Capítulo 39 - Finalmente...

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Los carruajes llegaron temprano. Madara terminó de acomodar las mangas de su túnica azul mientras miraba por la ventana de su alcoba. Cuatro carruajes, y cuatro pares de padres, interrumpieron en el largo camino cubierto de grava de entrada a la academia. La llovizna matutina se había convertido en una lluvia constante, como si los cielos se compadecieran de su apremiante situación. 

Mientras observaba, otros tres carruajes, y mas tarde, un tercero, se adentraron en los jardines. Demasiados carruajes para ser sólo Uchihas. No los necesitaban, puesto que estaban a dos pasos del resto de casas del clan. Madara frunció el ceño. Más carruajes significaban más problemas. Pero ver el carruaje con el logo del clan Senju llegar último, le relajó levemente. Tobirama había llegado.

La puerta de su despacho se abrió.

-¿Aniki?-

-Aquí.- dijo en voz alta, clavando su mirada nuevamente en el espejo. Las prominentes ojeras, producto del cansancio que llevaba, eran la mejor evidencia de que no tendría demasiada paciencia si las cosas se salen de control. Aún no había olvidado como luchar, nunca lo olvidaba. Pero los temores de una nueva guerra, de una rebelión en su contra o de la masacre de su propia familia...se habían disipado en cuanto comenzó a cuidar a esos chiquillos. 

No permitiría que los apartaran de él. Si, estaba temblando, pero no de miedo. Sino de odio. Había intentado proveer a su clan de tantas cosas como le fuera posible. Y si esta situación no pasaba a mejores, lo echarían como un perro. O al menos, lo intentarían, Madara no dejaría que le humillaran aún más.

Izuna se introdujo por la puerta. 

-Tenemos un problema.-

-¿Otro?-

-Si, están llegando más padres. E inclusive, miembros del clan que no tienen hijos. Casi parece una reunión política más que una reunión académica.-

Madara asintió.

-No me sorprende. El problema no es la academia ni la apuesta, lo soy yo.-

-¡Tonterías! Tú no tienes la culpa de esto. Sólo intentaste darle lo mejor a los niños y una lección a la rata albina. Hasta donde sé, lo lograste.-

-Si esto no sale bien...Izuna, quiero que seas el próximo líder del clan.-

Izuna parpadeó.

-No. Tú irás allí y daremos lo mejor de nosotros, aunque tengamos que golpear a algunos insolentes.-

-No golpearemos a nadie.- Madara suspiró. Sabía que amotinarse en contra de su clan sería ridículo. Tampoco quería una batalla campal en la academia. Le ponía enfermo de culpa y preocupación considerarlo siquiera, pero de salir demasiada afectada la academia, Madara dejaría el cargo y también de liderar el clan. Si eso era lo que su clan expresaba, lo haría. 

Su venganza vendría luego. Madara inhaló profundamente.

-Vamos en busca de los alumnos y demostremosles a sus padres cuánto hemos conseguido.-

Levantando la pesada carpeta que contenía su parte de la apuesta, el azabache fue en cabeza hasta el aula donde se encontraban sus cinco alumnos. Se sorprendió levemente cuando Itachi llevaba consigo una máscara AMBU y su respectiva vestimenta. 

-¿Imagino que esto fue obra de...?-

-Del consejo de Konoha, Madara Sensei.- 

La presencia del consejo estando involucrada dentro de asuntos del clan Uchiha era levemente extraña. Seguramente temían que Madara no pudiera controlar la situación. Si, era lógico que cuando su clan se volviera una amenaza ellos estuvieran al tanto. Sin embargo, ¿Por qué de tantos Uchiha disponibles tenían que elegir a Itachi? 

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora