45. Todo de mí

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No logro controlar mis celos cuando Elliot está cerca. Sé que no hay nada entre ellos, pero de todos modos la sangre me hierve de solo imaginarlo.

El que estemos juntos de nuevo no quiere decir que él ya la olvidó. Lo veo en sus ojos, él todavía la ama. Nunca pensé que las cosas terminarían así entre Elliot y yo.

Ya han pasado dos semanas desde el susto que nos dio mi padre, se está recuperando de maravilla, es el mismo de siempre.

Anoche Mia le dio la noticia de su embarazo a toda la familia, mi padre al principio parecía impresionado, creo que él quería que su pequeñita se casara antes de tener un bebé pero al final se alegró mucho por la noticia, los tiempos cambian y solo quiere verla feliz.

Me entristece pensar en que Anastasia y yo no somos precisamente una pareja ejemplar. Nuestro comienzo fue totalmente distinto, yo la quería como mi sumisa y al final me enamoré de ella cada vez más y más. Aunque yo no lo entendí en ese entonces, el fruto de nuestro amor fue Teddy, ahora puedo verlo claro.

Todos estamos encantados con la llegada del nuevo miembro a la familia, la felicidad estaría completa si no fuera por esa maldita espina clavándose en mi pecho, debo hallar a Susana. Mientras ella esté libre no tendré paz, solo cuando se encuentre tras las rejas.

Ana ha estado trabajando muy duro, sabía que no me equivoqué con ella, está sacando adelante a G.P. Estoy orgulloso de ella, sé que es capaz de eso y más.

Nuestra relación no es como antes, es aún mejor. Aunque no nos vemos tanto por el trabajo el sexo sigue siendo excelente y me siento cada vez más atraído por ella. Estuve pensando en si sea buena idea que nos fuéramos de vacaciones solo los dos, no sé si sea pronto pero deseo pedirle que sea mi esposa nuevamente. No quiero apresurar las cosas, vamos por buen camino.

Ella se ha encariñado mucho con Brenda, ¿y cómo no? es una pequeñita muy hermosa y adorable que también adora a Ana.

Esta semana pasó muy lenta, solo pienso en terminar de trabajar para poder ir casa y estar con Ana. Estoy muy ansioso, es viernes y estaremos los dos solos, Ted irá con mis padres a ver una película.

-Lo veo muy pensativo hoy, señor Grey.

-¡Ana! - Regreso a la realidad. -No te escuché entrar, no me dijiste que vendrías.

-Lo sé, quería darte una sorpresa, amor. ¿Estuvo bien?

-Más que bien - Sonrío.-Tú puedes venir cuando quieras... es más, ya deseaba verte.

-Y yo a ti, mi amor. - Deposita un dulce beso en mis labios.

-Adoro como suenan esas dos palabras en tu boca.

-Christian, tú eres mi gran amor.

-Y usted el mío, señorita Steele.

Nos besamos, un beso apasionado, cargado de necesidad y deseo. Podría pasar horas perdido en la dulzura de sus labios. Nuestras lenguas se rozan y se siente tan condenadamente bien... La erección en mi pantalón se abre paso, mis deseos carnales se hacen cada vez más inaguantables. Tomo su trasero con ambas manos y la pego a mí para que sienta como me tiene. Ana suelta un gemido y me mira con ojos lascivos. Toma mi mano y me conduce hacia el sofá.

Esa es mi chica.

-¿Qué tiene en mente, señorita Steele? - La desafío.

-A ti. - Susurra.

-¿A mí? - Finjo inocencia.

Ana se muerde el labio y asiente.

-De acuerdo, dame un segundo.

Mi Anastasia: mi más, mi todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora