-¿Que tal te fue con Madara?- preguntó la princesa Mito, sentándose en la cama del hokague. Sin embargo, al recibir una fría mirada por parte de este, se preocupó. Parece que las cosas no habian salido tan bien después de todo.
-Madara me odia.- bufó el hokague, quitándose la corbata.
La princesa lo analizó intrigada.
-¿Y eso?- preguntó, quitándose los pendientes y dejándolos junto a la cama.
-Me besaste. ¿No te parece normal?-
El tono de voz serio y casi amenazador que el moreno le dio, causó que la pelirroja se preocupara aún más.
-No pensé que eso le haría daño.- la princesa dirigió su mirada hacia el suelo.
Hashirama se acercó a ella y la miró directamente a los ojos. Se sentía destruido y furioso a su vez con la princesa. A su vez, no podía evitar sentirse inútil.
-Le hizo daño. Y el suficiente para que no quiera saber nada de mi.-
Hashirama se alejó de la princesa y fue hacia un rincón de su cuarto. Sus invitados le habían hecho tantos presentes y entre ellos, mucho alcohol. No le vendrían mal unos vasos antes de dormir. Sobre todo porque debían fingir que dormirían juntos de ahora en adelante. Y la idea de dormir con alguien que lo había besado sin consentimiento lo enfermaba.
Abrió una botella de un vodka y bebió directamente de la misma sin usar ningún vaso. Mito se limitó a observarlo y suspirar, algo incómoda.
Se soltó su largo cabello y se fue detrás de un biombo, donde se cambió de vestido y se puso un camisón blanco con encaje rosado y lleno de piedritas brillantes. Muy lujoso ciertamente, pero no era tan incómodo como sonaba. Luego se sentó frente al espejo, en donde se quitó poco a poco el maquillaje en tanto miraba de reojo a su esposo.
-¿Y ahora qué harás?- le preguntó.
Hashirama sonrió tristemente. Lo cierto es que no tenía la mas puta idea. Probablemente se hundiera en depresión, se convirtiera en un mal esposo y arruinara la aldea para que así Madara tuviese que trabajar a su lado 24/7. Bueno, no sonaba tan mal como creía. Lo cierto es que Mito no le interesaba en absoluto, no estaría mal romper el compromiso.
Si tan solo no hubiera hecho caso al compromiso desde un principio. Estaba harto de los problemas.
-Quiero divorciarme.- susurró. Hundiendo la cabeza en la almohada.
Los ojos de la princesa se abrieron como platos.
-Eso fue rápido.- le respondió. Se levantó y se acostó junto al deprimido Hashirama. -Pero sabes que no puedes hacerlo. ¿Cierto?-
El hokague asintió. Sabía que debía esperar algunos años para revocar su voto matrimonial. Maldita sea.
La pelirroja le acarició el cabello en tanto el moreno deseaba tener una apoplejía.
-Lamento lo del beso.- dijo ella. -Creí que serviría para distraer la atención del disturbio. Debí preguntarte primero.-
El moreno abrió los ojos, analizando sus palabras. Deseaba estar mas furioso. Pero por alguna razón, sentía que ella decía la verdad. Sin embargo, aún quedaba otra cosa.
-¿Sólo te disculparás por eso?- preguntó, mas curioso que molesto.
La mujer arqueó las cejas con una expresión que para el moreno resultó graciosa.
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•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)
Fanfic"Si bien la guerra terminó hace tiempo y poco a poco retorna la paz, que el clan Senju y el Uchiha tengan diferencias aún aliados es algo obvio. Madara Uchiha no solo es líder de su clan, sino que es director de una academia donde educa a los jóven...