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— ¿Estás seguro? — Pregunté, dudosa. Literalmente me encontraba impactada.

— Sí, hija, arriésgate. — Dijo sin más. — Ya es hora de que vueles, pollito. — Se levantó y me abrazó.

— Gracias, papá. — Rompimos el abrazo.

— Le voy a decir que sí a Shawn. — Le dije emocionada y corrí escaleras arriba hasta llegar a mi habitación.

Busqué con brusquedad mi móvil y al encontrarlo, busqué su contacto y lo llamé.

Mordí mis uñas nerviosa, aunque estaba emocionada. ¿Yo, modelo? Eso estaba muy lejos de mis alcances.

Pero la vida a veces te sorprende.

Recordé la hora y dónde se encontraba Shawn. Me asusté y decidí cortar. Pero...

— ¿Tina? — Ya era demasiado tarde. Su voz era ronca y suave. Lo había despertado.

— Hey, Shawn. — Suspiré. Me sentía avergonzada. Lo había despertado. — ¿Te había...

— ¿Qué hora es? — Se oyó un bostezo. — Joder...

— ¡Sí, lo siento, te desperté! — Suspiré— Es que... — Pausé.

Él dio una risita.

— ¿Qué pasó, Tina? — Se oyó un ruido de fondo. — Ya me acomodé. Ahora dime.

— Bueno, lo hablé con mi papá, lo hablé con mi conciencia — Él rió— Y acepté.

— ¿Qué? — Dijo él.

— ¿Que acepté tu propuesta? — Dije confundida.

— ¿Es una broma? — Dijo él.

— No, para nada — Dije yo— si es una broma... — Me empecé a alterar— te juro que voy hasta donde estés y...

— Cállate, tonta — Dijo él— Estoy muy feliz por ti. Mañana hablaré con Kevin. ¡Esto es bueno! Estoy feliz por ti.

— Supongo que yo también — Reí nerviosa.— Bueno, eso es todo. Te dejo descansar.

— Gracias, cuídate.

Finalizamos la llamada y suspiré.

Por todos los santos, voy a ser modelo.

Fui a la cocina y empecé a hacer el almuerzo.

Spaghetti con salsa roja.

Mi papá puso la mesa y nos sentamos a almorzar.

— Ya hablé con Shawn — Le dije y enrolle un spaghetti en el tenedor.

— ¿Y qué dijo? — Tomó un sorbo de su vaso de jugo de manzana.

— Dijo que hablaría con un tal Kevin — Dije.

— ¿Tendrás que irte de nuevo? — Lo observé. Me sentía apenada por hacerle esto a él. — Oh, lo siento, hija — Carraspeó— No quiero que por ese comentario indeciso no vayas a cumplir tu sueño. — Dijo.

— No es mi sueño. Es una oportunidad que se me dio, nada más. — Apoyé mi mano sobre la suya.

— Pero cuando eras niña, amabas algún día ser modelo. — Me miró confundido.

— Los tiempos cambian — Sonreí— Solo veré qué pasa, si no me agrada, seguiré con periodismo. Ese es mi sueño.

— Está bien, hija. Sigue tu corazón. — Acarició mi mejilla.

Luego de almorzar, él se fue a dormir una siesta y yo me quedé lavando los trastes.

Ordené mi casa y luego me senté en el sofá a ver la TV.

Nath🧡: ¿Facetime en la cena?.

Por supuesto 🧡.

No sé por qué, pero tengo una sensación muy extraña.

Conociéndote ~ SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora