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Narrador omnisciente.

Sara, no entendió a que se refería con esa frase, pero dijo: puede que sea
mucho mejor—gimió cuando sintió que jugaba con su entrada.

—Oh, si lo será...—rio él y con su mano libre tomo un cuchillo caliente—¿quieres que entre en ti preciosa?—seguía jugando con su clítoris.

—Si, por fav..or hazlo, ¡ya!- dijo agitada.

—Bueno, si insistes... —quito su mano de ahí y en su lugar metió el cuchillo, al
mismo tiempo ella gritó de dolor, su piel ardía y lagrimas empezaron a caer.

Un grito desgarrador deja su garganta.

—¡¿Qué hiciste?!—exclama entre el dolor, trato de soltarse, pero no podía—¡suéltame!—gritó y
gimió por las heridas provocadas.

—Pero, ¿por qué tan rápido? Si era lo que querías...—movió el cuchillo dentro
de ella, sus gritos, más fuertes y agudos—además... el juego está recién comenzado—añadió con un tono de diversión en su voz.

Tomo un lápiz y jugo con el entre sus dedos.

—Sabes el lápiz y el cuchillo son similares. Uno te da el poder de
herirte por las palabras y el otro te corta la piel y la desgarra...—cuidadosamente tomo los guantes.

La respiración de Sara, era acelerada, una fina capa de sudor cubría su cuerpo y el miedo corría por sus venas, pero no se rendiría tan fácil.

—¡Estás loco!—soltó un chillido agudo—¡ayuda!

—¿Loco, yo?—cuestionó su hijastro con ironía— Sí, puede que sí— admitió con una sonrisa de superioridad, puso su mano sobre su mentón en aire pensativo— Pero... yo no abuse de un niño... ¿te acuerdas?.

Y claramente lo recordaba, ese día sin saberlo, cometió el mayor error de su vida, Arruino las esperanzas de ese pequeño niño.

Lo volvió un "hombre" y al mismo tiempo un demonio.

Pero se mantuvo en silencio, ya no valía la pena afirmar, y como se dice el silencio otorga.

Era culpable y lo entendía perfectamente.

Esperaba que solo eso la fuera venganza, quemar su femidad ya era castigo suficiente.

Con el lápiz comenzó a escribir en su piel

—Que linda te ves así—murmuró al
ver todo su cuerpo escrito.

Su corazón martilleaba contra su pecho, la adrenalina la mantenía alerta.

—Las palabras hirientes siempre se te dieron
bien... ahora verás porque son iguales las palabras si usamos el cuchillo.

Sin embargo, se rindió y comenzó a suplicar, quería vivir después de todo.

—No, por favor no hagas nada más, perdóname...—podía sentir el
cuchillo pasar lentamente sobre su piel,la hacía temblar, estaba expuesta ante alguien que podía cambiar todo su futuro con un solo movimiento.

—Mmm—hizo una mueca y la miro a los ojos divertido—tu arrepentimiento llega demasiado tarde—contorneo su seno con el lado afilado de este, pero si cortar nada.

—Hora de remarcar las palabras en tu piel, ya quiero ver el
veneno de tu sangre correr por el—miro el cuchillo y comenzó a remarcar
lentamente la palabra.

—Estúpida...—ella se movía y gritaba con más intensidad, cada corte generaba un dolor que se extendía como alfileres, sin parar.

La sangre tibia brotaba de cada corte.

—¿Sientes el
dolor que causa una palabra? ¡¿entiendes ahora cómo me lastimabas?!—bramo con fuerza.

—¡Sí!— respondió, Sara, con agonía- Pero te ruego...—su respiración era completamente irregular- por favor ya no me lastimes...

Él suelta un suspiro, e intenta relajarse.

—Imbécil...—termino de cortar la otra palabra; siguió sucesivamente.

Su garganta y piel ardían por los gritos y Cortes. Tenía el cuerpo cubierto del rojo carmesí, una completa obra maestra, ya que sus
gemidos de dolor eran música ante los oídos de él.

—¡Por fa..vor para!—¡para!— suplicó en un grito—ten piedad... cometí un error, lo siento—sollozaba con fuerza y las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, tenía la esperanza de que todo terminaría que tal vez Chad
llegaría y todo acabaría ese sueño ahora solo era un horrible pesadilla.

—Bueno está bien... pararé al igual como tú cuando te lo suplique —dijo con
sarcasmo.

—No oíste mis suplicas espero... Que tampoco oigas las tuyas..., ya que pocos son dignos de escuchar tan hermosa melodía.

Tomo un fierro
caliente y lo metió en sus oídos quemándolos por dentro.

El sufrimiento que le provocaba él, era insoportable ya no podía oír sus gritos y el calor del fierro dentro de sus oídos, la hacía retorcerse con desesperación, su cabeza palpitaba, sus esperanzas cada vez disminuían. Si Chad no volvía pronto, moriría.

—Perdóname...por favor..—rogó entre llantos. Ya no sabía que más podía hacer.

—Ya estas, Perdonada- dijo divertido y tomo su lengua con unas pinzas —¿hay
que dejarle un recuerdito a papá, no? Extrañara la rapidez de tu boca—la
miro complacido y le corto la lengua.

—Linda ya hay que terminar la canción...
te llevaste mi "pureza", yo me llevaré tu vida.
             

          

             Nota

Lamento las faltas de ortografía,intento escribir lo mejor posible para ustedes :3,( las arreglare con el tiempo, no soy experta, espero que sigas leyendo 💜😊) si pueden difundir el libro se los agradecería mucho. 

Besos K.

Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora