Capítulo 25 - ¿Debería festejar?

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"- Que el silencio sea la prueba de la afirmación. Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o que calle para siempre.-"

El azabache abrió los ojos como platos y sintió su sangre hervir. ¿Él podía oponerse a la boda?"


El primero en mirar al público algo nervioso fue Hashirama. Sólo la opinión de una persona en particular le importaba. Y esa persona le miraba fijamente, abatido. Sabía que era probable que su azabache se sintiera incómodo al asistir a la boda. Sabía que posiblemente se molestara luego con él por eso y se lo echara en cara. Sin embargo, los ojos rojizos del Uchiha reflejaban algo más que el hecho lacerante de un amor no correspondido, reflejaban aversión, hostilidad. Madara estaba odiándole. Y el moreno no pudo evitar que el remordimiento ocupara el lugar de la ansiedad que le generaba esa situación. 

Pensó en decir algo y abrió la boca para hablar. Pero en cambio, su garganta se cerró y las palabras escaparon de su mente mas rápido de lo que el fuego quemaría un montón de hojas secas.  No sabía que decir. No sabía cómo. Y tampoco es como si pudiese hacerlo frente a tanta gente. 

Notó entonces que Mito le miró curiosa. Sus ojos grises brillaron levemente y una sonrisa salió de sus labios. 

-Estará bien. Es fuerte.- susurró, tomando al moreno de la mano. Hecho que la mayoría de gente miró con ternura, salvo una persona. 

Uchiha Madara. 

Ese contacto provocó que la mirada del pelinegro ensombreciera. Sin embargo, fue la excusa perfecta para no moverse. Su ira, sus celos, su odio, su tristeza y sus ojos rojos se convirtieron casi al instante en hielo. El azabache se quedó en su lugar, ante la atenta mirada del sacerdote, que parecía buscar alguna señal de oposición en los rostros de los presentes.

Luego de un momento, el anciano asintió y se volteó hacia la pareja.

-Ya que nadie ha deseado discrepar respecto a su unión, los declaro Marido y Mujer. Espero que tengan una vida llena de prosperidad y les otorgo mi bendición. ¡Felicidades!- 

La sala se llenó por completo de aplausos y de algunos elogios a Mito y a Hashirama, quienes, aún tomados de la mano, caminaron a recibir las felicitaciones de todos los presentes. Para suerte de la cordura del azabache, no hubo ningún beso de por medio. 

Tobirama se acercó a su hermano y le dio la mano, sin palabras, sin elogios. Fue tan cordial que Hashirama no pudo evitar sentirse incómodo. Sin embargo, eso no fue nada comparado a cuando el Líder del clan Uchiha se le acercó. 

-Felicidades, Shodaime.- soltó, sin exageraciones ni sonrisa alguna. Tampoco le dio la mano, solo una palmada en el hombro que casi le dolió al Hokague. 

-Madar...- balbuceó el moreno. Antes de siquiera terminar la palabra, el azabache se dio la vuelta y salió del templo. 

Tobirama miró al Uchiha irse en silencio. 

-¿Eh? ¿Tan pronto se va Uchiha-san?- preguntó Mito, algo sorprendida. 

La expresión triste del moreno confirmó las preocupaciones de la pelirroja. Invitarlo a la boda no había sido específicamente una muy buena idea. Lo bueno, es que sabía de que forma consolar al castaño. Tomó de la mejilla a Hashirama y le sonrió.

-No te preocupes, recuerda que lo veremos esta noche, en la fiesta.- 

-Eso espero.- dijo el moreno, casi en un susurro. Solo esperaba que fuera cierto. 

Tras lo dicho por la pelirroja, Tobirama pensó lo mismo que su hermano. 


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•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora