—Joder, ¡¿por qué mierda me encierras a mí?!—Por alterar la paz— hojeó el periódico que leía sentado fuera de la celda —A que hace buen día, ¿verdad?— dijo, volteando a ver el cielo despejado decorado con esa preciosa estrella. Se quitó el casco por el tremendo calor que hacía dejando ver su cabello oscuro, sus ojos cafés y su frente con algunas pocas gotas de sudor que segundos más tarde limpió con su antebrazo.
Era extraño encerrar a su amigo, pero la ley es la ley y se tiene que seguir.
Rubén se sentía tan frustrado. No sabía qué le molestaba más, si estar esposado a las barras de metal de la pequeña celda o que lo hubiesen encerrado con Fargan. No cargaba ni una pizca de culpa sobre su espalda, si pudiera lo volvería a hacerlo sin dudarlo y peor aún.
Una zona en su espalda dolía, seguramente gracias al ataque que recibió con el paralizador de Alex, y seguramente también dejaría marca.
—Alex— captó su atención a punto de hacer algo que probablemente lo metería en problemas —Si me sueltas... Te daré diez diamantes.
—¡¿Ah?! ¡¿Sobornando a un policía?!— se levantó de golpe con una expresión de furia, aunque casi de juego, nunca se enojaría de verdad con su amigo, sólo quería intimidarlo.
—Olvídalo— en ese tipo de situaciones en serio odiaba que Alex fuese tan correcto, luego, cuando no estuviese en servicio, lo golpearía.
—¡Rubén!— escuchó esa voz tan familiar y tranquilizante acercarse. Levantó la mirada para echar un vistazo y definitivamente era él, una emoción inexplicable lo invadió por completo —¡Qué susto me diste!— se detuvo acercándose a la celda y a Alex.
El menor sonrió —Hola Vegetta— se acercó al pelinegro como un cachorrito meneando la cola —Te devuelvo a tu alborotador— entró a la celda y con cuidado de no recibir un puñetazo, liberó a Rubius.
El castaño se levantó y caminó hacia el pelinegro quien lo recibió con los brazos abiertos. Se abrazaron, como si no se hubiesen visto en décadas, y el tiempo se detuvo ignorando que habían más personas ahí, su apasionado abrazo se interrumpió cuando escucharon a Willy aclarar su garganta detrás de ellos.
Se separaron con las caras al punto de incandescencia.
Intentó fingir que no se dio cuenta, pero notó la presencia de su alfa a pocos metros de él. Ahora estaba intranquilo, necesitaba largarse de ahí sí o sí y de inmediato. Agradeció y se despidió de Alex lo más pronto posible intentando no parecer apurado; por instinto tomó a Rubén de la muñeca y caminó con él alejándose de ahí.
Willy notó que su presencia estaba de más en ese momento, así que aún con ellos alejándose gritó despidiéndose y agitando la mano animadamente, se quedaría un rato más a ver qué pasaba.
Vegetta no se dio cuenta de adonde se dirigía, sólo quería estar lejos, y por alguna razón terminaron adentrándose a uno de los bosques cercanos. Propuso que mejor se fueran a casa pero Rubius insistió que diesen un paseo para despejar sus mentes, las últimas veinticuatro horas habían sido algo estresantes.
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Shoot Me ☆ Rubegetta
Romance¿Por qué la vida tenía que maldecirlo haciéndolo un omega? Ser un omega en Karmaland era lo peor que podía pasarle. Karmaland 4 y Karmaland 5 !! (Ligera mención del DSMP)