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—Cariño, estaba pensando que deberías ir a comprar tu vestido a Kleinfeld. —Lo miré perpleja.

—Nathen, ese lugar es carísimo —contesté.

—Lo sé, pero te mereces todos los lujos —besó mi mano.

—Nathen, ¿ya estás listo para casarte pronto? —mordí mi labio inferior.

—No, cariño, todavía faltan dos años —dijo él, y suspiré aliviada.

—¿En serio? —sonreí, y él asintió.

—¿Por qué lo preguntas? —contestó él. Negué.

—Por nada —sonreí, y le di un beso en los labios.

(**)

Resumiendo estos últimos dos meses, seguíamos viéndonos con Nathen cada quince días, mientras que en los otros quince días de descanso, me encontraba con Shawn.

Compré un chalet en Cariló, Argentina, para poder vernos a escondidas.

Él también adquirió un chalet en las Bahamas.

Además, nos fuimos de vacaciones a Calafate, ya que él quería conocer el lugar.

También aprendió español, lo cual fue un gran avance.

—Creo que la situación de "amigos con derechos" no está funcionando —dijo él.

—¿Por qué lo dices? —pregunté confundida.

—Porque cada vez que te veo, me atraes más, y le temo mucho a eso porque amo a Camila —contestó él.

Mordí mi labio inferior. Si supieras que no solo me atraes, sino que me gustas.

—Shawn, somos solo amigos con derechos, no debemos encariñarnos más de lo que ya estamos —dije, aunque esas palabras me dolieran.

—Tienes razón —asintió él. —¿Mañana tienes que ir a Canadá? —preguntó.

—Sí, me toca estar con Nathen —contesté, y él se rió.

—Eso sonó fatal —rió a carcajadas, y le di un puñetazo en el hombro. —Eso dolió —se sobó—. Vuelvo contigo, en dos días es el cumpleaños de Aaliyah —asentí. —¿Te veré ahí? —preguntó.

—Si Aaliyah me invita, estaré —respondí.

—Qué tonta —dijo él—. Por supuesto que te invitará, eres su amiga.

—De acuerdo, ahí estaré —besó mi cabeza.

Al día siguiente, abordamos el avión que nos llevó a Canadá. Al llegar, ambos tomamos caminos diferentes. Tomé un taxi hasta la casa de Nathen, donde quien me recibió en la puerta fue la más pequeña, Madison.

—¿Mar? —dijo ella confundida—. Oh por dios, ven pasa. —me abrazó y luego me dio paso a su casa. —¡Nathen! —gritó su hermana.

—¡¿Qué?! —gritó él desde la planta alta.

—¡Trae tu maldito trasero aquí, ya! —contestó su hermana y me reí.

—¡¿Por qué?! —volvió a gritar.

—¡Porque está tu futura esposa, aquí! —contestó ella—. ¿Quieres algo de tomar? —dijo ella.

—No, está bien. —me quité el abrigo y lo colgué.

—¡¿Qué?! —contestó él, y segundos después se escucharon ruidos mientras bajaba las escaleras apresurado. —¿Cariño? —dijo él confundido—. ¿Por qué no me habías dicho que llegabas hoy? Te iba a buscar al aeropuerto.

—¿Sorpresa? —contesté yo, y él se rió. Me abrazó y me dio un beso en los labios.

Fuimos hasta su habitación, guardé mi ropa en su placard y luego me acosté a su lado.

—¿Qué tal el viaje?

—Bien, aburrido —contesté yo, restando importancia.

Recibí un mensaje de Aaliyah, invitándonos a su fiesta de cumpleaños.

—Aaliyah nos invitó a su fiesta de cumpleaños —le comenté a Nathen.

—Genial, ahí estaremos.

—Genial —contesté yo y sonreí para mis adentros.

Veré a Shawn de nuevo.





Conociéndote ~ SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora