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Después de ir al cine, decidimos ir a una pizzería.

Buscamos una mesa para dos y nos sentamos.

- ¿Qué te pareció la película? - me preguntó.

- Bastante buena - respondí con una sonrisa.

El mesero llegó y tomó nuestra orden.

- ¿Cuándo te vuelves a Argentina? - preguntó él.

-Mañana mismo, sacaré el pasaje de vuelta - dije mientras comía una aceituna del recipiente.

-¿Y nos volveremos a ver? - me miró con dulzura.

-Si no te olvidas de mí...

-No lo haré - afirmó, y esa extraña sensación volvió a revolotear en mi estómago.

-Entonces, así será - sonreí - Nos volveremos a ver - él acercó su mano y la posó sobre la mía.

La pizza llegó y empezamos a hablar de tonterías, anécdotas y recuerdos.

Después de una noche increíble, me llevó hasta la casa de Shawn.

- Faltan veinte minutos para las once - estacionó frente a la casa de Mendes - Dijo antes de las once - nos reímos.

-Gracias - le sonreí - La pasé increíble.

-Yo también - desabrochó su cinturón de seguridad - Lástima que ya te tienes que volver a Argentina, porque si no, repetiríamos la salida - entrelazamos nuestras manos.

-No te preocupes, lo volveremos a repetir - sonreímos.

-Déjame acompañarte hasta la entrada - dijo él. Asentí y salimos del vehículo.

Fuimos hasta la puerta, agarrados de la mano, sin decir nada. Al llegar, me puse frente a él. En estos casos, no sabía qué hacer. ¿Lo saludo y me voy? ¿Le doy un beso? Dios, es estresante.

- Eres una chica extraordinaria - dijo él, visiblemente nervioso - Y nunca olvides lo bonita que eres - sentí mis mejillas arder. Mis manos empezaron a sudar.

Él se acercó a mí, hasta que nuestras respiraciones chocaron.

Me sentía agitada y desconcertada. Él relamió sus labios, cada vez más cerca, hasta que rozaron los míos.

Dios, estoy a punto de besarlo.

Cerré los ojos esperando sentir el roce de sus labios con los míos.

-¡Al fin llegaron! - Nathen y yo nos asustamos.

Cerré los ojos y suspiré tratando de tranquilizarme.

Maldito Shawn.

- Bueno, yo ya me tengo que ir - dijo Nathen, notando que estaba colorado - Cuídate, linda. - Me besó en la mejilla.

- Que descanses - sonreí, desconcertada por la interrupción de Shawn.

Saludó a Shawn y se marchó. Suspiré, estaba enojada con Shawn.

Me di la vuelta y lo vi en pijama.

- ¿Qué tal te fue, Tina? - me miró curioso.

- Iba de maravilla. - Lo empujé con la mano y entré a la casa.

En la escalera estaban Aaliyah y Camila, en pijamas.

- ¡¿Cómo te fue?! - habló despacio Camila, emocionada.

- ¡Súper! - bajé la voz - Fuimos al cine y luego me invitó a cenar. - chillamos en voz baja.

Shawn apareció detrás de mí con una taza en sus manos.

- ¿Y qué más pasó? ¡Cuenta ya! - dijo Aaliyah.

- ¿Lo besaste? - preguntó emocionada Camila.

- Por favor, Martina, dinos que lo besaste. Quiero irme a dormir feliz - Aaliyah me señaló con el dedo.

- Estaba a punto... - y sentí una gran desilusión.

- ¡¿Qué pasó?! - dijeron ambas.

Coloqué mis manos en mi cintura y me di la vuelta hacia donde estaba Shawn, parando la oreja.

- Que se lo cuente Shawn. - dije.

- ¿Yo qué hice? - se defendió, y tuve unas ganas enormes de darle una bofetada.

- Shawn - habló Camila - ¿Los interrumpiste?

Shawn no dijo nada. Se le veía tenso.

- Ahgs - dijo Aaliyah, subiendo las escaleras.

Suspiré cansada.

- Me voy a dormir, chicos. Que descansen - dije, subiendo las escaleras hacia el cuarto.

Me di una corta ducha y luego me fui a dormir.

Conociéndote ~ SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora