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A partir de ese los demás días parecieron descender su velocidad y aumentar, a medida que pasaban, la dificultad —como si fuese un juego—, se hacía prácticamente tortuoso para la castaña estar lejos de sus amigos aunque solo fuera por las mañanas —ya que por la tardes siempre la visitaban—, y también tratar de evadir todo contacto con Renjun.
Su celular estaba apagado prácticamente desde el sábado —excepto cuando le envió el mensaje a Jaemin—, en los almuerzos se sentaba con Yukhei y sus amigos, a la salida se iba con el recién nombrado, y solo en esas pequeñas ocaciones donde no había logrado escapar y lo tuvo que enfrentar se comunicaba en la mayoría con monosílabas o oraciones cortas y seguía su camino a la velocidad de un trueno.
Había sido cansado el pasar una semana así cuando también tenía que mantenerse ocupada estudiando para los exámenes finales, pero cada vez que quería desistir se mentalizaba con que era todo para bien.
Volviendo a la actualidad, ahora la castaña estaba caminando al patio, donde quedaba normalmente con XiaoJun, Hendery, Yukhei y Kun para almorzar, se había hecho buena amiga al final con los amigos del pelinegro, eran dulces y graciosos en todo momento, además de casi tan locos como el mismo Wong.
Caminaba con lentitud pues para comer les daban al rededor de veinte minutos, miró con la misma tranquilidad hacia arriba, observando el cielo con una leve sonrisa en su rostro al ver lo despejado y azulado que se encontraba, el sol brillaba bonitamente en la cima y algunos pájaros rondaban por allí.
Pero su paz se fue a la basura en un suave pestañeo, porque cuando menos lo esperó su muñeca era rodeada por una cálida mano, que la arrastraba hacia una dirección desconocida, hubiese gritado y pataleado si no fuese porque reconoció la melena castaña que pertenecía al chico que la llevaba, su respiración se estancó en la garganta y automáticamente todo su cuerpo entró en un estado de alerta.
¿Que pasaba?, ¿que quería?, ¿hacia donde la llevaba?, tantas preguntas que quería decirle a Renjun y se terminaban atorando antes de poder salir.
Se mordisqueo el labio viendo con nerviosismo el como el mayor seguía caminando con la mirada enfrente sin voltear a verla ni una vez, lo único que la mantenía al tanto de que eso estaba pasando era el constante toque algo fuerte en su muñeca.Observó los lugares por los que pasaban tratando de encontrar a alguno de los chicos para que la salvaran pero se sorprendió cuando los pasillos eran los del ala derecha del instituto, los que estaban destinados a salones para clubs, reuniones o armarios.Específicamente aquellos que solo se llenaban cuando empezaban la segunda mitad del día, luego del almuerzo.
Tragó duro y decidió no hablar mientras seguía el paso del chico aún con su corazón palpitando y atenta a cualquier cosa que pasase.
Canción: Tate McRae-That way
Pararon de golpe junto a una puerta de madera que Shin ya conocía, el castaño la abrió y pasó dentro arrastrando de esa manera a la chica con él.Era la galería, donde se guardaban la mayoría de cuadros, el espacio era algo pequeño para ambos ya que estaba lleno de estos, por lo que apenas eran separados por dos pies de distancias, aún cuando Dong se apegó lo más que puedo a la puerta.
