Conociéndote ~ SM

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Scusa per essere così intenso, ti amo.💜

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Desperté con un intenso dolor de cabeza y mareos, sintiéndome terrible. Mis piernas y abdomen me duelen enormemente, y me pregunté qué diablos me había pasado. Al exhalar, un recuerdo irrumpió en mi mente: ¿había conocido a Shawn Mendes? Busqué mi móvil en la mesita de noche en vano, preguntándome si todo había sido solo un sueño. Con brusquedad, apoyé la cabeza en la almohada, sintiendo ganas de llorar.

Al girarme, descubrí a Sofía durmiendo a mi lado. ¿Qué? Entonces, ¡no había sido un sueño! Me asomé detrás de ella y vi a Maca y Mayte durmiendo en la colchoneta del piso. Una oleada de felicidad me invadió.

Me levanté de la cama y fui al baño, aliviando mis dolores y tomando una pastilla. Era una señal de que mi período estaba por venir. ¡Oh, por favor, no esta semana! Suspiré mientras las chicas seguían durmiendo. Bajé y comencé a preparar el desayuno.

Capuchinos con donas, compradas por mi papá.

—¡Chicas!—Grito, —¡A desayunar!—vuelvo a gritar, pero no obtengo respuesta. Refunfuñando, subo a mi cuarto y las encuentro todavía durmiendo. Agarro la almohada y empiezo a golpearlas. —¡Despierten de una vez!— Bien, acabo de asegurarme una sentencia de muerte.

Entre quejas, se levantan y se dirigen a la cocina. Y encima de que les hago el desayuno, se quejan.

—Hoy le prometí a mi novio que iría a su casa— dice Mayte mientras bosteza.

—Yo tengo que quedarme a cuidar a mis hermanos— dice Macarena con enfado.

—Bueno, tranquilas. Mañana es el show de Shawn, así que nos volveremos a ver—comenta Sofía.

—Sí, hoy me toca quedarme aquí, o mi papá me mata— reímos.

— Oye, qué suerte la tuya — me dijo Macarena —. Shawn te regaló su guitarra.

Sofía, que estaba a mi lado, me abrazó felicitándome.

— Sí, aún no lo creo — respondí, y tomé un sorbo de mi capuchino.

Después de desayunar, las chicas se dieron una ducha y se fueron a sus casas.

Yo ordené mi casa y luego le pedí los apuntes a una compañera de la facultad para estar informada.

Suspiré mientras hacía unos ejercicios. Se escuchó la puerta de entrada. Mi papá acababa de llegar.

Bajé con emoción al verlo y lo abracé.

— ¿Y hija, cómo te fue? — me dijo refiriéndose a Shawn.

— ¡Lo conocí! ¡Papá, lo conocí! — exclamé chillando y lo abracé. — Se quedó afuera del hotel por nosotras, comió pizzas con nosotras, jugamos a las cartas ¡y me regaló su guitarra! — No podía controlar mi emoción.

— ¡Hija, qué buena noticia! Me alegro mucho por ti — me sonrió. — Estoy muy orgulloso de ti. Mi niña jamás se da por vencida — me dio un beso en la frente —. Bueno hija, me iré a recostar un rato — dijo y se fue a su cuarto.

Eran las cuatro de la tarde. Me fui a mi cuarto y decidí también dormir un rato. No puedo creer que mañana ya sea el show de Shawn.

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