Capitulo 15 - Al aire libre

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Por primera vez desde que inauguraron la academia, Madara llegaba tarde a almorzar. No es que se sintiera mal por llegar tarde. Sin embargo, él debía ser el ejemplo ideal para sus alumnos. Si llegaba tarde, ellos considerarían que no era tan importante alimentarse y también imitarían sus pasos.

Izuna alzó la vista algo sorprendido al ver que su hermano mayor ingresaba justo cuando todos los niños estaban levantándose de la cafetería y llevando los platos a la cocina. Su grupo de niños predilecto, estaba en una mesa específica, hablando animadamente sobre cosas de su edad.

Madara recordó con las inquietudes con las que Kagami y Obito habían ido a hablarles a ambos. Se preguntaban lo que era el amor. Al parecer, al joven Obito le gustaba alguien. No estaba seguro de si realmente era amor, sin embargo...era algo completamente nuevo. Y Kagami era su fiel confidente dentro del clan, por ende, como buen amigo se dedicó a acompañarlo. No podían hablar con sus padres sobre eso, ya que la persona que le gustaba a Obito no era un Uchiha. Y parecía ser que tampoco era una mujer.

El azabache suspiró. Aún dentro de su clan, la idea social que muchas personas tenían era que la diversidad no era algo agradable. Era una "abominación", una "aberración contra la naturaleza". Su padre pensaba igual. Sin embargo, gracias a sus experiencias románticas con el moreno, Madara pudo expandir su mente mas allá y educar a su hermano al respecto. Razón por la cual Izuna no lo había asesinado cuando supo que su gran amor era Hashirama. Ese conocimiento también se los brindaba a los alumnos. Resaltando, lamentablemente, lo último.

La gente odia las orientaciones que no son heterosexuales. Odian a los homosexuales, a las lesbianas, a cualquier persona que salga de los parámetros biológicamente establecidos. La gente cree tener poder sobre como diablos uno debe amar a otras personas. Y son esos pensamientos los que arruinan parejas e incluso vidas.

Fue eso lo que llevó a su ruptura con Hashirama. Maldita sea. Nadie debería obligar a amar a otra persona de cierta forma específica. Lo bueno era que había generaciones como la de Izuna y los niños dispuestos a cambiar esas ideas de mierda.

-¡Caballeros!- llamó la atención el azabache. -Lamento mucho mi retraso. El día de hoy tendremos toda la clase del día al aire libre. Será una buena forma de mantenernos al corriente y que yo a la vez pueda trabajar como corresponde en mi proyecto para ayudar a esta academia.-

La ovación por parte de los menores hizo eco en toda la cafetería.

-Madara-sensei.- llamó Inabi. -¿Hoy vendrá Tobirama?-

-Tobirama-san, querrás decir.-

-Él nos dijo que le llamaramos Tobirama.-

Madara arqueó una ceja. Era demasiado informal aún para ser una relación entre profesor y alumnos.

-Lo correcto es que le llamen respetuosamente, para evitar problemas.-

Los niños asintieron al unísono.

-Realmente, Inabi-kun, no tengo idea de si vendrá el día de hoy. Estos últimos dos días al parecer, no nos honró con su presencia.-

El niño asintió algo decepcionado. Era cierto. Habían pasado dos días desde que Tobirama y Madara discutieron. Y no sabían nada del albino. Los niños sospechaban que su sensei lo había despedido. El director se preguntaba por qué demonios repentinamente había abandonado su buen oficio como profesor. ¿Acaso le dolió lo que le había dicho? ¿O su plan era fastidiarle las clases desde un principio?

Izuna tomó del hombro a su hermano y lo alejó un poco de los niños para hablar.

-Imagino que no estarás esperando a que la rata albina vuelva, ¿Cierto, Aniki? Se sobrepasó la última vez.-

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora