27. Teddy enfermo

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El más emocionado es Teddy, es el primer cumpleaños de su abuelo al que él asistirá. Todos lo adoran, en especial Mia que ya ha comenzado a mimarlo, y no hay día que no pregunte por su tía.

Durante todo el camino a casa de mis padres no ha parado de hablar, ni Taylor se ha salvado de él.

Cuando llegamos todos nos reciben con abrazos, sobre todo Mia que es la más escandalosa, no me extraña que Ted sea como ella. Elliot todavía no ha llegado, sigo sintiéndome mal por lo que pasó entre nosotros, creo que hoy es un buen día para pedirle disculpas por mi comportamiento del otro día.

Por fin llega, pero a la primera a la que saluda es a Ana. . . Ese abrazo no me gustó nada. . .

-Dime Ana, ¿cómo te ha tratado mi hermano?

-Muy bien, estamos muy bien, Elliot.

-Me alegra oír eso.

Bueno, al menos parecía sincero.

-Papii, ¿no vas a dar la súper noticia?

-En un momento, pequeño.

-¿Qué noticia? ¿Se van a casar? Pero si ya están casados.

-No mamá. . .

Saco de mi bolsillo el zapatito de bebé.

Todos se quedando con la boca abierta.

-Sí. . . Un nuevo miembro se unirá a la familia.

Mia salta de alegría y viene hacia nosotros a toda velocidad para abrazarnos, todos se acercan muy contentos y nos felicitan a ambos, por último Elliot. No logro leerle el rostro para saber que pasa por su cabeza, pero no me importa, en este momento solo me importa el bebé.

-¿De cuánto tiempo estás?

-Solo unas semanas, Mia. Christian y yo estamos muy felices.

-¡Yo también, mami!

Ah cierto, perdón, Teddy también.

-Felicidades, otro bebé en la familia.

-Mami, ¿cuándo llega mi hermanito?

-En unos meses, pequeño.

-¿Tanto?

Ana le sonríe.

-Tráelo antes, mami.

Todos estallan en una carcajada por la ocurrencia de Ted.

-Felicidades a los dos, si me disculpan saldré a tomar un poco de aire.

-Gracias, Elliot.

Decido seguirlo y hablar con él.

-Elliot, espera. . .

-¿Qué quieres, Christian?

-Quiero disculparme contigo por comportarme como un. . .

-No te preocupes hermano, te entiendo.

Hacemos las pases pero no me quedo tranquilo del todo, sobre todo por la reacción que ha tenido.

Regreso a la sala y no veo a Ana por ningún lado. Mia me dice que salió a tomar aire porque no se sentía bien, así que la busco.

-Estás muy hermosa.

Se voltea y me regala una sonrisa.

-¿Quieres dar un paseo ante de entrar?

Nos tomamos de la mano, aún siento esa electricidad de siempre. La acorralo contra un árbol, está oscuro. La beso, nuestros cuerpos se rozan, le acaricio el pelo y voy descendiendo hasta llegar a sus muslos. La deseo, aquí, ahora.

-Espera Christian. . . Aquí no podemos hacerlo.

-¿Por qué no? Nadie nos vera.

-Tenemos que volver adentro.

-Espera, solo quiero seguir besándote.

Nos besamos de nuevo pero esta vez es más intenso, más caliente. Nos detenemos antes de no poder parar.

-Te deseo, Ana – Le susurro al oído.

-También yo. . .

-Papii, ¿dónde estaban?

Teddy no se despega de nosotros, y menos de Ana.

La cena estuvo muy tranquila y deliciosa. Ted se ha quedado dormido, lo tengo en mis brazos y no paro de mirarlo, es hermoso y es mío. Jamás dejaré que algo malo le suceda.

De regreso a casa lo dejo en su habitación, Ana también se acuesta, ha tenido nauseas durante el camino. Tengo trabajo pendiente de hoy así que reviso mi celular y veo que tengo un mensaje de texto.

# ¿Pensabas que ya me había olvidado de ti? Estás en un grave error, cariño. #

¡Mierda! ¡¿Y ahora qué quiere esta maldita mujer?!

Empiezo a arrojar los papeles de mi escritorio, parece que Taylor me oyó porque vino a verme.

Puedo perder a mi familia.

Tomo un baño para tranquilizarme. Escucho un grito, es Teddy. . .

Voy rápido a ver qué pasa. Está mal, suda, tiembla y está muy caliente, parece que mi pequeño está enfermo.

Ana llega y lo ve, no puede decir nada porque comienza a vomitar en el lava manos.

-Dios Ana, tenemos que llevarlo a un hospital. ¿Qué hacemos? Nunca lo vi enfermo, tenemos que llamar a alguien, pero a quién. . .

-¡Christian! Tranquilízate y llama a tu madre.

Mierda tiene razón, mi madre, de los nervios se me había olvidado, nunca vi a mi hijo enfermo.

-Cálmate y llama a Grace, por favor.

-¿Cómo puedes pedirme eso? ¿No ves como está? – Respiro hondo – Bien, la llamaré.

Gail se queda con Ana mientras yo le marco a Grace.

Llega al poco tiempo y eso hace que me calme. . . Pero solo un poco.

-Tranquilo hijo, mi nieto va a estar bien. Solo es una intoxicación, algo debió ingerir.

-¿Por la comida? Le diré a Gail que tenga más cuidado.

-Bueno, a veces los niños pequeños meten cualquier cosa a la boca, tienen que vigilarlo muy bien.

-Gracias mamá, ¿pero se pondrá bien?

-Estoy segura que sí, con lo que le di se quedara dormido y mañana despertara mejor. Ya le indique a Ana el medicamento que debe tomar y Taylor ya ha ido por él.

-De nuevo gracias mamá, no sabía qué hacer.

-Hijo, sé que es tu primera vez y con los hijos primerizos si nos preocupamos de más está bien.

Ana y Ted se han quedado dormidos, me acuesto y dormimos los tres juntos por si pasa algo.

Las primeras luces del día entran por la ventana, Ana sigue dormida y Ted nos mira.

-Hola campeón, ¿cómo te sientes?

-Muy bien papi, pero tengo hambre.

Me alegra que este bien.

-Ven, vamos a ver qué podemos hacer, no hagas para no despertar a mami.

Pero Ana despierta.

Desayunamos juntos, después me preparo para ir a GEH.

La mañana es tranquila hasta que. . . ¡Mierda!

Muchas gracias por leer, si te gusto el capítulo vota o comenta. Para los que están preocupados por qué pasará con Ana y Christian, bueno ellos aún tienen mucho más que pasar. ¿Será el amor más fuerte? Un beso gigante.

Nos leemos pronto. XX


Mi Anastasia: mi más, mi todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora