Conociéndote ~ SM

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Se solo sapessi, il tuo sorriso mi nutre❤️✨

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—¡Lo logré! —grité con euforia, sintiendo una explosión de adrenalina recorriendo mi cuerpo. Mis manos aún temblaban mientras miraba la pantalla de mi computadora, incapaz de creer lo que acababa de suceder.

—Santo Dios… No lo puedo creer —susurré para mí misma, llevándome una mano a la boca, como si con ese gesto pudiera contener la avalancha de emociones que me embargaban.

Después de semanas de espera, de madrugadas en vela refrescando la página de venta de entradas, de rezarle a todos los santos para que no colapsara el sistema… finalmente había conseguido lo imposible.

¡Las entradas estaban en mis manos! Y no solo eso: también los pases para conocer a Shawn Mendes en persona.

Si esto es un sueño, que nadie me despierte.

Me dejé caer sobre la cama con una sonrisa que me dolía en las mejillas. Aún faltaban seis meses para el gran día, pero ya podía imaginarlo todo: el escenario iluminado, la multitud coreando cada canción, el momento en que lo tendría frente a mí… ¿qué le diría? ¿Sería capaz de hablar o me quedaría en blanco?

Mañana temprano iría al arena a recoger las entradas en físico, y dentro de unas semanas le revelaría la sorpresa a Sofía. Por ahora, prefería quedarme recostada, contemplando el techo con el corazón aún latiéndome en los oídos.

No puedo creer que esto esté sucediendo.

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El día transcurrió en un estado de felicidad absoluta. Como estaba de vacaciones, no tenía demasiadas responsabilidades, así que me dediqué a hacer lo que mejor sabía: ser una fan desquiciada.

Pasé horas escuchando a Shawn en modo repetición, sin importarme si mis vecinos me odiaban un poco más con cada canción que sonaba a todo volumen.

Cuando cayó la noche, la emoción seguía ahí, palpitante en mi pecho. Intenté tranquilizarme, respirar profundo, convencerme de que debía dormir… pero ¿cómo iba a dormir si mañana tendría las entradas en mis manos?

Después de cenar, decidí darme una ducha para relajarme, pero en realidad terminé organizando mi propio concierto en la ducha, con las canciones de Camila Cabello como banda sonora.

—¡Dios mío, esa mujer es una obra de arte! —exclamé entre risas cuando salí envuelta en la toalla, con el cabello goteando y la voz un poco ronca de tanto cantar.

Treinta minutos después, estaba acostada en la cama, con el insomnio como mi peor enemigo. Daba vueltas, cerraba los ojos, intentaba contar ovejas… nada funcionaba.

Porque todavía no podía creerlo.

Voy a ver a Shawn. Voy a abrazarlo.

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El despertador sonó a las 09:35 AM, aunque en realidad no había dormido más de cuatro horas. No importaba. La emoción me tenía en pie antes de que el sol terminara de salir.

Salté de la cama como si me hubieran dado cuerda, me lavé la cara, me cepillé los dientes y me peiné con rapidez. Opté por salir sin maquillaje, pero el protector solar era imprescindible.

Con manos ansiosas, revisé que todo estuviera en orden: comprobante de compra impreso, billetera, celular con batería suficiente para documentar cada momento.

Cuando salí de casa, mi sonrisa era más grande que la del gato de Alicia en el País de las Maravillas.

Tomé el subte, mi medio de transporte habitual, y aunque el viaje no duraba más de veinte minutos, cada segundo se sentía eterno.

Finalmente, llegué a la arena y, como era de esperarse, ya había una pequeña fila de fans esperando lo mismo que yo. Conté unas quince personas delante de mí. Miré mi reloj: 11:15 AM.

Hasta ahora, todo iba bien.

Pero entonces llegó mi turno y sentí cómo las palmas de mis manos comenzaban a sudar.

—Hola, buenos días —me saludó el chico de la cabina con una sonrisa amable.

—Hola, ¿cómo estás? —respondí, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro mi corazón latía como un tambor. Tragué saliva antes de continuar—. Vengo a retirar unas entradas para el show de Shawn Mendes.

Solo pronunciar su nombre hizo que mis piernas se sintieran inestables.

—¡Claro! —El chico asintió con naturalidad, ajeno a la catástrofe emocional que se desataba en mi interior—. Permíteme ver el comprobante, por favor.

Con dedos temblorosos, abrí mi cartera y saqué el papel, pasándoselo a través del hueco de la ventanilla. Este papel es mi tesoro, por favor, no lo pierdas, pensé mientras él lo revisaba.

—Está bien. Ahora solo necesito tu firma y declaración.

Tomé el bolígrafo y firmé lo más rápido posible.

—Listo, eso es todo. Que tengas un buen día.

Y entonces, me entregó un sobre blanco.

Me quedé mirándolo por unos segundos, como si no pudiera procesar que eso realmente estaba pasando. Ahí dentro estaban mis entradas.

Con una sonrisa de pura incredulidad, le agradecí y me alejé de la fila. Apenas había dado unos pasos cuando sentí la necesidad de gritar.

Pero en lugar de hacerlo, apreté el sobre contra mi pecho y caminé a paso apresurado hacia la estación de subte, con los pies moviéndose frenéticamente de la emoción. Sentía que la gente me miraba extrañada, pero no me importaba. ¡Tengo mis entradas!

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Apenas llegué a casa, revisé mi teléfono. Un mensaje del grupo de mis amigas apareció en la pantalla.

📱 Maca: ¡Oigan! ¡Mi hermano será nuevamente el guardia del arena en el show de Shawn y me va a llevar!

🔥 ¡No me toquen que estoy llorando! ¿Se dan cuenta de eso?! 😭😭😭✓✓

📱 Mayte: ¿En serio? ¡Felicidades!

📱 Mayte: Mi novio me dijo que me iba a sacar las entradas, pero no sé si todavía ilusionarme… ✓✓

📱 Sofía: ¡Ay, chicas, felicidades! Espero que vayan y cumplan sus sueños 🧡🧡🧡✓✓

¡Okey! ¡Pero qué buena noticia me acaban de dar!

📱 Yo: ¡Felicidades, amigas, las amo! 💚💚💚💚

No podía creerlo. Mis amigas también iban al concierto. Aunque no estaríamos en las mismas butacas, estaríamos juntas, en el mismo lugar, persiguiendo el mismo sueño.

Mi móvil vibró de nuevo.

📱 Sofía (mensaje privado): ¿Viste que las entradas se agotaron? 😭😭😭✓✓

Abrí los ojos de par en par.

📱 Yo: ¡¿En serio?! No tuve tiempo de comprarlas, la página se congelaba 😩

Si Sofía supiera…

Solté una carcajada, disfrutando de la pequeña broma que le estaba haciendo.

Porque lo mejor de todo aún estaba por venir. No tenía idea de la sorpresa que le esperaba.