Misión 13: Las hermanas

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-Bueno empezaré desde el principio. Me llamo Nebehet, pero me puede llamar Nebe o Katherine para ti amor mío.-le guiña un ojo a Vergil y este solo niega la cabeza.- Bueno, mi padre fue un Dios-rey demonio y mi madre Reina de los primeros años que la civilización egipcia dió sus pasos. Soy la menor de la familia. Mi hermana mayor es la Reina del Inframundo, genial ¿No?.-me mira con una sonrisa alegre y yo trate de manejar mis nervios de todas las maneras.

-Esto no puede estar pasando.-toque mi cien con mi manos, quería correr tan lejos como mis pies me lo permitiera.

-No es complicado, eres la Reina y punto.

-Para ti es fácil para mí no. Creci siendo una humana con un don algo especial pero humana. Prefiero que sea así.

-No puedes negar tu poder Aset, es tu destino. Ya estamos aquí, demos reclamar lo que es nuestro. Muy pocos conocen la verdad pero si unimos fuerzas podemos.

-No tengo poderes como tú, no puede ser tantas cosas.-la interrumpí y ella se cruzó de brazos como niña pequeña.

-Siempre haces lo mismo, te haces de rogar. Nadie puede hacerlo mejor que tú, vamos por favor.-ella se acerca y toma mis manos. Un escalofríos paso por mi columna.-Tienes que recordarme, mírame. Somos gemelas, por favor eres mi familia, mi sangre.-una lágrima cayó por su mejilla izquierda. Mi pecho me dolió como un infierno, tomé sus manos y ella me miró algo dolida.

-Somos idénticas, tú dices que somos hermanas. Te puedo creer pero por ahora no presiones esto, no da el lugar y las circunstancias. Si es verdad lo que dices estaremos preparadas para todo, solo dame tiempo. Estoy segura que podemos arreglarlo.-toque su rostro y ella tomo mis manos con cariño.

-Si eres mi hermana, como siempre actúas de esta manera. Tan parcial y de pensamiento frío.-ella rió y su vista decayó a los señores de atrás.-Creo que te debo una explicación.

Vergil tenía los brazos cruzados y no parecía muy contento. Dante para maravilla, estuvo callado todo este tiempo, algo poco común de el. Me acerque al viejo rojo y ví como Nebe se sentaba en una roca y le hizo señas a Vergil para acercarse. Nosotros hicimos lo mismo, quería escuchar esta historia.

-Te contaré lo que pasó aquella noche. Cómo sabrás un grupo de demonios invadió nuestro hogar a horas de haber tenido a nuestro precioso hijo.

Hace 23 años atrás.

"Solo un poco más", mis piernas temblaron por el esfuerzo que hacía. La transpiración empapa mi cuerpo, mi mandíbula se aprieta con fuerzas y tomo las manos de las señoras a mi lado con el poco poder que presiento de otra contracción.

-Tú puedes, solo un poco más.-la anciana me alentaba y con mis pocos ánimos respire y volví a empujar. Dolor, siento mucho dolor, mi parte baja se contrae y tengo las necesidades de romperle las cabeza a todos en esta habitación. "¿Dónde está?".-¡Su cabeza! ¡Veo su cabeza!.

La mujer salto exaltada y yo no tenía más fuerzas.

-No puedo, necesito respirar.-la puerta se abrió de golpe, ví su hermosa cabellera plateada. Su cara era un mar de sorpresa y preocupación. Corrio hacia a mi y la mujer se fue pero mi mano agarró la suya con toda seguridad.

-Lo siento, llegue un poco tarde.-el acaricio mi pelo y sonreí.

-Jamás sería tarde para ti.-teniéndolo a mi lado, sentí la poderosa fuerza poseerme. Volví a respirar hondo y empuje con todas mis fuerzas.

La mujer aviso que pudo tomar su cabecita. Con otro empuje más, saque su cuerpo en menos de diez minutos. Sentí como mi cuerpo fue vaciado y ya los dolores desaparecieron.

Destiny soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora