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Joyce.

Me quedé otra vez solo. Recordando todo mis errores mis acciones.

Había sido un imbécil, corrección soy un imbécil.

Con una infancia destruida, mi madre nunca sintió cariño ni amor por mí, era una prostituta, llena de la vida fácil y no lucho por mí.

Es más solo me abandono a una edad muy temprana, crecí en la calle en medio del frío, temor y hambre.

Donde muchos tenían amor, cariño y abrazos de sus padres yo no tenía, nada...

Crecí en un hogar luego la mayor parte del tiempo me la pasaba con padres temporales.

Ninguno me quiso, era despreciado y maltratado, el último fue el peor.

Golpes y abusos eran el pan de cada día, estaba cansado. Trate de gritar pedir ayuda, pero solo era un estorbo. Siempre lo fui.

Me fui sumergido en el alcohol y vicios, porque era la única manera de alegrar la mierda de vida que tenía.

Hasta que lo conocí a él. Dean, fue el único que me tendió la mano cuando nadie más lo hizo, se volvió una espada que me ayudó a enfrentar mis temores. Me libero del dolor y el sufrimiento, se volvió mi héroe, un salvador.

Causando una admiración ciega por él, me volví su aliado, casi su amigo y cómplice, obedecía cada orden sin protestar, quería ser como él, tener el control, no ser la burla de la gente sino un ser superior al que todos debían tener respeto y adoración.

Estúpido lo sé.

No quiero decir que no soy culpable y que nunca maté a alguien porque si lo hice, Mate a Alexander Bumont, mi abusador y no sentí remordimientos al hacerlo, solo aumento mi necesidad de justicia.

Captura a Kerstin

Listo.

Ayúdame a atarar la.

Listo.

Pero las dudas comenzaron a aparecer, cuando presencié la muerte de Kerstin desde una esquina, mi mente comenzó a jugarme en contra.

¿Cuál era el propósito? ¿Debía seguirlo aún?

No, ya no quería. Nunca me explicaba el porqué se sus acciones, no entendía las razones y me di cuenta demasiado tarde que todo esto era un error.

Entonces comencé a revelarme, según él mi perfil tenía que ser bajo, volverme una sombra, donde nadie me pudiera ver o sospechar de mí.

Hice lo contrario, me volví notorio, no respondía mucho a sus llamadas.

Vuélvete cercando a Anya Volkdod, otra orden. Que sin saber se volvería mi salvación y mi mayor tormento.

Fallé. Porque la conocí a ella, a Gera, las dudas aumentaban cuando estaba a su lado. Pero al mismo tiempo una ilusión aparecía susurrando que podía comenzar de nuevo.

Pronto cada llamada y cada orden me irritaba, la ira se acentuaba, ya no quería ser el perro fiel que lo siguiera a pesar de todo.

Pero inconsciente esa misma admiración, se estaba volviendo odio y temor.

Porque sabía que era capaz de todo, lo comprobé cuando secuestró a esas chicas y las sumergió en ese juego macabro.

¿Estaba bien secuestrar a esas chicas? ¿Tortúralas y matarlas?

Cuando él no estaba yo las tenía que cuidar, yo lo ayude a secuestrar las, a torturarlas.

El que no las haya matado, no me hacia menos culpable, mis manos no estaban limpias.

Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora