Me fui al baño dejando al bebé con Dante. No quiero que se sienta mal o fuera de su zona de confort por encargarle un poco al niño, él se ofrece a ayudarme pero yo solo quiero encargarme y que vea que no quiero atarlo a todo esto.
Fui al baño cómo podía, cuando estuve fuera del foco de atención de todos mi cuerpo cayó contra la pared y deje que mis pulmones respiraran con sus pocas fuerzas.
Divisé la puerta del baño y con las mínimas energías me arrastre a ella. Abrí la puerta con magia y me adentre a dentro. Levanté la tapa del inodoro y vomité toda la sangre que mi cuerpo no necesitaba. La blancura del objeto hacía contraste con el plasma lanzado por mis labios, era horrible, el gusto a hierro se quedó en mi boca y al mismo tiempo la secaba.
Lo que esta pasando es que mi parte demoniaca está luchando con la humana para sobrevivir. Debo soportarlo, no puedo morir ahora, tengo una familia, tengo a alguien que amo como nunca, puede amar a otro ser vivo. No puedo rendirme pero no encuentro la solución y me estoy quedando sin tiempo.
Sentí otra vez el líquido pasar por mi esófago y llegar a mi boca. Escupí la última gota de sangre y me dejé caer en la tapa del inodoro. Estaba muy cansada y sentía que de algún momento volvía y despertaba. Escuché el pestillo de la puerta y ví la figura de Nero en la puerta.
-Mierda, tía ¿Qué sucede?.-él puso su mano en mi hombro y con fuerzas mínimas lo mire.
-Cierra la puerta por favor.-él no muy convencido la cerro y regreso a mi. Yo por otra parte me fui sentando en la tapa del inodoro.
-¿Qué te sucede?.-sus ojos eran serios y estaba muy asustado.
-Mi cuerpo está en plena lucha contra si mismo.
-¿Qué cosa?.-yo agarre sus manos y le hable muy detenidamente.
-Cuando tu madre y yo reencarnamos lo hacemos por un tiempo, luego nuestros cuerpos a no poder soportar tanto poder colapsan y desaparecen.
-Si eso lo sé pero dijiste que se solucionaba con encontrar la fuente verdadera de tu poder.
-Así es pequeño pero yo aún la encuentro.-él me miró más horrorizado, se puso rojo y ví como sus ojos se cristalizaba.
-Dime que no te estás muriendo.-le sonreí y me dolía más que a él decirle la verdad.
-Si, me estoy muriendo.-el se quedó como de piedra, no miraba mi rostro solo un punto fijo atrás mío.
-No, me niego debe haber una forma de solucionar esto.
-La hay, buscar mi poder. Lo intente en todas partes del infierno pero no está ahí, encima los demonios se está revelando cada vez más. Si no controlo mis poderes volverá a quedar el trono vacío y las consecuencias serán muy graves.-el agachó la cabeza y yo solo me límite a acariciar sus manos.
-Por eso adoptaste al niño.-me reí y afirmó con mi cabeza.
-A parte de que es la reencarnación de mi hermano, quiero sentirme madre por última vez.
-¿Última vez?.-ahí fue donde lo abracé y el también, llore un poco al igual que él. No me quería separar pero quería mirarlo a los ojos.
-Tienes que prometerme no decirle a nadie. No quiero que tú madre se preocupe por mi cuando tiene un acontecimiento muy especial, ella se merece ser feliz.
-¿Y tú no? Vamos tía, salvaste a la humanidad completa, te hiciste cargo de tanto las cosas acá en el mundo humano como el de los demonios. Ayudaste a un inocente bebé a no morir en la calle, por más locura que hayas puesto por hacer de madre y no hayas hablando con alguien no significa que seas menos que nosotros. No pienso perderte, escuchaste, no pienso dejarte sin haberlo intentado.-lo mire con ternura.
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Destiny soul
Fanfiction¿Quien dijo que poseer un don era fantástico? La familia Williams Gold, marqueses de alta sociedad. Tiene a la menor de ellos con un don bastante especial, ve espíritus. Su familia no creo en esas cosas haciendo así su vida un poco más complicada. E...