Croire

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Narra Anya.

—Anya... entiendo que quieras una explicación, pero ahora ninguna está estable emocionalmente, llegaste de improviso y es muy confuso... por favor hablemos otro día.

—¿Otro día? ¿De verdad me pides otro día —cuestione con burla—no, no quiero venir otro día, ¡a hacer algo que tú nunca tuviste el valor de hacer! ¿Tanto te Cuesta darme una explicación?— exigí.

—Está bien... cuando Mars tenía como dos o tres meses, descubrí que su papá me era infiel. La rabia me inundaba en ese momento... y decidí vengarme, me cegó la ira y terminé engañándolo con su hermano—su mirada estaba fija en su taza de té— sin querer no terminamos enamorado. Queríamos irnos juntos y en ese momento no me importaba nada.

Él me había levantado cuando sentí que todo a mi alrededor se hacía pedazos, pero no todo lo bueno dura para siempre... un día antes de escaparnos juntos, sufrió un accidente automovilístico- las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas y sus palabras se quiebran un poco—murió, y al poco tiempo el papá de Mars se enteró de que le había sido infiel.

Toda la familia me miró con odio y asco, fuimos una vergüenza, él se quedó con todo.

Me echaron de la casa... no tenía nada. Mars era un bebé aún y tú venías en camino, no sabía qué hacer, muchas veces tuve que dormir en refugios o simplemente en la calle, cubierta nada más que por diarios y el inmenso frío de las noches. Nadie me quería contratar en algún trabajo por estar embaraza y tener a un bebé tan pequeño... hasta que llegue al refugio de las hermanas adoratrices, ellas me apoyaron y ayudaron durante el embarazo.

Sin embargo, sabía que su ayuda no sería de manera permanente.
No tenía a ningún familiar acá en Francia y aunque lo tuviera, mi familia también me había dado la espalda. Estaba atada, no podría sacar a dos bebés adelante yo sola. Si lo intentaba no les podría dar todo lo que ellos necesitarían... Estarían con hambre y frío todo el tiempo, yo ya había pasado por eso. No quería mis hijos crecieran en la miseria... con el dolor de mi corazón tenía que dejar a uno para salvarlos, era necesario.

Cuando tenía siete meses de embarazo, una de las hermanas me dijo que una joven quería ser madre... pero que su cuerpo no le permitía tener a un bebé en su interior. La idea de dar a mi bebe en adopción ya rondaba en mi mente hace tiempo y cuando me presentaron a tu madre... sentí que podía confiar en ella, desde ese momento ella no se apartó, acompaño mi embarazo y se volvió una gran amiga... se veía tan emocionada por cumplir su sueño. Yo no podía darte lo que ella sí, ese futuro sin necesidades- trata de tomar mi mano y yo la aparte, sus ojos llorosos me miraron suplicando comprensión- quizás nunca lo entiendas, pero quise lo mejor para ti...

Escuchar todo eso me había dejado sin palabras, con mucha información que procesar. No era capaz de pensar o razonar bien y había tenido la razón al decir que no estábamos estables emocionalmente, todo era un desastre. Tenía las respuestas, pero ahora no sabía cómo manejar la información y aún existía esa desconfianza en mí. ¿Es la verdad? ¿Mi medio hermano casi primo?

Anya tan ocurrente tienes la información y ahora estás de cobarde.

—Yo...—no tenía palabras, no sabía qué responder.

—Ey, ya volví—dijo Mars desde la entrada de la cocina—¿qué pasó?— pronunció.

—Me tengo que ir—temblaba y mi voz delató mis nervios, él claramente lo notó.

Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora