Brawl Stars: La Reencarnación del Mal

Capítulo 24: Hogar... Dulce...

—<Hola... en realidad no tengo excusas... je. Lamento no haber publicado el capítulo ayer, tengo un gran problema con la procrastinación... En cualquier caso, mejor tarde que nunca, espero disfruten de este nuevo episodio.>—

La tensión en el almacén era aplastante, ninguno de los dos bandos hacia un movimiento, pero ambos sabían que era inevitable. La pirata veía esta escena sin poder hacer nada, esa medicina que había tomado antes no hizo el efecto que ella quería, las viejas heridas sin sanar estaban regresando a su cuerpo. El robot seguía tratando de escapar de la masa pegajosa en la que estaba, sin lograrlo a pesar del esfuerzo pero manteniendo en sus brazos a la pequeña pelirroja, los únicos capaces de hacer algo eran los brawlers que recién entraron. El joven rubio irrumpió en la calma orquestando una danza de dagas oscuras, cada filoso ataque iba dirigido a un brawler. La tarotista se adelantó y usó algo de su magia para neutralizar la amenaza, dando paso a la verdadera batalla. La pelimorada se separó del grupo, corrió hacia los dos enemigos fijando su furiosa mirada en la bateadora, mientras los dos pesos pesados intentaban alcanzarla. El usuario de magia negra se apartó y creó una barrera transparente entre ellos y los brawlers, sin embargo gracias a los reflejos de la escopetera, logró entrar a la "zona segura". Sin dudar un segundo, apretó el gatillo hacia el abdomen de la chica que se encontraba frente a ella, ya que esta última se había cubierto el rostro con sus brazos. La explosión resonó en el lugar y muchos perdigones atravesaron la piel, había un desastre de sangre y gran parte de carne había desaparecido de la zona media de la pelinegra... era algo muy desagradable. La escopetera se alejó unos pasos, se asombró unos segundos de lo que fue capaz de hacer, pero su mirada seria no reflejaba inquietud, observaba sin expresión... La bateadora bajó sus brazos lentamente dejando ver su rostro, tenía una enorme sonrisa burlona que fue opacada por una gran cantidad de sangre que expulsó de su boca, aun seguía de pie. Sin preocuparse en lo más mínimo de su herida, abanicó su bat impactando un poderoso y sorpresivo golpe al costado de la pelimorada, sacándola de combate al desplazarla a una de las paredes del almacén, la cual por el impacto se derrumbó sobre ella. La barrera seguía desplegada, los musculosos la golpeaban para intentar romperla y la tarotista usaba su magia para debilitarla, aunque esto último no funcionaba. Mientras esto ocurría, la bateadora se acercó a la barrera y una masa negra comenzó a brotar en su herida, en unos segundos su abdomen fue cubierto por esta. La extraña sustancia se disipó y la chica volvía a estar como antes, no pudo evitar reírse a la vez que tomaba mas dulces negros de su bolsillo.

-Bibi: Bien... ahora que tengo estómago otra vez podemos continuar, -sonríe- quita la barrera.

-Lucas: No debemos luchar, no es necesario.

-Bibi: Hay que ganar todo el tiempo posible, ¡Que no se te olvide quien esta a cargo!

-Lucas: Como quieras.

El joven chasqueó sus dedos y la barrera desapareció. Los pesos pesados tomaron el liderazgo, el luchador dio un gran salto y el escopetero empezó una embestida, ambos apuntando hacia la bateadora. La tarotista y el mitad vampiro fijaron al hechizero, se acercaron veloces evitando que apoyara con magia a su compañera. El esqueleto vio una oportunidad, con todos ocupados, él podría ayudar a su amiga y a las chicas lastimadas. Ignorando el combate fue primero a por la pirata, la cual estaba más cerca del peligro.

-Penny: ¿Qué haces imbecil? Ve por... Jessie primero...

-Poco: Iré por ella después. -carga a Penny-

-Penny: Bájame... -mueve sus brazos- agh...

-Poco: Déjate ayudar. -corre hacia la salida-

Rápidamente el pequeño mariachi llegó al agujero que daba paso a la salida, dejó a la chica recostada y fue a por la pelirroja. Gracias a la acción del robot, el chicle no tocó ni un poco a la joven, fue fácil para el esqueleto tomarla y ponerla a salvo. Con las dos en una posición segura, ya solo quedaba ayudar a la pelimorada. Corrió hacia los escombros y comenzó a desenterrarla, por desgracia no pudo continuar. En un pequeño lapso de calma entre la lucha de los de combate cercano, la bateadora arrojó su arma hacia el esqueleto... este impactó en su cráneo, y creó un gran agujero en su cabeza... el esqueleto cayó de espaldas, y ya no tenía su brillo en los ojos.