16 "Je ne peux pas toucher une ange"

111 17 4
                                    

-¡Camille cálmate!-exigió Connor mientras retrocedía con ella para evitar la pelea.

Yo me encontraba igual que ella inmovilizada por alguien. Cuando por fin logré calmarme, reaccioné y vi que era Mars.

-Gracias ya estoy calmada...- dije en con algo de vergüenza.

-Milagro, estabas peor que perro con rabia-comentó Mars.

-Yo, lo s....-no termine de hablar cuando apareció la directora al parecer un inspector le había dicho lo ocurrido.

-¡Señoritas Volkod y Bonner, a mi oficina en este instante!- ordenó.

Nadie dijo nada, pero los murmullos y las miradas de los demás eran evidentes.

Mire a Mars e hice una mueca, este solo asintió y yo seguí los pasos de la directora.

Una mujer de unos 50 años aprox. Alta, delgada con un corte de melena, su pelo rubio ceniza perfectamente teñido, ojos marrones y piel clara. Era alguien que con solo caminar dejaba esa sensación de respeto y admiración. Pero ahora, esta misma te causaba miedo y vergüenza.

Entramos a su oficina, no había nada muy interesante, lo típico, cuadros con reconocimientos, trofeos del colegio sobre un estante lleno de libros, etc.

Tomó asiento y nos indicó que hiciéramos lo mismo. Camille fue la primera y luego yo en una silla a su lado que inevitablemente ambas corrimos al lado contrario de la otra.

-Bien, ¿me pueden explicar por qué dos jovencitas "civilizadas", se golpeaban como animales salvajes?-su tono de voz era firme.

-Yo no comencé fue ella-dijo Camille- tenía que defenderme-se excusó.

-Me llamaste puta y zorra, eso también es agresión verbal por si no lo sabías-dije irónica.

-No, me importa, quien comenzó. Este es un colegio donde los valores se deben respetar. Son señoritas y deben comportarse como tal.-Nos miró a ambas con severidad-saben bien nuestros principios, la fraternidad es uno de ellos y como institución somos una familia. Ustedes pertenecen a ella, así que quiero que se disculpen-dijo un tono de voz calmado y firme.

-No lo haré-dijimos al instante.

-Bueno... como parecen estar de acuerdo en solo conservar el odio, deberé tomar medidas-se cruza de brazos-quiero un ensayo sobre el texto más Huemul y menos Cóndor de Gabriela Mistral, para mañana con todas las nomas APA y 1800 caracteres sin espacio, además de que tendrán que limpiar el patio y hacer el aseo de su sala por 2 semanas-sentenció.

-¡¿Qué?! Pero es muy poco tiempo. No puedo terminar el ensayo en una tarde-dije anonadada.

-Es cierto, además tenemos otros trabajos y pruebas-agregó Camille.

-Debieron, disculparse entonces. Pero ya no lo hicieron, fue su elección.

-Pero, ¿nos podría dar más tiempo?-insistí.

-No, está nota ira directo a la asignatura de lenguaje, evaluaré su relación y criterio personal. En vez de pedir más tiempo, aproveche el de ahora, su profesor les dirá que día deben limpiar su aula, pueden retirarse, espero que esto no vuelva a ocurrir o me veré obligada a suspenderlas.

Sin más que decir nos retiramos de la oficina, despidiendo nos y aguantando la mala cara.

-Esto es tú culpa y ten por seguro que de ahora en adelante te haré la vida imposible-dijo amenazante mirándome con frialdad y se fue en la dirección contraria.

Camine hacia los casilleros, pero antes veo a Dean apoyando en una pared, sosteniendo un cigarro entre sus dedos, su mirada se posa en mí y sonríe de lado.

-Así qué... ¿peleaste por Mars?- cuestiona con calma y algo de curiosidad.

-¿Qué? Yo no pelee por él, solo me defendí-aclaré.

-De que te insultaran por él, es lo mismo al final, ¿no crees?- dijo burlón.

-No, no es lo mismo-rodé los ojos.

-¿Ah, no?, La gente dice otras cosas y a mí también me parece que tienen razón-apoyo ambas manos a mis lados dejándome prisionera entre él y la pared.

-Siempre van a hablar de la vida de los demás, cuando la suya es aburrida, al perecer pereces al grupo de los que no tienen nada mejor que hacer

-Mira, pero que sabía... entonces no peleaste por él-le da una calada a su cigarro y me analiza.

-No, ya te dije fue por-no pude terminar. Y comencé a toser porque el muy idiota me tiró el humo a la cara-¡estás enfermo!

-Ibas a dar la misma explicación y era aburrido-se acerca más-no te engañes...

-Aléjate, debo ir por mis cosas

-Obliga me-dice en tono retador y con esa curva en sus labios dejando una sonrisa lobuna.

-¡Dean!-chille y tome aire para calmarme.

-¿Qué?-susurra sobre mis labios, mi corazón latió a mil.

Mi vista se fijó en la suya y no apartamos la mirada parecía una guerra de miradas.

Era una tortura sentir sus labios tan cerca, su cuerpo emanaba un calor excitante, bajo su vista a mis labios

-¿Por qué lo besaste?-cuestiona con una voz ronca y atractiva, rozando los suyos sobre los míos.

-No sé...-mi voz salió temblorosa y casi en un susurró.

Tomo mi labio inferior entre sus dientes y lo presiono dejando una pequeña mordida, de manera tentadora, posiciona su mano en mi cintura apegando más a él, a su cuerpo firme y marcado.

Puse mi mano sobre su mejilla para acercarlo más a mí y por fin besarlo, me daba igual si parecía desesperada, Lo estaba.

Sentí como su sonrisa se amplió sobre mis labios y succionó el inferior, cerré mis ojos esperando más pero se apartó.

Moviendo la cabeza en forma de negación

-Nos vemos Anya.


Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora