Magnus Lightwood-Bane, el gran mago de Brooklyn, esposo de Alec Lightwood-Bane, se encontraba enfermo, no sabía que tenía, en sus largos años de vida no se había enfermado nunca, al menos no de la manera en la que ahorita se encontraba.
El mago no sabía como había pasado de estar feliz con su esposo Alec y sus dos hijos, a estar postrado en una cama, sin salir de su habitación porque su extraña gripe, afecta su magia.
Por si fuera poco Rafael y Max, están juntos en la sala, haciendo quien sabe que, seguramente Max este leyendo algo y Rafael, escuchando música, o puede ser que los dos estén jugando a las escondidas.
A Magnus le hubiera encantado estar con ellos, pero simplemente no podía no entendía porque estaba de esa forma; estaba pensando en las posibilidades de su rara condición y pensó en lo peor. El culpable era su padre Asmodeus.
Después lo pensó mejor y dijo que alguien como su padre no sería capaz de eso, si fuera su padre ya hubiera estado mucho peor de lo que se encontraba.
El gran mago acudió a su gran amiga Catarina Loss, que le dijo que los síntomas que tenia eran de una gripe, un tipo de enfermedad muy común en los mundanos, en pocas palabras estaba resfriado, por algún cambio climático, o porque alguien totalmente desconocido lo contagio. La buena amiga del gran mago de Brooklyn le dijo que su extraña condición no duraría mucho, a lo mejor unas horas, un día o dos como máximo; Magnus le agradeció y decidido a seguir con su día se levanto de su cama, se puso bonito y se dirigió al salón de su departamento en donde sus dos lindos hijos adoptivos lo estaban esperando.
—Bapa... —El pequeño Max de ahora cinco años, lo saludaba con una tímida sonrisa.
—Hola pequeño Arándano y hola a ti también Rafe...
—Hola, papi Magnus... —Rafael habló con una sonrisa y un acento bastante bonito a ojos de Magnus.
—Bien niños, su padre Alec, está trabajando para la clave, como ya saben el está para ayudar a los cazadores, es como el primer ministro de algunos países y bueno es un mentor para los jefes de institutos; ahora mismo el no puede estar con nosotros por su trabajo, pero pronto volverá por mientras que dicen si vamos a desayunar algo.
—Bapa, nosotros ya desayunamos...
—¿Mi pequeño Arándano y mi pequeño Rafe, cómo?
—Desde temprano sabíamos que no estabas bien, te escuchamos toser y estornudar desde temprano y bueno en compañía de Max averiguamos que era y de paso averiguamos como cocinar un desayuno...
—Suena más bonito preparar, úsalo en vez de cocinar, cuando te refieras a la acción de hacer una comida.
—Si señor... —Le respondieron los dos niños al unísono.
—Que les parece si juegan un rato con Bapa, a las escondidas...
—Pero Bapa, está enfermo...
—Por eso mismo, no voy a pensar en lo que se que tengo, si distraigo mi mente con mis hijos será mejor para mí.
—¡No bapa, va a ir a su habitación y va a descansar, de lo contrario llamaremos a Papi...
—Sí, Max tiene razón, nosotros cuidaremos de papi Magnus, mientras papá Alec no está...
—Niños, no puedo dejarlos solos, están pequeños para eso...
—Nop, ya somos niños grandes, Rafe tiene siete y yo cinco, ya somos niños grandes y podemos divertirnos juntos, mientras Bapa se recupera.
—Bien niños, les hare caso, si quieren algo toquen la puerta pero tengan cuidado en esta situación no puedo controlar correctamente mi magia.
—¡Sí señor!. —Dijeron ambos infantes al mismo tiempo.
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One Shots Y Mini Historias Yaoi (TERMINADA)
Aléatoire¡Bienvenidos sean todos, damas y caballeros a este libro repleto de amor ternura, erotismo, sonrisas y muchas historias que me gustaría leer y escribir. Aquí encontrarás desde parejas del anime hasta parejas de películas, series, Country Humans, ba...