Capítulo 1 - La Academia Uchiha.

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-"Al fin era tiempo de dejar las batallas de lado. De dejar que corriera sangre, de ya no enterrar a seres queridos, de olvidar las batallas por un terreno, de ignorar lo que sus corazones sentían solo por el orgullo de querer vencer.

No, ya era tiempo de dejar todo eso atrás.

Se dieron la mano. Y se miraron cara a cara. Ambos clanes, Uchiha y Senju, bajaron las armas y decidieron unirse en paz. Los proyectos comenzaron a abrirse paso, cada clan tomó parte de un territorio, cerca del otro. Rodeados de bosque y seguros, comenzaron a formar poco a poco lo que sería conocida como Konohagakure, o mejor dicho, la aldea escondida entre las hojas."-

El texto que estaban leyendo era importante y todos los niños de esa clase lo sabían y escuchaban atentamente, sin embargo, el joven que estaba leyendo se detuvo. Miró a su maestro y levantó la mano firmemente.

-Dime Shisui, ¿Cual es tu pregunta?-

-Pues verá, maestro. Este libro trata sobre como se fundó la aldea y la alianza entre Uchihas y Senjus. Pero aún así, sabemos que nosotros somos mejores que ellos.-

El resto de la clase rió. Esa mas que una pregunta fue una afirmación, bastante arrogante. Y si bien, el maestro estaba de acuerdo en que su clan tenía muchos puntos fuertes, también sabía que no debía fomentar demasiado esa actitud en sus estudiantes.

Su deber era enseñarles a ser gente de bien. Y aunque el orgullo de pertenecer al clan era importante, no significaba que debían tratar a otros seres con desprecio.

No era correcto, no de una persona de bien que busca la paz y la sana convivencia. Y actualmente, todos buscaban vivir mejor, mas sanos, fuertes y en paz.

Sonrió levemente y se acercó a Shisui.

-Un buen Uchiha no desprecia a otros clanes. Esa clase de comentarios deben ser reservados para los momentos privados. No está bien discriminar a los demás por los clanes a los que pertenezcan. Los apellidos dan prestigio, es cierto. Pero nuestro clan no es solo eso. Somos una familia. Y como tal, debemos tener la mente abierta. Para que nuestro orgullo no nos lleve por mal camino.- concluyó.

Shisui lo comprendió. Si bien el tono de su maestro era serio e imponente, entendía que no era un sermón, mas bien una lección.

-Maestro...- preguntó otro joven, al fondo del salón. -¿Que es lo peor que podría pasar si nos dejamos llevar por un mal camino?-

El maestro cerró los ojos un momento. Conocía la respuesta. La había vivido en carne propia. Pero, había logrado encontrar una frase útil para responder a ello:

-Veras, Obito. De nada sirve tener un Sharingan muy poderoso si de igual forma estamos ciegos.-

Los jóvenes guardaron silencio, pensativos. Y su maestro se preguntó si eso había saciado sus dudas. Asi que agregó:

-En el peor de los casos, Obito; si te dejas llevar por un mal camino, puedes causar tu muerte. O peor, la muerte de todo tu clan. Sin poder siquiera protegerlos. Por eso es importante pensar  en nuestra familia, en el clan Uchiha y lo que significa para nosotros. Pero también es importante pensar en los demás. En otros clanes, en otras personas que también pueden ser importantes mas allá del apellido que porten. Debemos mantener los pies en el suelo para ayudar a nuestros aliados.- concluyó, cerrando el libro de historia.

-Y a su vez, tener los pies en la tierra sirve para vigilar de cerca a los posibles enemigos y matarlos antes de que te maten a ti.- Pensó agregar.

Los niños no necesariamente debían pensar en eso ahora. Se suponía que estaban en paz. El debate moral sobre en quien debían o no confiar, era tema para otra clase.

Observó a Itachi y a Shisui. Ambos parecían satisfechos con la respuesta.

-Bien, es todo por hoy. Pueden descansar por ahora. ¡Los veré en el campo de entrenamiento esta tarde!-

Los niños asintieron, tomaron sus cosas y poco a poco se fueron. Su maestro los observó hasta que el aula quedó vacía. Su foco de atención pasó directo hacia el libro de historia.

Definitivamente, no era buena idea enseñarle a los niños a ser como lo fue su padre con él. Orgulloso, sádico, frío y distante. Solo pensando en ser el clan vencedor y nunca en ser felices como familia. Ni siquiera tenía claro el por qué lucharon contra los Senju. Ni el por qué murieron todos sus hermanos en batalla. ¿Que necesidad habían tenido?

Pero había sido ese su deber. Como hijo del líder del clan Uchiha. Como el hermano mayor de Izuna. Como el guerrero mas temido durante las grandes batallas shinobi.
Su deber como Uchiha Madara.

No, no quería ese futuro para esos niños. Ni de coña.

Un golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Izuna lo observaba. Sonreía y sin embargo se notaba algo decaído. Antes de que Madara le preguntara algo, Izuna se adelanto:

-¡Aniki! ¿Que tal te ha ido hoy?-

-Nada mal, estuvimos repasando la historia hasta el período mas reciente. También tuvimos un pequeño debate sobre si está bien o mal dejarse llevar por el orgullo de portar el apellido Uchiha. ¡Lo normal!- Afirmó acentuando con un tono sarcástico al final. -¿Que tal te fue a ti? Luces algo agotado.-

-Pues, mi clase es excelente para álgebra y cálculos avanzados.  Lo que me alegra mucho. Aún así, no estoy del mejor humor. ¿Podemos tomar un café y te cuento mejor?-

-Claro.- Madara no dudó en dejar sus cosas y acompañarlo. Si bien Izuna, como todo Uchiha, mantenía su expresión algo seria, el mayor lo conocía lo suficiente como para saber cuando estaba feliz, triste o enojado por ejemplo.

Y esta vez, parecía estar preocupado.

Llegaron a la cafetería de la academia, pidieron sus respectivas bebidas y una vez las mismas llegaron, Madara se apresuró a tocar el tema.

-Bien hermano, cuéntame que sucede. ¿Que te tiene mal? ¿A quien debo desollar vivo y cocinar lentamente para que sufra por hacerte sentir mal?-

Izuna desvió la mirada, sacó de su túnica una carta que había abierto previamente.

-Pues, por ahora no tienes que desollar o quemar a nadie.-

Madara suspiró aliviado y bebió un sorbo de café negro. Izuna le extendió la carta para que la leyera.

-Aunque...Aniki, no me quejaría si quisieras desollar y quemar vivo al Hokague. Sobre todo cuando leas lo que nos llegó hoy.-

Madara tomó la carta y la leyó atentamente.

"Señor Uchiha Madara, se le escribe por este medio para notificarle sobre los recientes cambios dentro de las políticas económicas de la Aldea de la hoja. Debido a una delicada situación producto de las sequías de los campos  de la zona este de la aldea y problemas con la cantidad de ganado disponible, nos vemos obligados a realizar ciertos ajustes a nivel particular dentro de cada clan. A continuación le especificamos el total bruto que debe abonar mensualmente el Clan Uchiha a partir del día de la fecha..."

Escupió todo el café sobre la mesa y maldijo en voz baja. Parece que tendría que hacer una pequeña y agradable visita al palacio del hokague. Entendía el por qué la carta causó problemas a Izuna. Cualquiera tiene un exabrupto cuando le notifican que le aumentarán los impuestos el triple de un mes a otro.

¡Oh si! Consideraba seriamente desollar y quemar vivo a Hashirama Senju. Era hora de hacerle una visita.

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora