El jardín dentro del palacio de Konoha era digno de ser admirado. Las rocas de basalto rodeaban el estanque y el pequeño caudal de agua que pasaba por allí. Tenía todo tipo de flores y árboles hermosos que Mito no conocía, y aún así, le parecían muy bellos.
Mientras tomaba el té, admiraba el lugar tranquilamente.
La calma del lugar fue interrumpida por un apresurado Hokague, que se sentaba rápidamente frente a ella.
-Tengo que volver al trabajo pronto, ¿Qué sucede? ¿Por qué me mandaste a llamar y no fuiste directamente a mi oficina?-
-Sucede que tu hermano no está en el palacio. Se fue anoche hacia el clan Uchiha y ya van a ser las seis de la mañana y no ha regresado.-
Hashirama suspiró pesadamente.
-Era de suponerse. Pero no puedo hacer nada justo ahora. Tengo una reunión con el Daimyo en media hora.-
-Por eso te pido permiso para que me dejes encargarme de esto a mi, querido.- la princesa bebió otro sorbo de té tranquilamente ante la mirada de un hokague algo perturbado y estresado.
-No, no es buena idea.-
La mujer frunció el ceño.
-Solo intento ayudarte.-
-Es que...ya me resulta imposible centrarme en esto ahora. Tengo muchas cosas pendientes. Además, probablemente tu padre desee establecer más negociaciones conmigo y ayudar a tu clan a establecerse aquí. Además, no han pasado mas que algunas horas y...no quiero cometer equivocaciones otra vez.-
-Oye, oye.- la joven le sirvió una taza de té. -Tranquilo, escucha. Tengo un plan. ¿Puedo contártelo?-
El moreno aceptó la taza con la mirada perdida en sus pensamientos. No había dormido demasiado bien, el estrés de volver al trabajo y no poder asistir a la academia, sumado a que su hermano no estaba y Madara no quería saber nada de él, lo destrozaba. Con suerte sobreviviría dos días más.
-¿La gente de Konoha sabe que Tobirama-san es un libertino?- preguntó la princesa, sacando al Hokague de sus pensamientos depresivos.
-...- el moreno ladeó con la cabeza, pensativo. No estaba del todo seguro de eso. Eran rumores solamente. Pero lo cierto es que a parte de Naori Uchiha, su hermano nunca había tenido problemas con ninguna mujer u hombre. -No, creo que nadie lo sabe. ¿Por qué?-
La princesa juntó las manos, encantada.
-Pues sencillo, que se sepa que es un libertino y que ha estado intentando cortejar a Madara y ya. No es tan complicado.-
El hokague frunció el ceño.
-Es una estupidez.- le respondió. -Nadie creería algo como eso. Y de todas formas, eso no me ayuda a recuperar a Madara.-
-Pero sería una piedra menos en tu camino, Hashirama.-
-¡Cielo santo, Mito! Hablas como una villana.-
-¡Oye! No me critiques, solo intento ayudarte. Mi deber como esposa es ese, ya te lo había dicho.-
El moreno deseaba estampar su cabeza contra la mesa y convertirse en un niño chiquito que olvidara en el desastre en el que se había metido. Ni siquiera llevaban un día entero de casados y ya deseaba divorciarse y encerrar a Mito para evitar que siga con sus locos y perturbadores planes para ayudarle.
-Escucha, Mito. -dijo pausadamente, luego de un rato. -No niego...que tus plan para una boda que nos beneficie a ambos fue algo excelente. Pero...-
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•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)
Fanfiction"Si bien la guerra terminó hace tiempo y poco a poco retorna la paz, que el clan Senju y el Uchiha tengan diferencias aún aliados es algo obvio. Madara Uchiha no solo es líder de su clan, sino que es director de una academia donde educa a los jóven...