Brawl Stars: La Reencarnación del Mal

Capítulo 34: De Vuelta al Juego

El último rayo de luz del día, caía por el horizonte, cediendo su turno a la lúgubre contraparte que, sin falta, llegaba puntual. El comienzo de la jornada nocturna trae consigo mucha tranquilidad, las familias residen en sus hogares conviviendo sanamente, el clima se torna más frío y agradable para algunos, el cielo viste sus brillantes perlas, y los relajantes sonidos de la naturaleza entonan melodías acogedoras, aunque... esto no sucedía en la ciudad de Karsovia... No habían hogares llenos de amor, el ambiente era inestable y mantenía un olor a combustible, el firmamento era opacado por grandes nubes de contaminación negra, y los únicos ruidos presentes... eran el arder de las llamas. El bombardero había completado su misión, desplegando múltiples cargas repletas del líquido de alta combustión, estas fueron distribuidas en varias ráfagas, abarcando gran parte del territorio, y centrándose en el epicentro del caos, el jardín botánico. En el campamento militar empezaban a desmantelar sus instalaciones, esto fue una misión exitosa por donde la veas, aunque no todos ellos compartían ese pensamiento, en especial el cabo primero que tuvo un encuentro en la frondosa selva. Se hallaba sentado en un montículo de tierra, cuestionando sus acciones, más alejado estaban el luchador, con vendas manchadas en sus manos y una expresión seria, y la entomóloga, sentada al lado de los restos del pequeño robot, el cual servía como maceta para la semilla que ahora era de un tamaño normal.

-John: (Debí decir algo... debí evitar este ataque cuando pude...)

-Primo: -se sienta a su lado- No pierdas tu calma.

-John: -voltea- ¿Cómo puedes decir eso?

-Primo: Nada de lo que hagas cambiara el pasado, pero él como afrontes tus problemas definirá el futuro.

-John: Pero ella...

-Primo: Rosa entrenaba conmigo a diario, y por mucho que le exigía, jamás mostró debilidad, siempre veía su sonrisa al final.

-John: ...

-Primo: Se que si ella estuviera en mi lugar se mantendría fuerte, por supuesto que cuando algo malo pasa es normal sentir tristeza y quizás ira, pero no puedes dejar dominarte por esos sentimientos.

-John: Creo que te entiendo.

-Primo: Te daría un apretón, -levanta sus manos- pero no creo que sea buena idea.

-John: Descuida, la intención es lo que cuenta. -sonríe levemente-

Las instalaciones estaban a punto de ser trasladadas, sin embargo una carpa blanca con una cruz roja en ella, seguía completa. Este lugar aún atendía a dos pacientes en estado grave, las enfermeras los monitoreaban constantemente debido a sus lesiones. Uno de ellos yacía dormido con varios vendajes en el cuerpo, algunos cubriendo sus brazos y manos, otros en sus muslos, muchos parches en cara y torso, y a su vez estaba conectado a una máquina de oxígeno.

-???: -despierta- ¿Donde estoy...?

-Enfermera: ¡Oh despertó! -corre afuera-

-???: -ve a su alrededor- ¿Qué es este lugar? -intenta levantarse- ¡Ah!, ¡¿por qué duele tanto?!

-Enfermera: -regresa junto a un doctor- ¡No intentes levantarte! Tus heridas aún no sanan.

-???: -ve sus brazos- Agh...

-Doctor: -se acerca a ella- ¿Puedes escucharme y verme bien? -le apunta con una pequeña luz-