Capitulo 14 - Insinuaciones y Amenazas

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Los niños se despidieron de su profesor al llegar a la entrada de la academia. Madara ingresó sin decir una sola palabra. Parecía molesto. Izuna se quedo mirando a ambos Senju. Indeciso en saber si debería dejarles pasar o no.

-¿Ya estas feliz con tu venganza hacia los Uchiha, hermano?- preguntó Hashirama, no deseaba lanzar leña al fuego, pero de por si estaba algo molesto.

Tobirama había arruinado la mañana agradable que estaba pasando con el azabache. Al ver el cernícalo de Izuna revolotear junto a su ventana el azabache notó la situación y salió rápidamente en persecución del carruaje. Madara estaba por regresar luego de comprobar que sus niños estaban viajando bien, justo cuando entraron al camino lleno de curvas que provocó el accidente. Estaba más que preocupado. Estaba molesto. Y seguramente no querría pasar el resto de su día con el moreno. Seguramente se preocuparía demasiado por los niños y pondría especial atención en su hermano.

A decir verdad no había hecho mucho junto a Madara. Desayunaron y luego el azabache comenzó con su plan económico y el moreno le ayudó con eso hasta casi el mediodía. No era como tal algo demasiado importante. Lo único que lo hacía importante era que estaban juntos. Y esa cercanía que no sentían hace tiempo, era lo que más adoraba el moreno. Cortar con eso...por causa de su hermano...era suficiente como para desear tenerlo lejos.

-No te creas, esta vez no fue intencional lo que pasó.- admitió el albino, intentando mantener la compostura y no discutir con su hermano en un lugar donde probablemente lo asesinaran.

-Pues, yo diría que llevar a un grupo de niños no acostumbrados a los carruajes a viajar directo al fondo del río no es tan accidental.-

-Dejen de discutir, suficiente con mi Aniki enfadado como para escucharlos a ustedes dos. Saben, no sé si deban entrar justamente por eso.- interrumpió Izuna. -No quisiera que Madara enfureciera más conmigo. Demasiadas emociones por hoy.-

Los Senju asintieron, dejando la discusión de lado.

-En ese caso mejor me retiro por hoy. Tobirama, también deberías volver temprano al trabajo.- advirtió Hashirama, con mas seriedad de lo normal.

-Ahora voy. Primero debería hablar con Madara respecto a la próxima clase.-

El moreno frunció el ceño. Tobirama tenía tanto trabajo como él y aún así se retrasaba para algo que dijo que no le importaba. Quería cerrar la academia, ¿Para qué se tomaría tan enserio las clases? Diablos, tampoco pudo despedirse apropiadamente de Madara. Tendrá que comentarle a Mito sobre el comportamiento de su hermano al llegar.

Tobirama aprovecha que Izuna acompañó a Hashirama a la salida para ir en busca del azabache mayor. Al entrar, no había niños a la vista. Por lo que le resultó mas sencillo desplazarse hacia el despacho.

Al entrar notó la gran cantidad de documentos que había. Sobre el escritorio, en el suelo, desparramados inclusive sobre la pequeña biblioteca que tenía allí el Uchiha. Definitivamente había estado estudiando mucho. Sin embargo, el azabache no se encontraba allí. ¿Donde demonios se había metido?

El albino notó una puerta contigua al despacho. Esta estaba entreabierta. Notó entonces que había movimiento del otro lado.

Cuidadosamente se acercó y al mirar, se sonrojó.

Pudo ver con sumo detalle al Uchiha cambiarse la vestimenta mojada. Madara se paseaba por el cuarto mientras se quitaba la camisa, dejando su torso y espalda al descubierto. Luego prosiguió con el pantalón. Caminó en boxers hasta el armario junto a su cama y sacó de allí un pantalón negro y se lo puso. Con un delicado movimiento, se acomodó levemente el flequillo que cubría uno de sus ojos y luego peinó con sus manos su alborotada melena oscura. Cuando sacó del armario la típica túnica azulada del clan, casualmente se volteó hacia la puerta.

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora