Cuando tú llegaste.
Capítulo 28.
—Alexa Villareal—
Es increíble cómo una persona puede intentar lo que sea solo por tenerte a pesar que le has dicho que no. Sé que soy un poco arrogante, pero eso no le da derecho a nadie de hacerme daño. Pienso en cada gesto, sonrisa o cosa que le dije a London, quizas eso también lo llevó a querer hacerme daño, pero no lo justifico.
Nadie aparte de las chicas sabe lo que se siente cada vez que un hombre nos mira de manera morbosa o que nos desnuden con la mirada, nos gusta que nos miren pero no de esa manera. Desde que soy una niña he sido hermosa y siempre he tenido que lidiar con las miradas de los hombres, luego fui creciendo y me volví lo que ahora soy: una chica rebelde que le da igual la mayoría de cosas en su vida.
—¿Lista para irnos, amor?—Santiago me sonríe.
—Iremos a poner la denuncia y luego a casa—me levanto de la camilla.
Santiago se acerca y me da un beso en los labios sin importar que estén mis papás, escuchamos a papá toser pero no nos separamos, así que lo hace él.
—Que jovencitos estos—nos mira—. Yo tambien tuve la edad de ustedes y sé que un beso de esos termina en otra cosa.
—Como tener sexo conmigo en plena clase de química—responde mamá haciendo que papá se sienta apenado—. Es en serio no me miren así. Si quieren pregúntenle cómo me sentó en sus piernas.
—Vaya que disfrutaban de la vida, a mí no me dejan disfrutar.
—Querida hija, tú eres producto de disfrutar la vida y de un beso de esos como el que se acaban de dar—suelto una risita al escuchar a papá.
—Creo que es mejor que nos vayamos, mi bebé—mamá me sonríe—. Mi niñita.
—Ya no soy una niña, mamá.
—Siempre serás nuestra niña, cariño—papá me sonríe.
Miro a Santiago y sé que está aguantando la risa por los cariños de mis papás, así que le saco el dedo del medio, pero me acerco y lo beso, por segunda vez papá nos separa.
—Mejor vámonos antes que me hagan abuelo.
—Que celoso eres, papá—lo miro—. Un beso no tiene nada malo.
—Un beso excita, preciosa e intensa hijita.
Me responde casi en un susurro haciendo que suelte una carcajada, lo más seguro es que él sabe que ya he estado con Santiago, pero se hace el bobo y yo no pienso decirle nada.
(....)
Siempre me han dicho que soy tan pero tan desesperante que nadie sería capaz de decirme que no y esta era una de esas veces. Le insistí tanto a papá para que me dejara ver a London que terminó por aceptar. Quiero saber por qué quería hacerme daño o más bien quería patearle lo que tiene entre sus piernas.
Un policía me lleva hasta la celda donde lo tienen y solo me da cinco minutos para hablar con él.
—Hola, primito—hablo, haciendo que levante la cabeza y sí que está golpeado.
—¿Qué quieres?—se acerca a los barrotes.
—¿Por qué me querías hacer daño?—pregunto, con voz firme—. Eres una porquería, London, lo que me querías hacer a mí no se le hace a nadie y estoy segura que no es la primera vez que intentas hacerle daño a alguien. Eres un atascado, siempre metiéndote drogas y mira dónde estás ahora.
—No me vengas con clases de moral. Tú me provocabas usando ropa sexy, siempre andabas caminando en ropa interior en tu cuarto, porque sí, querida prima, siempre te miraba cuando lo hacías o cuando tenias sexo con tu noviecito.
—Eso no te da ningún derecho a querer hacerme daño, soy una chica es obvio que me guste verme sexy, estúpido—me acerco y lo tomo del suéter—. Haré que pases un buen tiempo en la cárcel por asqueroso.
—Haz lo que te dé tu maldita gana—me aprieta de mis muñecas con fuerza—. Eres tan vacía que te desquitas con las demás personas solo por alimentarte de su dolor. Eres hermosa pero quedarás sola por ser tan malditamente engreída.
—Prefiero ser todo lo que soy a ser todo lo que tú eres—trato de soltarme, me está lastimado—. Suéltame.
—Estúpida. —Me suelta bruscamente—. No sabes cómo te deseo y de la misma forma te odio.
—Pues tu odio es correspondido—escupo su cara—. Hasta nunca, pedazo de basura.
Lo escucho gritarme infinidades de veces y no volteo a verlo. Ni siquiera siento dolor por verlo como está porque se lo merece. Pueden decir que no siento nada por nadie, pero no es eso, solo siento cariño por las personas que están a mi lado de corazón y no por mi dinero. Porque soy sincera y sé que pocos me aguantan y que muchos me odian. Sé que la mamá de London sufrirá, pero no puedo hacer nada, él me quiso hacer daño y ahora me las paga.
—¿Qué te pasó en las muñecas?—pregunta papá al ver mis marcas—. Ese imbécil se atrevió hacerte daño.
—No fue nada
—¿No fue nada?—pregunta Santiago con ironía—. Solo mírate, te ha dejado marcada ese hijo de perra.
—Ya dije que no es nada. Pongamos la denuncia y nos vamos de este lugar.
Me acerco a uno de los policías correspondiente y le cuento todo lo que pasó o hasta donde recuerdo, Santiago también le toca declarar porque él fue testigo de lo que pasó.
No sentía remordimiento al ver a mi supuesta tía llorando porque ella no hace parte de mi vida, nunca la había visto hasta que apareció con London quien solo quiso hacerme daño. Podría quitar la denuncia, pero eso sería ayudarlo a que le haga daño a chicas inocentes, nunca podemos estar calladas cuando sufrimos de abuso, eso es apoyar que nos hagan daño. Santiago me defendió y se lo agradezco, gracias a él no pasó nada.
Mis amigos no habían dejado de hacerme llamadas, pero sinceramente no quería hablar con nadie, solo quería descansar y olvidar todo lo que estaba pasando.
—Gracias por cuidar de mí—le susurro a Santiago, va a mi lado en el auto—. Te quiero.
—Siempre te cuidaré—me besa—. Te amo y pase lo que pase entre nosotros te cuidaré.
—No suelo hacer esto, pero discúlpame por cómo te trato.
—¡Ey! No te disculpes, soy feliz cuando me tratas así, es como tu manera de ser tan estresante y bella a la vez—suelta una risita—. Así me enamoré de ti.
—Eres un masoquista—dejo mi cabeza en su hombro—. Pero así me encantas
Si alguien me hubiese dicho que yo estaría así de cariñosa con un chico que no es Sebastián lo hubiese mandado al carajo, no soy así pero simplemente estar al lado de Santiago hace que lo quiera cada vez más. De verdad me enamoré de su forma de ser, de la manera en la que me mira y en la forma que me hace el amor.
—Ashley Lancaster—
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Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]
Ficção AdolescenteDos personas opuestas, pueden resultar siendo almas gemelas. Una chica con cara de angel, y corazón de piedra, es la debilidad de cualquier chico. ¿Pero qué pasará cuando para Santiago sea una chica más? Alexia es hermosa, pero no hay nada más traic...