Capítulo XXVI

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Una Noche Más

"Llévalos a un punto del que no puedan salir, y morirán antes de poder escapar". –Sun Tzu

      Era una noche calmada. El cielo estaba de un azul tan oscuro que incluso eclipsaba la iluminación de las estrellas, por lo que la ausencia de las mismas no era de extrañarse. La luna, como el astro universal que es, se encontraba más hermosa que de costumbre, ya que su perfección divina podía ser vista con más claridad que en lo cotidiano, pues, al igual que las estrellas, las nubes también decidieron ausentarse en tan mística noche. Lastimosamente, me encontraba enajenado de la belleza celestial, pues no podía quitarle la mirada de encima a mis nuevos compañeros.

      Esa noche, mientras estaba oculto en el bosque, me atrajo una luz que salía de entre algunos arbustos. Me acerqué cautelosamente a ver de qué se trataba y, como suponía, eran sobrevivientes acampando. Por muy malo que suene, esa era mi oportunidad de encontrar algo que comer; la comida era lo que más escaseaba en estos días, así que decidí ver si estaba a mi alcance robarme algo. Evalué la situación: Todos los sobrevivientes estaban reunidos alrededor de la fogata; eran tres mujeres y un hombre (A los cuales no pude ver bien por la distancia que tenía), todos sentados en troncos individuales dispuestos cuadráticamente alrededor del fuego. El piso era de tierra pura, sin un rastro de vegetación, lo que me dio a entender que la persona que hizo el fuego sabía lo que hacía. Miré hacia los lados en busca de provisiones, pero no encontré nada, lo cual me dio mala espina, puesto que si eran un grupo deberían tener la confianza suficiente para guardar las provisiones juntas, o al menos, sin esconderlas. Sin embargo, no quise rendirme.

      Al menos uno de ellos tiene que tener algo, era indudable, así que decidí buscar con la vista algún lugar donde pudieran haber escondido, aunque sea una lata de comida; note que el campamento estaba bordeado por densos árboles y arbustos, lo que me hizo dar la idea de que pudieron haber escondido algo dentro de ellos. Por lo antes notado, empecé a desplazarme lentamente entre la vegetación, lo más callado y oculto posible, a ver si encontraba algo entre la maleza. Me moví hacia la izquierda, siguiendo la forma circular del campamento, porque así en algún momento volvería a llegar a donde inicié. Era obvio que me estaba arriesgando mucho, pues debido a la disposición de las personas en la fogata, cada uno tenía en su campo de visión una parte del terreno que debía recorrer, pero yo me vanagloriaba por ser muy cauteloso, así que eso no infundió en mí mucha preocupación. Mientras me desplazaba, siempre mantuve la vista hacia la hoguera, puesto que, si alguien se paraba a hacer lo que sea, podría descubrirme y matarme allí mismo.

      Para mi ventaja, nadie se paró, pero mi constante desvío de mirada hizo que no notara el pequeño hilo que se atravesaba en mi camino. Al tocarlo con mi pie, se accionó un mecanismo muy elaborado que hizo que una gruesa rama del árbol que estaba encima de mí cayera y me diera justo en la cabeza, lo que hizo que perdiera el conocimiento en el acto. Era una trampa cazabobos, y había caído completamente en ella.

     En cierto momento, mis ojos empezaron a mostrarme algunas imágenes, sin embargo, mi cuerpo seguía completamente entumecido. Por lo que veía, alguien me estaba arrastrando por los brazos hacia algún lugar.

- Te dije que esas trampas no eran seguras. - Dijo, según su voz, una mujer. - Es solo un chico.

- Las trampas fueron elaboradas para detectar intrusos. - Dijo una voz masculina. - Y eso es lo que él era.

- ¿Qué haremos con él? - Preguntó una voz femenina diferente a la primera.

- Esperaremos que despierte. - Dijo el hombre. - Luego veremos.

     Acto seguido, perdí de nuevo la consciencia.

*****

     El crepitar del fuego hizo que reaccionara. Abrí los ojos de golpe, y me levanté de inmediato. Luego, instantáneamente, todo empezó a darme vueltas y decidí sentarme en el suelo para evitar caerme.

En la Sombra de los SoldadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora