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Después de deprimirse un rato en la habitación, Auron se levantó más decidido que nunca a recuperar a su hombre

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Después de deprimirse un rato en la habitación, Auron se levantó más decidido que nunca a recuperar a su hombre. Su rostro ardía por las lágrimas que lo recorrieron por horas, hacía tantos, pero tantos años que no experimentaba eso, de alguna manera lo hacía sentir vulnerable, no le gustaba llorar.

Aprovechando que todos habían salido de casa, caminó al baño aún en pijama, con el pantalón tan largo que cubría más de la mitad de sus pies descalzos. Al entrar y cerrar con seguro, miró su cara al espejo dándose un par de palmaditas en las mejillas para despabilar. No sabía si era su imaginación, pero veía su barba más larga y desarreglada de lo usual, definitivamente debía recortarla.

Las últimas horas, mientras se hundía en tristeza y llanto, no hacía más que recordar momentos lindos con su querido Luzu, quizá el que su mente le regresara esas memorias era un incentivo de que debía hacer algo al respecto.

Auron no iba a dejarlo ir tan fácil, no señor.

No había tiempo que perder, necesitaba idear el plan perfecto para recuperarlo, solo los perdedores se rendían así de fácil, y él no era un perdedor en lo absoluto.

Salió en busca de un par de tijeras, usándolas para arreglar su barba y algunas partes de su cabello, el primer paso para reconquistar a alguien era un aspecto limpio y ordenado.

Tomó una ducha, y vaya que le hacía falta.

Ya en la habitación, después de ponerse una muda de ropa limpia, se sentó a analizar la situación.

Pensó que, si Rubius fue capaz de reconquistar a Vegetta, él también podría hacerlo con Luzu, pero ¿cómo? El encanto de Rubius era ser torpe, lo cual era perfecto para Vegetta, siendo que él era todo lo contrario a torpe, se complementaban a la perfección.

—Para— se dijo a sí mismo, enojado por comenzar con comparaciones.

Con un fuerte suspiro se dejó caer sobre la cama, casi golpeando su cabeza contra la pared, ¡pero hey! El no haberse golpeado solo significaba que tendría una racha de buena suerte, ¿no es así?

Levantó sus manos, mirándolas, no pudiendo creer que ahora eran más jóvenes, su piel aún no se estiraba y todavía no tenía artritis, ¿sería el joven Auron capaz de conquistar al joven Luzu? Por supuesto que sí, si ya lo logró una vez, podría hacerlo de nuevo. La cuestión era otra cosa, lo que lo preocupaba era que Quackity se hubiese dado más prisa que él, y en ese caso sería una derrota casi directa, de cualquier forma, no se daría por vencido, así Luzu se enamorase de 100 hombres antes que él, no se rendiría.

Ideó mil cosas en su cabeza, citas románticas, discursos de amor, serenatas, detalles lindos, actos de servicio, elogios... Todo le parecía buena idea, pero en ese momento, para Luzu él era casi un desconocido, simplemente un compañero de misión.

Así que, primero lo primero, tendría que por lo menos ser un buen amigo para él antes de lanzarse a coquetearle. También debería disculparse por la escena tan dramática en el lago, el tan solo recordarlo lo hacía llevarse las manos al rostro por la vergüenza.

Shoot Me ☆ RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora