Indirectas

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Martín e Isaza querían contarles a sus amigos sobre su noviazgo de, aproximadamente, un año, pero no sabían cómo estos podrían tomarlo así que decidieron dejar pequeñas indirectas muy directas.

Una de las que más se repetía era cuando cantaban "El embrujo", literalmente había una parte en la Isaza le cantaba a Martín, llegando incluso a ponerse de cuclillas para estar cara a cara.

Pero parecía que con eso no iba a ser suficiente.

-Marto. - Le llamó su hermano y este levantó la vista de su teléfono.

-No hay habitaciones suficientes para los cuatro. - Dijo Simón.

-Genial. - Dijo Martín sarcásticamente.

Habían tenido que parar en un motel debido a que habían cortado inesperadamente las carreteras.

-Hay una habitación con dos camas individuales y la otra con una sola para dos. - Le comentó.

-¿Como lo repartimos? - Preguntó Martín.

-Me da un poco igual, ¿esperamos a los Juan Pablo y se lo comentamos? - Propuso Simón.

-Está bien. - Aceptó el menor.

Minutos más tarde Villamil e Isaza llegaron y los Vargas les contaron la situación.

-Yo no tengo problema con compartir cama. - Respondió Isaza mirando directamente a Martín, sin preocuparse por disimular algo.

-Yo tampoco. - Añadió el menor un poco sonrojado ante la mirada del más alto.

-Entonces arreglado, Moncho y yo nos quedamos con la de camas individuales. - Dijo Villa.

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-Papo... - Llamó Simón a su amigo desde su cama.

-¿Qué? - Preguntó este medio dormido.

-¿Crees que Isa y Marto tengan algo? - Le preguntó.

-¿Con algo a que se refiere? - Preguntó el de ojos avellana.

-Algo, que se gusten o yo que sé. - Respondió Simón.

-Creo que son alucinaciones suyas, serán amigos y ya, pues de no ser así nosotros lo sabríamos. - Afirmó Villamil.

-Tienes razón, buenas noches, Papo. - Dijo Simón.

-Sí es que soy todo un genio - Bromeó -. Buenas noches. - Dijo antes de caer totalmente dormido.

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Era de buena mañana cuando Simón fue en busca de su hermano y amigo a la otra habitación.

Llamó a la puerta y esperó, lo que pareció una eternidad, a que le abrieran.

-¿Que pasa, Moncho? - Preguntó Isaza.

-Pedro me llamó y dijo que ya arreglaron lo que fuera que pasó en la carretera. - Respondió el de lentes.

-¿Y como lo sabe? - Preguntó Isaza.

-Preguntó por ahí, yo que sé de su magia de mánager. - Dijo Simón.

-Bien, despertaré a Marto y ¿en media hora nos vemos? - Le propuso el más alto.

-Bien. - Aceptó.

Pero antes de que su amigo desapareciera tras la puerta notó como una o dos marcas rojizas por su cuello, por lo cual decidió que luego le preguntaría.

Sobre shipps de Morat y sus efectos secundarios y unas cuantas cosas más./FINISHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora