¿Por qué la vida tenía que maldecirlo haciéndolo un omega? Ser un omega en Karmaland era lo peor que podía pasarle.
Karmaland 4 y Karmaland 5 ！！
(Ligera mención del DSMP)
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Hacía poco que habían llegado a casa y no paraba de llorar, no encontraba qué palabras decir para consolarlo y hacerle entender que todo estaría bien. A decir verdad también quería llorar, era doloroso verlo llorar tan desconsoladamente, de hecho era raro verlo llorar.
Lo mantenía en brazos mientras se desahogaba, se sentía feliz de ser él a quien le confió su secreto para poder apoyarlo en situaciones como esa.
Sabía que Rubius y Willy guardaban bien los secretos y no expandían rumores, además eran buenos amigos de Vegetta, era imposible que dijesen algo a alguien más. Pero siendo él un beta no tenía ni idea de cómo pensaban ellos en ese momento siendo alfas.
Pero primero lo primero, debía averiguar cómo hacer que Vegetta controlase su celo y sus feromonas para evitar que algún otro alfa lo detectara. Ya había tomado los supresores pero no hacían efecto, así que tenía que encontrar otro modo.
Corrió a la cama y tomó los cobertores, volvió con Vegetta y se los puso encima, quizá eso bloquearía el olor de las feromonas, o eso esperaba.
-¿Q-Qué haces?- preguntó Vegetta intentando limpiar sus manos con su puño, aún no podía hablar bien, seguía sollozando por el llanto.
-Intentaré bloquear el olor de tus feromonas, no queremos que algún alfa las perciba. ¿Por qué no duermes un rato? Estaré cuidándote- golpeó los músculos de sus brazos para mostrarle lo fuerte que era y que podía cuidarlo.
Vegetta asintió y se acomodó en el sofá con las cobijas encima. El celo dolía pero de alguna forma lo estaba soportando y controlando. Se quedó dormido en minutos.
Mangel se relajó un poco, había logrado que se calmara y se quedara dormido, quizá ahora podría descansar un poco.
[...]
¿Cuándo fue la última vez que peleó con Willy? ¿Siquiera lo había hecho? Era un fastidio darse cuenta de lo fuerte que era peleando con él.
-¿Por qué estamos peleando en primer lugar?- Willy se sentó en el césped sobando uno de los muchos golpes que recibió en el brazo.
-Un omega, había un omega, pero, ¿en serio era él? No me lo creo.
Willy posó sus dedos índice y pulgar en su barbilla pensando, la única persona que estaba ahí era Vegetta, fue sobre él a quien se abalanzó, y era imposible haber confundido de dónde venía ese olor de omega.
Estaban conscientes de que lo espantaron y mucho.
-Me voy- Rubius se levantó del césped sacudiendo sus pantalones -Sólo vine porque creí que encontraría un omega, me siento terrible, no diremos nada de esto a nadie, ¿entendido?- Willy asintió. Se dio la media vuelta y levantó la mano agitándola para despedirse.
