Misión 18: Esto va ser largo

28 3 0
                                    

Mi hermana salió por la puerta del local de Dante rápidamente.

Es obvio que no va a ir a comprar.

-Vergil, síguela. Esta estúpida va hacer alguna locura.-el albino me miró y bufo.

-Ve tu, es tu hermana.

-Es tu mujer.

-Ah, bien.-suspiro, agarró su abrigo y su Yamato. Salió con enojo y yo solo podía tocar mi cien con estrés.

-Hermanos.-Dante se apoyo en el escritorio, se cruzó de brazos. Me sonrió de lado y me miró de arriba a bajo.

-Por lo menos tengo a alguien que me ayude, antes era yo sola. No la podía dejar ni un momento porque ya andaba con algún hombre o metida en algún problema. Tu padre solo estaba ahí viendo la situación, el hijo del Averno solo se reía.-Dante se rió y yo también.

-Al menos la ayudas, mi hermano me clavo un lápiz en el ojo. Mi madre casi se muere de espanto y mi padre lo tomo en broma. Es obvio que nos castigo a ambos.

-¿Por qué los castigo a ambos?.

-Yo le clave una tijera en la mejilla.-lo mire horrizada y luego me imágen la escena, ahora ya entendía porque Sparda veía esa escena con humor.

-Pobre tu madre.-Dante rió y luego soltó un poco el aire en sus pulmones.

-Tenía un carácter fuerte pero siempre supo mantener la cordura de todos en la casa.-sus ojos eran un mar de recuerdos y su ánimo cambio en menos de unos segundos. Pasaron tantos años que el mismo no puede superar todo esto, mejor dicho, no tuvo tiempo de superarlo.-Hace mucho que no vienes, desde que llegamos.

-Tuve que adaptarme de nuevo y salvar mi vida estudiantil. La beca para la universidad sigue de pie y Nebe también quiere estudiar, así que entre la dos estuvimos muy ocupadas. Pero de seguro venía aquí para ver a Vergil.

-Puede ser, cuando llegaba de alguna misión él estaba de otro humor. No me miraba con asco, solo me miraba y me dejaba alguna comida preparada. Gracias a él no vivo de pizza, aunque la extraño.

-¿El negocio sigue en pie?.-Yo me acerque más a él y puso sus manos en el escritorio.

-La verdad, bastante bien. Pensé que contigo al mando iba a tener que cerrar el local pero las cosas siguen igual.

-Hay demonios rebeldes, muchos estuvieron aquí por años y no aceptan de que yo soy la Reina. Eso quiere decir que tienes para rato.

-Bueno al menos mi pan no se acaba.-le sonreí y el tocó mi mejilla izquierda, lo deje un momento y luego mire a su alrededor y el lugar era un desastre. No recuerdo que la primera vez que lo ví fuera tan desastroso.

-Esta lugar está en decadencia Dante, cuando vine esto no estaba así.-se rascó la nuca algo nervioso y torció los labios con incomodidad.

-Nero venía a limpiar un poco. Hizo mejor trabajo que yo.

-Estoy segura.-me acerque a una montaña de pizza y me dió un asco horrible. Pero también me dió hambre, mire mi celular y marcaba la una de la tarde.-Tengo hambre.-lo mire y él estaba tirando unos papeles al cesto de basura.-¿Quieres ir a comer? Yo invitó.

El levantó sus ojos hacia mi con verdadera sorpresa.

-Pues claro que sí cariño. Espera me iré a cambiar.-solto el cesto y fue corriendo escaleras arriba. Cómo no me quedaba de otra me senté en el viejo sofá que tiene en un rincón.

Pasaron unos minutos y él ya estaba vestido. Su pelo estaba mojado, cambió su ropa de siempre por una camisa negra y unos jeans oscuros desgastados. Yo trague saliva, maldito viejo, se tenía que cambiar y encima bañar. Mierda, esto va hacer difícil.

Destiny soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora