, no te compares ni con YukHei ni nadie más —YangYang,quien reconoció era quien lo abrazaba, le dijo y aquello aunque no lo dijo en voz alta lo agradeció profundamente.Porque eran las palabras justas en el momento justo, aquellas que tanto había deseado escuchar, unas que le dijeran que el era fantástico así como era, que no era insuficiente como tanto se repetía.
—Solo tenemos que preguntarte unas últimas cosas ¿si? —Mark preguntó suavemente cuando el se encontró más tranquilo y ya no sollozaba, así que despegó su rostro de entre sus manos, limpiándolo del resto de lágrimas y volteó a verle, asintiendo con lentitud para indicarle que siguiera.—¿Realmente la quieres?
Sus amigos se quedaron en silencio esperando a que el respondiera aquella pregunta que parecía ser tan fácil pero que para el era tan difícil.
Porque, ¿como hacerlo?, ¿como responderla?, ¿como hacerles entender la magnitud de cuanto la quería sin necesariamente tener que nombrarles y explicarles las mil razones del porque lo hacía?
No sabía como hacerles saber que la quería sin contarles que su corazón latía desmesurado tan solo pensando en el recuerdo de sus bonitos ojos miel que frente al sol brillaban tal cual piedras preciosas, o el recuerdo de sus belfos rosáceos que sabían a manzana y lo invitaban a probarlos una y mil veces, o también el de sus mejillas que lo hacían derretirse de amor por lo lindas que se veían, siempre rojas y esponjosas, tentándolo a dejar suaves besitos llenos de amor y acariciarlas con sutileza.
No sabía como decirles sin nombrar el como añoraba escucharla en silencio durante horas, solo oyendo su dulce voz contarle sobre su día o quejándose de alguna clase, sin decirles que deseaba ver a la menor llenarse sus cachetes de pan de melocotón y leche de fresa otra vez porque le parecía la imagen más tierna que alguna vez podría haber visto o el que tan solo anhelaba poder ver su sonrisita todo el tiempo, aquella que achinaba sus ojitos y dejaba ver sus dientes.
No sabía explicarles que su corazón explotaba de amor por ella sin necesariamente revelarles todo eso, que sentía eran secretos que si alguna vez tuviese que compartir con alguien solo sería con ella.
Eligió durante segundos las palabras adecuadas y finalmente reveló.—La quiero más de lo que puedo poner en palabras.
—Eso es justo lo que queríamos escuchar, entonces Renjun, ¿está dispuesto a aceptar nuestra ayuda para recuperarla? —Jeno sonrió y sus otros dos amigos lo miraron intrigado.
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Se apresuró en caminar apenas dobló por el pasillo del instituto y vio a la melena castaña que tanto había buscado, ella aún no notaba que el se acercaba porque estaba de espaldas, así que se mantenía en el mismo lugar, contrario a toda esa semana en la que lo había ignorado y cada vez que se encontraban cerca huía.
Cuando estuvo a unos pasos sintió su corazón temblar de miedo y, también en el fondo, emoción de volver a tenerla cerca.Respiró hondo y se mentalizó con las palabras que debía decir antes de estirar unos de sus brazos y tocar el hombro de la chica, quien se giró de inmediato con una sonrisa que desapareció poco a poco cuando sus ojos se encontraron.
Y cuando eso pasó, cuando sus ojos se hallaron con los bonitos de ella sintió como su mundo se detenía y reiniciaba, una recarga de energía instantánea, y de su mente las palabras se borraron tal cual huellas en la arena.
Ella en cambio solo se quedó parada ahí mirándolo, como rehusándose a dirigirle la palabra primero, aunque Huang en el fondo sabía que se estaba muriendo de la curiosidad por preguntarle porque se presentaba frente a ella.
Luego de unos tiempo su mente pareció esclarecerse y juntó todo el valor que pudo para formular la oración que tanto había practicado.—El viernes tengo mi graduación, quiero que vengas por favor —murmuró y fue testigo de la sorpresa atravesando el rostro de la contraria.
Se quedaron allí durante unos segundos con el bullicio de los demás de fondo y solo mirándose mutuamente antes de que la menor abriera su boca para contestar algo.Pero antes de hacerlo fue detenida por un chico pasando uno de sus brazos por su hombros cómodamente como, parecía ya, era costumbre.
Y el castaño al notar quien era no pudo evitar sentir su estómago revolverse y una opresión en su pecho, Wong YukHei volvía a interrumpir.
Pero se negaba a volver a caer en ello, en volver a hacerse a un lado y no intentar pelear, quería a Dong e iba a hacer lo imposible para estar con ella.Ya no le iba a dar importancia ni a él ni a Yenmin.
—Te estaba esperando en la cafetería bebé —el alto comentó sonriente y Renjun tuvo que respirar hondo para calmarse antes de mirar a la chica frente suyo esperando una respuesta e ignorando la presencia del otro como el había ignorado la suya.
—Me retrase un poco —ella simplemente murmuró encogiéndose en su lugar y desviando la mirada al piso.—¿Vamos? —preguntó aunque todavía ni siquiera le había respondido al chico.
—Claro —YukHei le respondió dulcemente comenzando a caminar con ella aún bajo su brazo y pasando de largo al castaño.
Pero no, no iba a rendirse tan fácil aún cuando le dolía su corazón tanto que se sentía sin aire.Giró su cuerpo hacía ellos viendo la espalda de ambos que se alejaban en cortos pasos.
—Te esperaré horas si es necesario—en un tono alto para que ella pudiese escucharlo le dijo.—Por favor—rogó como quien le pide a alguien que no lo dañe y es que él se sentía así, pidiéndole a Shin que no lo lastime mas.
Ella detuvo sus pasos ante lo último, pero no volteó a verlo en ningún momento ni se quedó allí durante mucho tiempo, porque luego de unos segundos retomó su camino junto a YukHei, pero ese leve detenimiento le había dado una esperanza.
—— Al final decidí cómo estaba tan igualado subir este hoy y mañana los otros dos juntos jiji.
