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Aquella noche fue una locura absoluta.

Desperté de mi siesta a las cuatro de la tarde y las chicas seguían viendo películas en Netflix. Merendamos juntas.

Mi padre avisó que saldría a cenar con sus amigos y que vendría tarde, así que tendríamos la casa sola. Decidimos ir de compras para preparar pizzas caseras para la cena. Las chicas también compraron un poco de alcohol para animar la noche.

Al llegar, mi padre ya estaba listo para marcharse, así que nos saludó y nos recordó comportarnos.

—Comportensen — dijo, mientras nos reíamos. —No quiero enterarme de que los vecinos llamaron a la policía. —añadió en tono burlón.

—Tranquilo, papá, nada de eso pasará — le aseguré.

Él asintió y salió de la casa. Mayte puso música y yo me dispuse a hacer la masa de las pizzas.

Sofía y Macarena empezaron a preparar tragos. Una vez que tuve la masa lista, la dejé reposar antes de estirarla. Sofía me pasó un vaso con cerveza.

—No, gracias — dije amablemente. Ella me miró confundida.

—¿Desde cuándo rechazas una bebida? — preguntó levantando una ceja.

—No tengo ganas de tomar alcohol — respondí con una sonrisa.

—¿Estás embarazada? — preguntó Sofía, dejándome atónita.

—¡¿Qué?! ¡No! — exclamé.

—¿Shawn te prohibió tomar alcohol? — bromeó Macarena. Negué con la cabeza riéndome.

—No chicas, no estoy embarazada, nadie me prohibió nada — aclaré. —Solo no tengo ganas de consumir alcohol.

Ellas dejaron de insistir y Macarena me ayudó a hacer la salsa. Luego, metimos las pizzas en el horno.

Tomé mi móvil y subí una historia. El boomerang mostraba sus tragos de alcohol y mi vaso de zumo, acompañado de un emoji.

Me di cuenta de que Connor y Cameron comenzaron a seguirme en Instagram y que mi cuenta alcanzó los ochocientos mil seguidores.

Cuando las pizzas estuvieron listas, comimos entre risas y charlas. Esta vez, fue Sofía quien se emborrachó tanto que Mayte la llevó a darse una ducha de agua fría.

Maca me ayudó a ordenar el desorden y luego todas nos fuimos a dormir.

[...]

Como siempre, fui una de las primeras en despertar, así que preparé el desayuno. Hice unos panqueques y preparé el mate. Llevé todo en una bandeja a mi habitación donde Macarena y Mayte ya estaban despiertas y charlando. Al verme entrar, me saludaron y me desearon los buenos días.

—Traje el desayuno —dije.

—Oh, yo preparo el mate —dijo Macarena.

Despertamos a Sofía y comenzamos a desayunar juntas. Luego de terminar, ellas se dieron una ducha, almorzamos y más tarde se despidieron de mí.

Quedé sola en casa. Hablé con Nathen por FaceTime, con Aaliyah por WhatsApp y Mila parecía estar ocupada ya que no le llegaban los mensajes. No hablé con Shawn.

Mientras revisaba mi casilla de correo, recibí un correo electrónico de las oficinas de CK. Habían depositado dinero en mi cuenta. Abrí el correo ansiosa y cuando vi la suma, me quedé en shock.

—¿Treinta mil dólares? —dije aún sorprendida.

Era mucho dinero, especialmente en mi país. Si un dólar equivale a sesenta y cuatro pesos argentinos, ustedes pueden hacer la cuenta.

Salté de emoción. No podía creer lo que estaba viendo, habían depositado una gran cantidad de dinero en mi cuenta bancaria.

—¡Papá! —salí de mi habitación— ¡Papá! —grité emocionada.

—¿Qué pasa? —salió de su habitación asustado— ¿Qué ocurre?

—¡Somos ricos! —le dije emocionada.

—¿Qué? —parecía no entender nada.

—¡Ven! —lo arrastré hasta mi habitación— Mira —dije señalando mi laptop.

Él miró y abrió mucho los ojos.

—Eso es mucho dinero —dijo él.

—Es verdad —lo observé— Ya podemos dejar tu trabajo, comprar una casa más grande, un poco alejada del ruido, y otro auto.

—Hija —me interrumpió—. Es tu dinero, no el mío.

—Es de ambos —dije—. Mudémonos.

Él se rió. —No será fácil encontrar una casa rápidamente.

—Intentaremos —dije.

—Wow, es que... es mucho dinero —dijo incrédulo.

—Lo sé, estoy igual —nos abrazamos.

Voy a empezar de cero.








Conociéndote ~ SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora