10. Invitación

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Cuando tú llegaste

Capítulo 10: Invitación.

—Alexia Villarreal—

La fiesta había sido un total desastre, la idiota de María se fue en llanto cuando le tiraron casi la comida encima, y yo me hacía la que no sabía nada, pero al salir de ese lugar moría de la risa junto con los chicos, el menso de Santiago estaba serio y yo evitaba mirarlo por lo que había pasado en la fiesta. No sé qué carajos pasó con él cuando se acercó a mí y yo como toda una pendeja no supe qué hacer, solo me alejé de él sin decir nada.

—¿Vieron la cara de María cuando todos empezaron a devolver sus comidas?—Naileth se ríe—. Pobre chica.

—Pobre el trasero de tu padre, ella se lo merecía. Amé verla llorar.

—Alexa, no seas tan mala—Sebastián me mira—. Pero tengo que aceptar que dio mucha risa la cara de la gente al probar todo eso.

—Eres mi crush—Maicol me carga—. Mis respetos para ti.

—Bendita seas—Cristian niega con su cabeza—. Eres la mejor.

—Lo sé, chicos, así que calma—suelto una risita—. ¿Qué haremos? Es muy temprano todavía.

—Yo iré a casa de Sebastián, ¿quieren venir?—comenta Naileth.

«Hija de tu madre».

—Cristian y yo no podemos, mamá está sola en casa, y queremos acompañarla—murmura Maicol.

—Y yo no pienso ir a ver cómo ustedes se pasan saliva, me iré a casa en un taxi.

—No puedo dejar que te vayas sola—Sebastián se me acerca—. Te llevo a casa, y después voy donde Naileth.

—Yo puedo acompañarla si quieren.

La voz de Santiago nos sorprende, no esperaba que se ofreciera a llevarme a casa, seguro quiere hablar de lo que hice. Después de una larga discusión porque no quería ir con Santiago me metieron al taxi a la fuerza entre todos, y pues aquí voy en camino para mi casa con mis brazos cruzados sin decir nada. «raro en mí». Miro con cuidado a Santiago y va muy tranquilo, llegamos a casa y voy a pagar, pero él se ofrece y no reniego. Me bajo.

—Puedes largarte, ya me has acompañado. Hasta mañana.

«En serio yo le dije hasta mañana, qué me pasa».

—Espera. —habla—. No entres todavía a tu casa.

—¿Qué quieres? hace mucho frío acá afuera—me acerco un poco—. Ven conmigo a mi casa.

—No quiero que te regañen—sonríe de medio lado, y eso es sexy.

—Quita esa estúpida sonrisa de tu rostro, y deja de decir bobadas, nadie me dirá nada.

Me doy la vuelta y abro la puerta de la casa, el silencio y la oscuridad me reciben, era obvio, todos están durmiendo. Camino hasta el cuarto de juegos y Santiago me sigue en silencio, lo veo mirar todo lo que hay en este cuarto, tiene un televisor enorme en una de las paredes.

—Lindo lugar—lo escucho decir.

—Lo sé—le presumo—. Ahora sí dime, ¿qué quieres?

—A ti. —se acerca—. Te quiero a ti, Alexa Villarreal.

Mis ojos se abren por esa respuesta. ¿Qué carajos pasa con este chico?. No puede ser que se haya fijado en mí si nos las pasamos discutiendo.

—Ajá sí, y yo te creo—rompo con la distancia quedando tan cerca que nuestras nariz rozan.

Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora