Capitulo 10.

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—cualquier cosa, hasta la más mínima, me llamas—dijo este mirándola, con su valija al lado.

Lili rodeó los ojos—esta bien. Estaremos bien.

Cole tocó el abultado abdomen de la rubia y la besó—Te amo.

—Nosotros a ti—dijo poniéndose una mano en el vientre para ver salir a Cole por la puerta y cerrarla.

—okey...¿Que haremos?—preguntó Mads acercándose. —¿Quieres ir a comprar ropita?—dijo con una sonrisa.

Lili asintió—esta bien—dijo para tomar su cartera.

La pelirroja y la rubia se subieron al auto de la primera para manejar hasta el shopping—¿Y.. cómo llevas el embarazo?

—es devastador, de verdad.  Siento que si me tiran al agua, podré flotar.

Mads rió—¡No estás gorda!

—¿Me has visto bien?—preguntó Lili mientras salían del auto.

Mads se acercó —estas bellísima, y embarazada. Y la panza, te luce genial y sexy.

Lili rió mientras negaba por las ocurrencias de su amiga—nunca he comprado ropa de bebé, bueno sí, para Addy, pero...

—bueno, es algo lógico ya que no has tenido un bebé—dijo mirándola divertida.

—me pone muy nerviosa.

—ocurre que empiezas a mirar cosas, y quieres comprar media tienda.

—Cole me mataría.—dijo Lili divertida.

—posiblemente.

Entraron a una tienda de bebés, y Lili abrió su boca—tenemos que tener en cuenta que no sabemos al sexo, y falta, y no hay que comprar mucho.

Lili y Madelaine miraban casa cosa de la tienda, mientras hacían pucheros y  caritas al ver ropa.

—¿Y se mudarán?—preguntó la pelirroja.

Lili asintió—Cole ha comprado un apartamento, pero aún no hemos hablado de cuando mudarnos

—siento decírtelo así, pero tienen que apurarse

Lili asintió— lo sé

—¿Cuándo llegará cole a los Ángeles?—preguntó Mads.

—Mañana en la mañana.

—oh, aún le quedan horas de vuelo.

Y así las chicas siguieron comprando ropa, mantitas, algún peluche y otras cosas que no tenían muy en claro para que eran ni en qué les serviría, pero eran tiernas. Cuando se hizo tarde y Betty se había cansado, Mads la llevó hasta el departamento y la ayudó a llevar las bolsas para saludarla e irse ella también.

El regalo de Nuestro pasado. | SprousehartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora