Capitulo 11

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A la mañana siguiente, la rubia se levanta dado el sonido de su celular. Dormida lo toma para ver en la pantalla "Cole". Se queja para antender.

—¿Cariño?— preguntó al ver que Lili no hablaba.

—Hola—dijo media dormida.

—¿Te he despertado?—preguntó— oh, lo siento. Se que son las 8, pero acababa de aterrizar y quería escuchar tu voz.

—oh, no pasa nada—dijo ella sentándose en la cama y desperezandose—¿como ha sido el vuelo?

—Hace un tiempo que no dormía sin que alguien me pegara con la panza.

Lili rodeó sus ojos y no contestó.

—cariño, era una broma.— dijo procupado. Pero empezó a escuchar un llanto— Lili, ¿que ocurre?—preguntó alarmado.

Lili limpiaba sus lágrimas pero seguían saliendo— ¡Tus hijos!— soltó— eso ocurre. ¡Las malditas hormonas!—gritó.

Cole dibujó una sonrisa en su rostro—¿Las molestas hormonas, verdad?— preguntó.

— si— dijo suspirando— ¿que harás ahora?— habló para cambiar de tema.

—pienso llegar al hotel, intalarme e ir con el productor de las fotos.¿Que has hecho ayer?

—pues... Hemos ido de compras...

—¿Que has comprado?

—ropita, mantitas, y cosas que no tengo en claro cual es su uso, pero para los bebés.

Cole rió— ¿cuando vuelva me las muestras?

—si, posiblemente las veas seguidos porque estarán tiradas por todo el departamento para los proximos meses.

—te prometo que cuando volvamos nos mudamos y nos intalamos mejor.

—Esta bien, estamos bien— dijo Lili.

—he llegado al hotel, te llamo luego. Te amo, ¿si?

—te amo.

—llámame cualquier cosa

La llamada finalizó y Lili se paró dispuesta a bañarse pero hace una mueca.—tengo hambre— se habla a ella misma— hambre de helado— dijo para avanzar hasta la heladera y tomar el helado para servise en un pote— gracias a dios, que su padre antes de irse compró helado de 5 kilos para prevenir cualquier crimen— dijo llevándose la cuchara a su boca— dios, que rico. — se llevó la mano al vientre— tenemos 5 kilos para 4 días, vamos a intentar no acabarlo antes de que llegue su padre.

Posiblemente, si seguía hablando sola, iba a enloquecer, pero la verdad es que no quería salir a la calle para que  no la reconociera. Por que sí, podía cruzarse algín fan, y de verdad lo disfrutaba, pero también sabía que habia gente que lastimaba, y era conciente que es una persona sensible, y que las hormonas del embarazo no ayudaban mucho.

El regalo de Nuestro pasado. | SprousehartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora