Me despierto, mis ojos van directamente a Anastasia, que aún sigue dormida. La verdad no sé cuál es nuestra situación, todavía no hemos aclarado nada. El sexo entre nosotros sigue siendo increíble, nada ha cambiado.
Hace cinco días que hable con mi familia, ayer mi padre me llamo para saber cómo estaba, es un avance, creo. Me gustaría saber de Elliot y Mia, no quiero pensar que han desaparecido de mi vida.
-Mmm, ¿estás observándome? - Ana se da la vuelta y me sonríe.
-Por supuesto, eres muy hermosa. - Le devuelvo la sonrisa.
Le echa un vistazo al reloj y se coloca a horcajadas sobre mí, toma mis manos y las coloca de modo que rodean su cintura, muy cerca de sus pechos. Mi erección es dura como piedra, ella lo nota y sonríe. Libera mi miembro del pijama y se lo introduce, para mi sorpresa se encuentra muy húmeda, y eso hace que me excite más.
-Lo haremos rápido... tenemos mucho trabajo... - Gimotea.
Quiero acariciar cada parte de su cuerpo, pero ella sostiene fuertemente mis manos en su cintura. Nuestros sexos se empalman a un ritmo veloz y sensual, creo que no tardaré en acabar... Sube y baja sobre mi pija, es una tortura. La veo tan sumida en darse placer, en dármelo a mí, que no puedo dejar de pensar que es la mujer más hermosa que he visto. Cuando encuentra su liberación grita mi nombre y un momento después yo la acompaño. Sale de mí y mi semen se derrama sobre las sabanas. He tocado el cielo con las manos.
Es hora de ducharnos, lo hacemos por separado para no perder más tiempo, ya es muy tarde. Ana tiene mucho trabajo pendiente y yo tengo muchos contratos que revisar antes de cerrar varios negocios con inversionistas del medio oriente.
Horas después...
Este día fue eterno, solo quiero llegar a casa y estar con mi familia.
-Te veo el lunes, Ross.
-Nos vemos, Christian.
Recibo un mensaje de Ana diciendo que hizo algo que tal vez podría molestarme pero que no lo haga, que cuando llegue a Escala me lo explicaría todo.
La verdad no sé de qué se trata, menciono algo sobre un cambio, tal vez quiere decorar el lugar. No entiendo por qué me molestaría, sabe que puede hacer lo que se le dé la gana.
Salgo y Taylor me está esperando, le digo que pase por alguna florería para llevarle un presente a Anastasia. Cualquier obsequio es poco para ella, la he hecho pasar por tanto y ella siempre se mantiene a mi lado, siempre le estaré eternamente agradecido. La amo tanto, espero que nuestro amor dure para toda la vida y estemos juntos siempre.
Tal vez deba llevarla a cenar a algún lugar romántico para que charlemos, no lo sé. Creo que por ahora solo estas flores, no quiero presionarla para que regresemos.
Llego al penthouse y todo se encuentra en silencio, ni siquiera encuentro a Gail, ¿dónde estarán todos? Escucho risas que provienen de la habitación de huéspedes y hacía allá me dirijo, cuando abro la puerta me quedo perplejo con lo que veo...
-¡Mira papi, mami trajo a mi hermanito!
-¡¿Qué?!
Veo a Ana con un bebé en sus brazos, se ve muy pequeño, no sé cuánto tiempo tendrá. La verdad no sé nada acerca de bebés.
-Quédate aquí, pequeño. Saldré a hablar con papá.
Estoy en shock, ¿que hace Anastasia con un bebé? ¿De dónde salió?
Ana lleva al bebé con Gail para que lo cuide un momento.
-Ana...
-Christian perdóname, me tomé el atrevimiento de traer a ese bebé aquí. Sus padres eran mis vecinos, murieron en la explosión que hubo. Otra vecina lo estaba cuidando mientras buscaban a alguien que pudiera hacerse cargo de él. Ella por el momento no podía encargarse, tuvo que viajar de urgencia y no tenía a nadie más en quien confiara para cuidarlo. Pero quédate tranquilo, servicios infantiles ya contacto a sus abuelos y estarán en Seattle en tres días, por mientras permitieron que se quedara a mi cuidado.
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Mi Anastasia: mi más, mi todo.
FanficHistoria contada desde la perspectiva de Christian. Después de que Christian se enterara del embarazo de Anastasia, no acepta la llegada del bebé y le pide que aborte. Cuatro años después se reencuentran y él está arrepentido, hace todo lo posible p...