Misión 25: Confesiones

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Sentí unos besos en mi frente y un rico olor a lavanda. Kyrie estaba besando mi rostro y luego llegó a los labios, esperaba que me diera alguno beso pero no sentía nada sobre ellos. Desconcentrado abrí los ojos y ella estaba sonriendo.

-No te daré ninguno hasta que no te levantes.

-Eso es malévolo.-ella rió y la tomé en mis brazos, la volví a meter en la cama conmigo. Ya estaba lista, preparada para enfrentar a mi familia y se veía hermosa.

-Tenemos que irnos.-le di un beso en los labios y ella me respondió con gusto.

-Bien, me conformo con este.-la deje ir y yo me levanté con todo el cuerpo pesado.

Me vestí con la ropa que mi madre me dió, unos jeans grises oscuros y una remera violeta oscura simple. Kyrie también estaba usando ropa que mi madre nos dió.

Mi madre apareció un día así no más y dijo :"Venga, vamos a comprar ropa". Gastó una fortuna en nosotros pero ella solo decía que hacía eso porque quería y podía. A veces me da miedo, ella puede parecer dulce pero cuando hay algo que no le gusta se puede ver qué enserio es hija del ex Rey-Demonio. La amo, es la mejor mamá del mundo, es cariñosa, comprensiva y súper compañera. No entiendo como un tipo como mi padre haya podido estar con semejante mujer.

Cuando ayer dijo sobre ese tal James, me causa demasía risa. Me encanta que sea así de sincera, no me molesta para nada. Es la Reina de la Lujuria, es obvio que tiene que llevar ese título con orgullo. Yo la verdad siento ese orgullo.

Me encantaría que Dante y Vergil se llevarán como ellas dos. Se nota que se aman y eso es lo que más valoró, su forma de amarse la una y la otra.

Mi tía, dijo que una vez su madre se interpuso en una pelea suya y fingió haberse lastimado. Ellas entraron en pánico y luego su madre les dijo que así se siente ella todo el tiempo cuando peleaban. De partir de ese día jamás volvieron enfundar sus espadas para enfrentarse entre ellas, podían llegar a pelear y tener desacuerdos. Pero jamás volvieron a usar sus armas contra si.

-Bajo primera.

-Okey baby.-ella dejó un beso en mis labios y se fue. Yo terminé de ponerme mis botas y fui a buscar mi celular. Pero se me cayó al suelo. Solté una palabrota y procuré en que no le haya pasado nada.

Ví que seguía igual que siempre y eso me tranquilizo, mis ojos vieron un hueco en la pared de madera. Me pareció extraño porque los extremos estaban perfectamente cortados. Corrí un poco la tabla y había un libro viejo color bordo.

Lo tome y parecía una especie de diario. Estaba echo de cuero y tenía unos listones del mismo material. Lo desate y la primera página apareció un nombre al que casi me muero ahí. "Esto es de la propiedad del señor Sparda."

Mis ojos no podía creer lo que estaba viendo, era el maldito diario de Sparda, mi abuelo. Lo pensé por un momento si debía o no leerlo pero se que nadie va a saber esto y no tiene porqué saberlo. En fin de cuentas Sparda no está y sus hijos ni saben de la existencia del objeto.

Sin más peros, empecé a leer las páginas. Las principales hablaban de como él busco la manera de afianzar su escritura para mantenerse en este mundo donde no pertenece. Cuántas batallas que tuvo con mamá y mi tía. Las de veces que vio a más de un amigo morir, que al fin de cuentas siempre quedaban ellos tres.

"Cuando alguno de los tres no esté, ¿Qué pasará?. Que frase más horrenda que mi mente puede abarcar pero es algo a lo que temo. No sé que haría sin esas dos y no sé qué harían ellas sin mi. Nebehet de seguro se va ir con alguno de por ahí y Aset, ella seguirá siendo la misma. Ojalá lo fuera, no podría pensar en alguien digno de ella, amarla como la amo es doloroso pero agradezco su sinceridad.

Destiny soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora