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Narrador omnisciente.

Peligro, era la palabra perfecta para definir la situación de la ciudad.

Las autoridades habían determinado la suspensión de clases para proteger a los alumnos que pertenecían a ese establecimiento. Padres desesperando haciendo llamadas para exigir el retiro de sus hijos y la devolución de su dinero...

Dos días más tarde uno de los colegios más prestigiosos en todo París... se declaraba en quiebra.

Las piezas del rompecabezas no encajaban, los policías... se enfrentaban al peor panorama.

La mayor de las tragedias, culpable, pistas, nada.

—Es peor de lo que pensaba... las chicas solo tienes golpes entre ellas, se mataron entre ellas—murmura el detective a cargo del caso—¿jugo con sus mentes? Solo dos chicas no fueron asesinadas por él...—tira su pelo con frustración—¡no tiene sentido!—gruñe y sigue revisando la hoja de vida de cada alumno, preguntándose cuál de todos ellos era el culpable. El ser sin sentimientos y solo odio.

Antes sus ojos solo dos sospechosos... ninguna prueba, Scott... marcado como el principal.

¿Pero sería realmente él?

No, que equivocado estaba.

—Señor—se escucha la voz de un cadete en la sala, primer año en el cuerpo de investigación, todo un novato, con la apariencia de un chico de 18 o 19 años, y eso que tenía 23 años, cuerpo definido, pelo castaño, con un corte de moda- se han encontrado pistas de en el cuerpo de dos chicas. Debe venir.

Notar sus características le dio una pequeña idea, pero sería arriesgado, sin ningún sospechoso declarado la dirección no aprobaría mandar a un infiltrado.

—Voy enseguida se limitó a decir —mientras dejaba de lado el informe.

Anya.

Llevaba dos días sin clases y asistiendo a las citas del psicólogo, si antes era difícil dormir... ahora era peor. Despertaba agitada, después de las pesadillas. Tenía que tomar pastillas para descansar, era la única manera de callar los pensamientos en mi cabeza.

Mi mamá estaba más paranoica que antes y buscar un colegio nuevo después de que el antiguo quebrara se estaba volviendo más complicado, pero como recompensación el colegio nos había trasladado como curso a otro colegio con el mismo prestigio.

Estaba cansada de todo el caos, así que salí a caminar. Mala idea.

En la esquina se encontraba Mars besando a la misma chica que vi en su historia, bastante apasionados.

Apreté mi mano y solté un pequeño chillido cuando oí una voz.

—Me pareció oír un corazón rompiéndose—comentó con algo de burla Dean.

—Maldita sea—bufe—¿hace cuanto tiempo estás acá?—cuestione curiosa.

—Lo suficiente como para ver que casi lloras—se encoge de hombros restandole importancia.

—Ja ja que chistoso—volteo los ojos y por el rabillo miro a Mars.

Se olvidó fácil de todo...

—¿Por qué sufres?—noto un la sutil ironía en su pregunta— a mi parecer tienes dos opciones.

Saca se su chaqueta un paquete de cigarros y un encendedor.

Reparo en como va vestido y lleva una polera negra, al igual que los jeans, una camisa azul, el pelo algo desordenado.

—¿Ah, sí?—finjo interés—¿cuáles serían esas opciones?

Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora