21

87 17 7
                                    

Narra Asesino

Estaba recostado en la cama y bote el humo de cigarro con lentitud. Quise darme la vuelta para apagar la colilla, pero unos brazos alrededor de mi cintura me lo impedían, sonreí de lado al verla. Solo una sábana cubría su cuerpo, estaba profundamente dormida.

Quién pensaría que aquella chica se divertía conmigo. Porque siendo sinceros, ante los ojos de las demás personas yo era solo un pobre fracasado. Me limité a admirar su cuerpo. Aunque ya me conocen... me gustaría mucho más adornado en sangre. Di un pequeño beso en su hombro, quite sus brazos de mi cintura con cuidado, digamos que no quería arruinar su último sueño...

Narra Anya

Estábamos caminando por los pasillos del colegio hasta que vimos a muchas personas amontonadas en un lugar. Muchas chicas lloraban y otras murmuraban sorprendidas.

—¿Qué pasa?—preguntó Geraldine.

—No sé...

Vimos a Nathan pasar por nuestro lado corriendo. Fue extraño. Y por eso abrimos paso entre los chicos del colegio y no era posible lo que estamos viendo...

Había fotos de una chica desnuda, con muy buenos atributos, impresas y colgadas en el mural. Algo que no sería tan impactante de no ser porque... la mayoría de su cuerpo estaba cubierto de sangre y con diversas heridas, quemaduras, Cortes, etc. Sus labios estabas cosidos, y no me refiero solo a los de la boca por cierto. Algunos de sus dedos se encontraban mutilados y puestos a su alrededor como decorando... uno de sus senos, no estaba, y donde debían ir los ojos había dos vibradore... Incrustados en estos. Una imagen bastante fuerte, por reacción lógica, algunas chicas estaban vomitando.

Bajo las fotos había un pequeño cartel que decía: No solo gemía de placer, se los aseguro.

Geraldine cubrió su boca para no sollozar o gritar, lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas. Yo estaba muy perdida como para darme cuenta de quién era esa chica y porque había sufrido una muerte tan dolorosa.

—Ella es...Kerstin Wagner, la hermanastra de Nathan...—habló Geraldine.

—¿Nathan tenía una hermanastra?

—Sí...ella nunca quiso que los demás lo supieran, y por eso fingía que Nathan no existía. Por los apellidos distintos nadie lo sabía además de mí—su voz salía quebrada.

Solo pude abrazarla., los conocía hace poco y por esa razón no sabía muchas cosas de ellos.

—Debemos ir por Nathan, no puede estar solo ahora...—me miró Geraldine.

Asentí. Caminamos a la salida y vimos a Nathan sentando debajo de unos árboles. Abrazaba sus rodillas mientras escondía su rostro en ellas. Cuando nos acercamos a él pudimos escuchar sus sollozos y murmurós de negación.

—No... Eso es mentira yo la llamaré y responderá, no está muerta, es falso una mala broma...—repetía una y otra vez con la voz quebrada. Me dolía mucho verlo así, era una faceta que nunca me había tocado ver en él. Siempre estaba con una sonrisa y bromas, era chico alegre, pero ahora, esa sonrisa encontraba perdida entre las lágrimas.

—Nathan... es... Real— dijo Gera con el mismo tono de voz.

Él solo alzó la vista al escucharla, sus ojos estaban rojos y más lágrimas Caían de estos. Rápidamente abrazó a Geraldine de las piernas y esta se agachó para estar a su altura.

Me sentía mal por ambos. Pero, ellos tenían una amistad de años, posiblemente yo jamás lograría tener una conexión así. Como la de ellos y tampoco la quería romper, me alejé lentamente para darles espacio. Ahora ambos lloraban abrazados. Mientras yo me encontraba a unos metros de distancia por si me necesitaban.

Narra asesino.

Los murmullos y gritos de dolor de parte de los amigos de Kerstin eran muy placenteros. Aquella chica, no era tan buena como todos pensaban.

Desde que entre al colegio... ella me había hecho la vida imposible, no tanto como mi padre. Pero, si lo suficiente como para hacerme sentir más miserable. Entonces yo había fijado mi plan. Matar a mis progenitores era solo el inicio, se los dije.

Sus burlas y bromas, junto a la de sus amigos. Eran las razones por las cuales yo no quería venir a estudiar. Ordenaba a los demás para que me golpeara, rompieran mi ropa o cualquier cosa de mi pertenencia.

Yo en venganza la había quebrado a ella literalmente. Trate de romper hasta el último hueso posible de su miserable cuerpo. Los más perjudiciales eran los de sus costillas, una de estas perforó su pulmón haciendo que se ahogara en su propia sangre.

Sé que nadie me miraría como sospechoso porque nunca me vieron con ella en público. Ella debía verse como la chica sexy e inalcanzable y yo el mismo miserable que por las noches saciaba sus grandes deseos.


Narra Anya.

Geraldine y Nathan estaban más calmados. Las lágrimas rebeldes aún caían pero no con tanta frecuencia. Yo estaba conduciendo a la casa de Nathan. A ratos ambos parecían desconectarse de la realidad.

Cuando llegamos la casa de Nathan estaba siendo investigada por agentes policiales.

La madre de él lloraba desconsoladamente, mientras que su esposo trataba de consolarla. Nathan se acercó a ellos y los abrazó. Estaban afuera de la casa por la orden de los detectives.

—Creo... que debemos dejarlos solos.

—Tienes razón necesitan espacio...—respondió Gera.

Así que caminamos de vuelta al auto, los vecinos ni siquiera se molestaban en mirar desde las ventanas, sino que descaradamente salían a observar la situación.

—¿Quién crees que pudo haber sido?

—No tengo ni la menor idea. Ella solo salía con chicos del equipo... y por la nota se deduce que es hombre.

—Es lógico... pero cuál de todos...

—La policía se encargará de todo. O eso espero, Nathan es como mi hermano me duele ver lo así—miró hacia afuera y se perdió en sus pensamientos.

Hasta El Demonio Fue Inocente ( Completa, Libro 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora