Capitulo 11 - Los cinco niños Uchiha

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Madara caminaba incómodo por los pasillos de la academia, en tanto Tobirama e Izuna iban detrás. Notaba las miradas curiosas de sus alumnos, algunos hasta estaban tensos. Todos sabían el peligro que el albino representaba para el clan entero. Era meter al lobo dentro del gallinero. Al menos eso creerían los padres de esos infantes. Sin embargo, el azabache estaba bien preparado para despedazar al peliblanco de ser necesario.

Una parte de el deseó que eso no hiciera falta. ¿Pero por qué?

El suave recuerdo de su situación en la biblioteca vino a su mente. Tobirama Senju le había dado un beso. ¿Por que demonios querría el hacer eso? No podía negar que fue agradable. Pero, un beso era una cosa muy íntima. El Senju según había contado bruscamente, era un libertino que había intimado con unas 30 mujeres. Era el hermano del Hokague y el único de su clan que tenía el cabello blanco y ...una figura muy masculina. Prácticamente podría besar a quien quisiera. Y de todas las personas en el mundo, besó a Madara.

Ahora, mientras las marcas rojas en el rostro de ese hombre llamaban la atención de todos en el lugar, lo único que podía pensar el azabache era en cuanto le gustó aquel beso. Su primer beso en años, dado por un delicioso Senju de un metro ochenta y dos centímetros. Se preguntó si él tendría la intención de repetir aquello. La próxima vez prestaría mas atención a la suavidad de sus labios. Y a su sabor, definitivamente era menta pero, había sentido algo más. ¿Chocolate? ¿Café?. Era encantador. Tanto así que el azabache no pudo evitar desear fundirse; como si fuera mantequilla caliente, en sus brazos.

El Uchiha casi pasa de largo su aula, sin percatarse a tiempo de que ya habían llegado. Se detuvo al instante, tan precipitadamente que el albino tropezó con él. No quiso mirarle debido a que su rostro expresaba vergüenza y desconcierto. ¿Como pudo distraerse tanto? Ingresó al aula con un aire imponente. Provocando que sus cinco alumnos se voltearan al instante a ver al alto peliblanco a su espalda.

-¡Caballeros!- dijo el azabache, llamando la atención con un tono de voz muy serio. -Permítanme presentarles a Senju Tobirama. Él se encargará de darles esta clase por un breve período de tiempo.-

-Estamos jodidos.- dijo Shisui. Hundiéndose en su asiento. Madara hubiera corregido esa actitud de expresarse tan vulgarmente antes. Sin embargo, una parte de él adoraba complicarle la existencia al peliblanco. El comportamiento de sus niños era la clave para que terminara por abandonar la academia con el rabo entre las piernas.

-Levántense y preséntense adecuadamente.-

El joven que había hablado de forma irrespetuosa fue el primero en incorporarse y con un aire elegante. Sin siquiera una pizca de arrogancia en su ser. Cosa que sorprendió al albino, que creyó que el anterior comentario demostraba que Shisui era un niño maleducado.

-Soy Uchiha Shisui. Un placer.- dijo. Madara sonrió. Cualquiera que fuera el resultado de la apuesta, esos niños eran su mayor proeza. Podían sentirse orgullosos de si mismos.

-Uchiha Shisui.- repitió el albino, con una voz forzada.

Madara lo miró desconfíado. El Senju lucía relajado. Sin embargo, parecía haber palicedido varios tonos aún cuando su piel no era morena como la de su hermano. Casi se notaba que el albino tenía la boca fuertemente cerrada. ¿Acaso su idea de que saliera corriendo con el rabo entre las piernas se haría realidad?

Obito, Kagami e Inabi Uchiha también se presentaron. Sin siquiera titubear. Haciendo elegantes reverencias. Hasta el momento, todo iba muy bien. El último niño se levantó de su silla al estilo de un militar bien entrenado.

-Soy Uchiha Itachi.- se presentó. Luego parpadeó elegantemente, luciendo sus largas pestañas. Arqueó entonces una ceja y preguntó. -¿Se ha perdido de regreso al Palacio del Hokague?-

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora