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Fargan abrió la puerta con cuidado de no ser golpeado pero manteniendo su actitud retadora

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Fargan abrió la puerta con cuidado de no ser golpeado pero manteniendo su actitud retadora. Se recargó en el marco de la puerta cruzándose de brazos y sonriendo burlesco —¿Qué te trae por aquí?

—Sabes a lo que vine— lo empujó quitándolo de la puerta bruscamente y entrando —¿Dónde está Willy? Dímelo o te juro que te mato— lo tomó del cuello de su suéter acercando su rostro con un aura amenazante —Si le hiciste algo estás muerto.

—Oh vamos, un par de marcas en su abdomen no es mucho— se acercó a su oído —Willy es muy delgado, su cuerpo es muy fino, es una lástima que sea un alfa, una marca en su cuello no se vería nada mal— Vegetta le tiró un puñetazo en el rostro alejándolo y tirándolo al suelo, se sentó sobre él inmovilizándolo. —¿Mm? Parece que los roles se han invertido— a pesar de haber recibido un fuerte golpe en el rostro intentó mantener la cordura —Antes te hablé de hacer un trato, ¿no?

—¿Qué quieres?

—Déjame marcarte como mi omega y lo dejo en paz.

—Bien, pero apresúrate, no quiero estar más tiempo en esta pocilga.

—¿No te lo vas a pensar siquiera?— honestamente estaba sorprendido, creyó que iba a oponer más resistencia.

—Dije que te apresures— se quitó de encima —No tengo tu tiempo, sólo tomaré a Willy y me iré de aquí.

Fargan comenzó a reír escandalosamente, su estómago comenzaba a doler. No podía creer que el guerrero más fuerte de Karmaland fuera así de manipulable, ahora sería sólo de él para siempre.

—Si insistes.

Tomó a Vegetta de los brazos tirándolo al sofá, se sentó sobre él como muchas veces antes. Con sus ojos denotaba lo hambriento que estaba de su omega, acercó sus labios al cuello del pelinegro dejando una perfecta marca en él.

Unas cuantas gotas de sangre salieron de la herida lentamente. Vegetta sentía cómo su sangre hervía, estaba quemándose por dentro, dolía tanto que quería morir ahí mismo. Nunca nadie le dijo que ser marcado dolería como el infierno, dolía tanto que no podía llorar ni gritar.

Fue cuestión de segundos para que esa insoportable sensación se acabara, segundos que se sintieron como milenios.

Quitó a Fargan de encima con un ligero empujón, no tenía las suficientes fuerzas como para haberlo hecho más agresivamente. —¿Dónde está?

—Arriba— relamió sus labios mirándolo con lujuria —Quédate un poco más, te la vas a pasar bien ahora que eres mi omega.

—Cállate pedazo de escoria, ojalá pronto te mueras.

Sin decir más subió las escaleras buscando desesperadamente a su amigo. Lo encontró recostado sobre la cama con los ojos vendados y la camisa levantada, corrió hacia él abrazándolo y pegándolo a su pecho.

Shoot Me ☆ RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora