25. Dudas

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Cuando tú llegaste.

Capítulo 25: Dudas

—Alexa Villarreal—

Habían pasado cuatro meses desde que decidí estar con Santiago, y no me podía negar que han sido los mejores meses, sin importar las discusiones constante que teníamos gracias a los acercamientos de London: mi supuesto primo. He tratado de controlarme porque no quiero perder a Santiago, lo quiero y me dolería estar sin él.

Mi amistad con los chicos sigue igual que siempre y mi relación con mis papás ha mejorado bastante, sin importar que yo siga siendo una chica rebelde que le vale mierda lo que digan o piensen de mí, pero lo único malo de todo es que estos meses me he sentido mareada y eso es preocupante. Me aterra que pueda estar enferma o quizás tener otra cosa.

Estaba esperando a Santiago en el parqueadero de la escuela, y lo veo que viene hablando con varías compañeras del salón, que no dejan de reír muy coquetas, pero no les daré el gusto de verme celosa. Espero que él se despida y llegue donde mí para saludarme con un beso

—Felices cuatro meses princesa—me susurra con una sonrisa—. Te compré esto, ya sé que no es mucho, pero no podía estar sin darte nada.

Me pasa una pulsera que lleva la fecha de la primera vez que nos vimos, estiro mi mano para que me la coloque, a pesar que no es de oro, es el regalo más hermoso que me han podido dar.

—Gracias, está hermosa—lo beso—. Yo te compré algo también.

Saco de mi bolso un estuche donde hay un reloj de oro que le he comprado, o más bien, lo mandé hacer porque lleva su nombre grabado.

—No puedo recibir ese reloj tan caro, Alexa—me mira sin esa sonrisa que siempre tiene—. Pero gracias.

—Tómalo, ¿sí? Lo mandé hacer para ti. No te hagas del rogar.

Me da un abrazo y luego hace que le coloque el reloj, que se le ve bastante bonito.

—Yo quería saber si puedes venir a cenar conmigo, no será algo a lo que estás acostumbrada, pero…

—Acepto—lo interrumpo al mirar su cara—. Será la mejor cena.

—Me gusta cuando eres así de linda.

—Digamos que te gusta todo de mí.

Se acerca más para darme un beso lento haciéndome sentir el amor que por mí siente.

—Par de tortolitos—la voz de Maicol nos hace separar—. Dejen para después.

—El amor está por los aires—bromea Cristian.

—Ya déjenlos, están de aniversario—Naileth sonríe—.  Felicidades, chicos.

—Cállense, que ustedes tienen a Katia y a Romina desgastadas tanto besarlas—suelto sin pensarlo, y miro a mi amiga—. Gracias, Naileth.

—Pobre chicas—suelta Santiago.

Estaba a punto de hablar, pero poco a poco mi vista se fue nublando haciendo que perdiera la fuerza en mis piernas. No alcancé a caer, unos brazos lo evitaron tomándome de la cintura y luego no supe más nada de lo que había pasado por mis terribles mareos.

—Santiago Rojas—

Estaba hablando con los chicos y con Alexa, hasta que la veo un poco extraña y la tomo de la cintura evitando que caiga. Los chicos se alarman y la llevamos a la enfermería, por lo que sé Alexa lleva dias sintiéndose un poco mareada y todo le da asco, he llegado a pensar que puede estar embarazada, pero no he visto que suba de peso y ella tampoco me ha dicho nada. Me tocará esperar qué puede tener.

Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora