Capítulo 26 - La cena y la contradanza

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-Bien, caballeros - comenzó Mito Uzumaki, en tanto uno de sus lacayos se acercaba con los platos de ternera y jamón. - deben ponerme al corriente. Las visitas de Tobirama y Hashirama deben tenerlos desfallecidos.- 

-Oh, no. - declaró Inabi. - Ambos son unos libertinos.- 

La princesa Uzumaki sonrió.

-Y les ruego que me digan, ¿Cómo lo saben?-

-Ellos mismos nos lo dijeron.- 

Ella le lanzó una mirada a Tobirama.

-Que interesante. Se dice que un hombre que no encuentra matrimonio antes de los 30 años es libertino u homosexual. ¿No le parece curioso eso, Utatane-sama?-

-No me lo parece en absoluto.- dijo la anciana del consejo mirando extrañada a la Uzumaki, puesto que antes siquiera había mencionado algo respecto al estado de soltería del Senju albino.

-Bueno, yo siento curiosidad por cómo es, exactamente, que te den clase - dijo el anciano del consejo, llevándose a la boca un trozo de carne de ternera. - Me resulta imposible imaginar qué es lo que el Primer Hokague y el aspirante a Segundo Hokague hacen enseñando a unos jovencitos.- 

-A mi no.- replicó la Uzumaki.

-Todas las clases cuentan con supervisión, naturalmente.- Madara introdujo un pedazo de jamón en su exquisita boca. -Y, debo admitir, a pesar de mi escepticismo inicial, que algunas de las apreciaciones de Senju Tobirama sobre el funcionamiento de la sociedad han sido reveladoras.-

Aquello era lo más parecido a un cumplido que el azabache le había dirigido jamás. El albino no pudo evitar arquear una ceja, pero el azabache no lo notó puesto que parecía muy ocupado con la cena. Si le había tachado de su ingente y detallada clasificación de Senjus inútiles, quería saberlo.

-Gracias, Madara-san, aunque su aprobación no le augura, precisamente,  el éxito en nuestra apuesta.- 

Finalmente, el azabache alzó la vista hacia él.

-He clasificado sus apreciaciones como reveladoras, Senju. No dije que fueran provechosas.-

-Kami-sama querido, temo por la civilización cuando se permite que un director de colegio le hable a un político importante en semejante tono.- agregó la esposa del Daimyo del país del fuego, abanicándose la cara con una servilleta. 

Madara sonrió. 

-Únicamente estaba esclareciendo mi declaración, Milady. No pretendía ofender a Tobirama-san y me disculpo si lo he hecho.-

Maldición, el albino deseó que el resto de los invitados desaparecieran durante cinco minutos para que Madara pudiera insultarle en paz. 

-Le aseguro, Madame Shijimi - dijo el albino, arrastrando las palabras - que puedo hablar por mí mismo. Y el Uchiha no me ha ofendido.- 

-¿Bailaremos después de cenar?- preguntó Shisui, desde otra mesa.

El albino asintió y agregó.

-Pensé que sería un buen ejercicio.- 

-¡Oh, por Kami!. - dijo el Daimyo del país del fuego, riendo entre dientes. -Hace años que no bailo el vals. Será divertido ¿Eh, preciosa?- 

-En efecto. Tengo que decir.- prosiguió Madame Shijimi - que es una delicia poder asistir a festividades como estas. Jamás creí que viviría para ver a los clanes Senju, Uchiha y Uzumaki en la misma mesa. Sobre todo luego del incidente de Tajima-san.-

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora