En dos horas, iba a ser la fiesta de cumpleaños de Shawn.
Me sentía súper nerviosa. No sabía cuál sería su reacción, ni cómo caería entre sus amigos y familia. Esa incertidumbre me atormentaba.
Pasé mis manos por mi ropa, intentando acomodarla. En unos minutos vendría Aaliyah con su novio a recogerme para ir a la fiesta de Shawn.
Eran las diez de la noche y no paraba de dar vueltas por la habitación. Me quedé frente al espejo observando mi vestimenta.
Llevaba una falda ajustada de color lila y una camisa de manga larga con volados del mismo color, con detalles en dorado, junto con unas botas negras.
Me mordí el labio inferior, dudando si mi atuendo era adecuado para la ocasión. ¿Era demasiado o poco? ¿Debería cambiarme? Suspiré para intentar calmarme. Estaba demasiado nerviosa.
¿Y si mejor no voy? La maldita ansiedad estaba volviendo. Maldita cobardía.
Agarré mi móvil y busqué entre los contactos el número de Camila, pero me arrepentí.
Tocaron la puerta de mi habitación y mi corazón se paralizó.
Dejé mi celular en la mesita de luz y fui hacia la puerta.
La abrí, y ahí estaban la pareja.
— Hola Marti — Saluda Aaliyah.
— Hola Aali — Respondo.
— ¿Qué tal? — Me pregunta su novio, y le devuelvo el saludo con un beso en la mejilla.
— Bien. ¿Vamos? — Propone ella.
— Sí — Acepto, sintiéndome súper nerviosa. "Voy por mis cosas", agrego, y busco mi cartera, mi chaqueta y mi móvil. Cojo la tarjeta de la habitación y salimos.
Salimos del hotel en silencio, y en la puerta del hotel, está el auto del novio de Aaliyah.
Ella lleva un vestido beige con lentejuelas y unos zapatos blancos, y lleva el pelo recogido.
Subimos al auto, y el novio de Aaliyah comienza a conducir. Durante el viaje, estamos en silencio, solo se escucha la radio. Mi corazón late con fuerza.
— El cumpleaños ya ha empezado — Me dice Aaliyah con una risa. — Hay bastante gente.
— Ah — Logro articular. Aprieto los puños sobre mi ropa. Me siento súper nerviosa y avergonzada. Comienzo a inhalar y exhalar. Necesito calmarme.
El auto gira y se detiene frente a una casa muy bonita, elegante y con un hermoso jardín. Hay algo de decoración y se escucha música de fondo.
Los chicos bajan y yo sigo en el auto. No estoy lista.
— Tranquila, todo saldrá bien — Me dice Aaliyah. — Jordan, ¿puedes avisarle a Camila que ya estamos aquí? — Su novio asiente y se va.
Aaliyah me mira y me sonríe.
— Si realmente tienes miedo de que Shawn te desprecie o algo así, ten por seguro que no pasará — Dice ella. — Estoy más que segura de que eso no sucederá. Conociendo a mi hermano, se pondrá más que feliz. — Sonríe.
— ¿En serio? — Pregunto.
— Sí — Afirma ella.
Abre la puerta del auto, me ayuda a bajar y la cierra tras de mí. Entrelazamos nuestros brazos y ambas nos dirigimos hacia la casa.
A unos metros veo a Camila y a Jordan mirando en todas direcciones, y al verme, me hacen una seña para que nos apuremos.
—— Te ves hermosa, Mar — dice Cami.
— Gracias, tú también — respondemos con sonrisas.
— Bueno, luego tendremos tiempo de charlar. Es momento de llevarla. Esconderla, y que Shawn no la vea — explica Jordan, dejándome confundida.
— Yo voy a distraer a Shawn — dice Aaliyah, y sale corriendo hacia el patio trasero.
Agachados y a paso veloz, Camila y Jordan me hacen pasar dentro de la casa y me ayudan a subir las escaleras. Por casualidad, la escalera está justo frente al patio trasero, así que comienzan a empujar para que Shawn no me vea.
— Bien, te vamos a esconder en la habitación de Aaliyah. Nadie va a entrar aquí. En unos minutos, antes de cortar el pastel, vendremos a buscarte. ¿De acuerdo? — propone Camila. Aunque no entiendo del todo su plan, asiento. — Vale, en un ratito te vendremos a buscar — sonríe.
Salen de la habitación de Aaliyah y cierran con llave. Hago una mueca y me siento en el borde de la cama.
Dejo mi bolso y sostengo el regalo de Shawn. Mis manos sudan demasiado, y los nervios me invaden.
Empiezo a caminar de un lado a otro por la habitación. Llevo unos quince minutos aquí, intentando calmarme. Suspiro y cuento hasta cinco. Mi corazón empieza a latir muy fuerte al sentir la puerta abrirse.
— Ya es hora — aparece Camila. Salgo temblando de allí y bajamos a la planta baja.
Vemos a la madre de Shawn salir con un gran pastel.
Mis piernas me están fallando.
— Necesito agua — digo. Aaliyah, que está cerca, agarra una copa de la mesa y me la da. Bebo un sorbo y hago una mueca. Era champagne y estaba caliente. Salimos al patio trasero, y esto no es nada íntimo, mucho menos. Aquí hay un montón de gente, unas quinientas personas. Me entra pánico y cuando intento volver a la habitación de Aaliyah, Camila me frena.
— ¡No, no, no! — exclama. — Respira y trata de calmarte, ¿sí? — asiento, no muy segura. — Vale, ahora vuelvo — dice y se pierde en la multitud.
Aaliyah me sonríe y me frota el brazo dándome fuerza. Inhalo y exhalo, ella me empuja delicadamente y la gente nos da paso. A unos metros veo una mesa enorme con dulces y un pastel gigante encima. Detrás del pastel, están Shawn y Camila. Ella le susurra algo, pero él no parece entender por la música. Ella vuelve a susurrarle y me señala. Siento un escalofrío recorrer mi espalda.
Él busca con la mirada confundido lo que Camz señaló, y al cabo de unos segundos posa su vista en mí, quedando perplejo. Sentí mis mejillas arder, mis manos empezaron a sudar y mi cuerpo temblar. Él no hizo ningún gesto, solo me observa.
¿Y si en verdad no me quiere aquí?
¿Y si todo esto fue una mala idea?
Quiero irme.Miré a Aaliyah sin saber qué hacer. Sentía que todos me miraban, Dios mío.
Que alguien me saque de aquí.
Shawn sonríe y me llama. Aaliyah me empuja despacio y avanzo con cuidado de no caerme hasta él.
— No puedo creerlo — dice él —, viniste.
— Claro que sí, tonto — reí.
Y me abraza. Sentía ganas de llorar.
Los invitados empiezan a silbar y aplaudir.
— ¿Cuándo llegaste? — me pregunta él.
— Está aquí desde hace varios días — interrumpe Camila.
Reí. Aaliyah se acerca.
— ¿Tú fuiste cómplice? — le pregunta Shawn a su hermana.
Ella alza los hombros —. Qué te puedo decir, hermano — reímos.
— Shawn, es momento del pastel — dice su madre. Él asiente y prenden la vela.
Le cantamos el feliz cumpleaños y sopla la vela.
Luego, con Camila, cortan el pastel y empiezan a repartir.— ¡Shawn! ¿Quién es la chica? — Dice alguien a quien desconozco, y todos quedan callados.
Observé a Shawn incómoda, y él me sonrió, pasando su brazo por mi cuello y atrayéndome hacia él.
— Es mi mejor amiga.
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Conociéndote ~ SM
Hayran Kurgu¿Alguna vez has soñado con conocer a tu artista favorito? Eso es lo que le sucedió a Martina; ella adoraba a Shawn Mendes y, como el sueño de toda fanática, lo conoció. Pero todo dio un giro inesperado. Hay cosas que valen la pena esperar, cosas que...