Capítulo 33 - Madre

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-¿Enviaron las cartas?- preguntó Hashirama, saliendo de su oficina en tanto veía a su hermano ir camino a la terraza del palacio. 

Con un leve ceño, el albino se cruzó de brazos y siguió su camino. 

-Si. Esta mañana, a través de un mensajero especial.-

-Asi que, ¿De verdad pretendes seguir adelante con la apuesta?-

-Es el único modo que se me ocurre de salvar la academia. Si tienes una idea mejor, ten la amabilidad de ilustrarme, Hashirama.-

El moreno lo siguió, quitándose el sombrero en forma de cono de la cabeza. 

-Ya te han ilustrado durante este último mes. Cuando ideaste reformar la aldea, te habría encantado arrojar una antorcha a la academia de Madara Uchiha...y al mismo Madara.-

Tobirama se sentía mas enamorado que ilustrado. No sólo del Uchiha, de todo el maldito colegio.

-Supongo que me precipité.- dijo mirando  la aldea, una vez que llegaron a la terraza. La pelirroja Uzumaki se iba con sus doncellas a pasear al centro de la aldea. Ciertamente había estado mas tranquila. Tal vez su hermano hacía las cosas bien una vez en su vida.

-Tobirama, tengo que hablar contigo.- dijo el moreno, mirando hacia la enorme estatua de su rostro, a espaldas del albino. -¿Qué harás si no puedes evitar el daño a la reputación de Madara?-

Tobirama dio la vuelta para mirarle, apoyándose contra la barandilla de metal. 

-Eso no sucederá.-

-¿Por qué? Sólo porque hayas decretado una victoria no quiere decir que el clan Uchiha por completo desee cortar tu cabeza y colgarla como premio en la entrada. Si hasta ahora no han actuado, es porque a quien se enfrentarán es a su mismísimo líder. Y creo que ambos sabemos de lo que es capaz Madara si se siente afectado por todo esto.-

-No soy idiota. Además, el ardid nos dará tiempo a pensar mejores estrategias para limpiar su nombre.- 

-¿Y qué pasa con Madara?-

Tobirama cruzó mirada con su hermano, el tono posesivo del moreno hizo que Tobirama se llenara de ira.

-¿Qué pasa con él?-

-Ayer vi que cierta prenda de tu vestuario estaba en la entrada de su alcoba. A menos claro, que a Madara lo visite otro hombre con un elegante pañuelo de seda con un brillante alfiler de zafiro en él.-

Tobirama apretó el puño, luchando por abstenerse de atravezar como un rayo a su hermano. Hashirama no tenía derecho alguno a culparlo de absolutamente nada. Había hecho cosas peores. 

-Te sugiero, hermano, que no le hables a nadie de eso.-

-No lo haría. Pero, ¿Por qué te empeñas en ocultarme cosas?-

 El ceño del albino se hizo mas acentuado, en tanto la voz del moreno se tornó mas severa de lo normal.

-Por eso te preocupabas tanto por Madara. Y por eso cuando supiste que fui yo quien lo lastimó...me interrogaste.-

-Si, así fue. Y debería haber hecho más que solo interrogarte, Hashirama. ¿En serio preferiste el título de Hokague antes que...al Uchiha?-

-Si, sé que fue absurdo. Intento sobrellevarlo como puedo. Y no me ayuda que mi propio hermano me mienta en la cara. ¿Y sabes algo? Tal vez debí escuchar a las advertencias de Mito.-

-¡Ah por favor! No sé como pudiste casarte con ella. Es perversa y manipuladora.-

-¡Pues no me casé por gusto, gracias por recordármelo! Mi idea era estar con Madara pero él no quiso saber nada más de mi.- la expresión del moreno se tornó sombría, en tanto apretaba los puños. Habló pausadamente. -Él decidió que no debíamos volver...y...ahora sé por qué.-

•[ Una Apuesta Peligrosa ]• (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora